En mayo de 1939, Miguel Hernández al intentar salir de España, es detenido y entregado por la "Guardinha", Policía portuguesa a las autoridades del puesto fronterizo de Rosal de la Frontera. El poeta inició en este pueblo su periplo carcelario que finalizó tristemente con su muerte.
El 4 de Mayo de 1939, un agente de segunda clase del llamado Cuerpo de Investigación y Vigilancia de Rosal, ordenaba que Miguel Hernández fuera vilmente torturado.
Desde la cárcel de esta localidad envía su primera carta a Josefina Manresa, que se encuentra viviendo en Cox con sus tres hermanas menores. El poeta, a pesar de que asegura a su esposa estar bien, había orinado sangre por las palizas recibidas.
Primera carta de del Miguel Hernández a Josefina Manresa. Rosal de la Frontera, 6 de mayo de 1939.
Querida Josefina:
Estoy bien de salud. Me acuerdo siempre de mi Manolillo y de ti, que sois siempre mi mayor esperanza. ¿Sigue engordando el niño? Anteayer cumplió los cuatro meses y me pasé todo el día pensando en él. Supongo que sus hermanillas y ahijadas mías que no se me olvidan, estarán contigo dándote mucho quehacer y mucha preocupación.
¿Y Manolo, trababa? ¿De qué comes? ¿Quién te ayuda? Pide a nuestra familia de Orihuela sin reparo, que alguna vez les devolveremos aquello que nos den. Supongo que no habrá resultado incierto lo que nos dijo el médico sobre tu enfermedad en Orihuela. Ve a mi casa y di a mi padre y a mi hermano que estoy detenido, que un día de estos me llevan a Huelva desde este pueblo y que es preciso que me reclamen a Orihuela. Que hablen con don Luis Almarcha, Joaquín Andrés, Antonio Macando, Juan Bellod, Martínez Arenas, Baldomero Jiménez y quien sea preciso para la consecución de mi traslado a nuestro pueblo. La detención ha obedecido a que pasaba a Portugal sin la documentación necesaria. No es nada de importancia, pero haz lo que te digo para estar junto a nuestro hijo y a ti lo más pronto posible. No te preocupes, nena. Como bien, me tratan bien y a lo mejor desde Huelva paso a Orihuela antes que nuestros amigos pudientes de ahí hayan hecho gestión alguna. Se trata de una imprudencia mía que naturalmente tenía que tener su riesgo y su resultado insatisfactorio. Pero la seguridad de mi honradez y la fe en la justicia de Franco me hacen estar sereno y alegre. Lo que siento principalmente es la difícil situación económica de nuestra familia que tardará algún tiempo más en resolverse. Abrazos para toda la familia, especialmente para mi madre y tus hermanos y los míos. Manolillo y tú recibid el corazón de vuestro
Miguel
Cada día entiendo más la vida, me gusta lo que estoy sintiendo, he encontrado lo que he buscado por años, me estoy encontrando a mi misma, que estando no estaba,Gracias, Besos mil.
ResponderEliminarJosefina no estuvo a la altura, han dicho muchos. Durante mucho tiempo yo la disculpé: la época, el miedo... Pero cuando he sabido el gran sufrimiento que provocó en Migule Hernández, no sé, yo tambiés pienso que Josefina no estuvo a la altura, que pudo hacer más por dar paz al poeta en sus últimos meses.
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