Fidel Castro se dirige a sus partidarios desde el Ayuntamiento de Santa Clara, tras derrocar a Fulgencio Batista, en enero de 1959
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"Condenadme. No importa. La
historia me absolverá".
Estas fueron las palabras con las que Fidel Castro
asumía su defensa cuando fue juzgado en 1953 por insurrección por el gobierno
de Fulgencio Batista. El rebelde acabó en el exilio tras el juicio, del que
regresó en 1956 contando ya con las simpatías del pueblo cubano. Se refugió en
Sierra Maestra y comenzó a organizar una guerra de guerrillas junto a su
hermano Raul, Camilo Cienfuegos y el Comandante Che Guevara.
En marzo de 1952 Fulgencio Batista dio un golpe de
Estado para evitar la previsible victoria del Partido del Pueblo Cubano (PPC).
El dictador gobernó con una dependencia absoluta de los EE.UU., donde la
corrupción era el pan de cada día, y el país vivía aunando crisis, tanto
económicas como sociales.
A pesar de ello en 1953 a Fidel Castro no se le veía
un peligro para el régimen cuando tomó parte en el fracasado asalto al Cuartel
de Moncada, pero el Movimiento 26 de Julio pasaría a la Historia y fue la
semilla de la revolución marxista que alcanzaría el éxito en enero de 1959,
proclamando que Cuba era tierra de Revolución.
Después de aquello la prisión, el exilio, el
desembarco en Cuba con el Granma en 1956, el asalto al Palacio Presidencial en
marzo de 1957, el alzamiento en la base de Cienfuegos en septiembre del mismo
año, y el abrigo de las montañas de Sierra Maestra en 1958, desde donde se fue
consolidando el ejército rebelde, a pesar de los treinta mil efectivos que la
dictador desplegó con el apoyo de los Estados Unidos.
El 31 de diciembre de 1958 Fulgencio Batista no
aguantó la presión y abandonó Cuba con destino a Santo Domingo cuando los
rebeldes consiguieron tomar el tren blindado que debía fortificar la capital.
El 1 de enero Ernesto Che Guevara junto a Camilo Cienfuegos y sus
hombres tomaron la ciudad de Santa Clara, y Fidel Castro entró en Santiago de
Cuba. Siete días más tarde, una histórica mañana del 8 de enero de 1959, Castro
hizo su entrada triunfal La Habana, comenzando uno de los procesos políticos
más radicales de América.
En la madrugada del 1 al 2 de enero de 1959, en el
Parque Céspedes de Santiago de Cuba, Fidel Castro ofreció su primer discurso
tras el triunfo de la Revolución:
“Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado”.
"La Revolución empieza ahora; la Revolución no
será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros,
sobre todo, en esta etapa inicial, y en qué mejor lugar para establecer el
Gobierno de la república que en esta fortaleza de la Revolución"
Han pasado 53 años desde que se pronunciaron estas
palabras, y con ellos han caminado los ataques de los Estados Unidos, el
intento de invasión en Playa Girón, la financiación de bandas armadas, el
bloqueo comercial y económico y cientos de intento de asesinato a Fidel Castro.
Lo que es evidente es que medio siglo después de la victoria del Ejército Rebelde, Cuba sigue avanzando aún de la mano de José Martí, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. Guerrilleros que tomaron parte en la conquista de una revolución para el pueblo, por y para los humildes.
Lo que es evidente es que medio siglo después de la victoria del Ejército Rebelde, Cuba sigue avanzando aún de la mano de José Martí, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. Guerrilleros que tomaron parte en la conquista de una revolución para el pueblo, por y para los humildes.
Os dejo enlace a un estupendo artículo del blog de mi
amigo y socio José Manuel Sánchez Mesejo: Ensenada de Riazor
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