Abilio Mata, pastor de profesión. Sus indicaciones permitieron localizar la 'fosa de los mineros'
en Joarilla de las Matas. Foto: Óscar Rodríguez
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Al
menos 88.000 víctimas del franquismo continúan sepultadas en fosas
comunes. En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones
Forzadas, la Federación Estatal de Foros por la Memoria recuerda al Gobierno
que España es el segundo país del mundo con más muertos en las cunetas, sólo
superado por Camboya.
ALEJANDRO TORRÚS - 30/08/2012 Público.es
Alejandro Agón era jornalero. Fue fusilado por las
tropas franquistas el 24 de septiembre de 1936. Nadie sabe donde está. Luciano
Chamorro desapareció durante la guerra en la provincia de Badajoz. Tenía 37
años, era campesino y nunca se volvió a saber de él. Lisardo Gutiérrez, minero
de profesión, fue detenido y 'paseado' por las fuerzas franquistas en marzo del
38. Tras una breve estancia en la cárcel fue ejecutado. Se desconoce dónde
descansan sus restos mortales. Como ellos, las asociaciones de memoria
histórica estiman que hay cerca de 88.000 cuerpos enterrados en cualquier
cuneta de España. Una cifra a la que se suman las cerca de 20.000 víctimas del
franquismo que están enterrados junto a su verdugo en el Valle de los Caídos.
"Sólo el régimen de Pol Pot en Camboya supera a
España en número de desaparecidos", señaló Miguel Ángel Rodríguez Arias,
investigador de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La
Mancha.
Este jueves se celebra el Día Internacional de las
Víctimas de Desapariciones Forzadas y España tiene el dudoso honor de ser la
única democracia mundial que no ha investigado el terrorismo de
Estado una vez superada la dictadura, según Rodríguez Arias. De poco
sirvieron las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 2008
o el informe de Amnistía Internacional Casos
cerrados, heridas abiertas. El
desamparo de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo en España,
publicado el 9 de mayo de 2012, que insta a España a derogar la ley de
amnistía, investigar los crímenes y exhumar las fosas comunes. El Estado
español, más allá del tímido intento que supuso La Ley de Memoria Histórica de
2007, no ha hecho nada por sacar de las cunetas a sus desaparecidos.
Las cifras que se barajan son inexactas, se basan en
teorías y en cálculos aproximativos y siempre hablan en términos mínimos, pero
son escalofriantes. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
que preside Emilio Silva calcula que 88.000 personas, aproximadamente, continúan
enterradas en fosas comunes en cualquier rincón de España. “En casi todas
las capitales de provincia hay una fosa. Pero el número de personas que
hay dentro es difícil de calcular porque se ha destruido mucha documentación de
la dictadura y porque hay casos de personas que no han sido reclamados por
familiares”, relata a Público Emilio
Silva.
La cifra inicial de la que se parte es que, en 1975
cuando Franco falleció y se inició el período de transición, las cunetas
españolas albergaban alrededor de 93.000 muertos. A esa cifra total, Emilio
Silva resta una cifra que oscila entre los 1.000 y 2.000 cuerpos que fueron
exhumados desde la transición hasta el golpe de Estado de Tejero en 1981 y
otros 6.000 que han sido recuperados desde el año 2000 hasta la actualidad.
“Las cifras que barajamos siempre se quedan cortas”,
apunta José María Pedreño, presidente de la Federación Estatal de Foros por la
Memoria, que señala que siempre que se analiza a fondo cualquier provincia de
España aparece al menos una fosa de la que no había ninguna prueba documental.
Está más claro el número de fosas comunes que se
encuentran a lo largo y ancho del territorio español, en total, 2.246
señaladas en la Península, de las que prácticamente la mitad se encuentran
repartidas entre Aragón (594) y Andalucía (492). Tras estas dos
comunidades, están el Principado de Asturias (320), Castilla y León (187),
Catalunya (151), Castilla-La Mancha (139), País Vasco (92), País Valencià (85),
Madrid (51), Extremadura y Galicia (46 en cada una), Navarra (16), Cantabria
(7), La Rioja y Murcia (6 en cada una), Balears (4), Canarias (2) y Ceuta y
Melilla (una fosa en cada ciudad autónoma).
Futuro incierto
El futuro de los miles de cuerpos de asesinados
durante la Guerra Civil que continúan en las fosas comunes es aún hoy, 37 años
después de la muerte de Franco, incierto. Las reticencias de algunos sectores
de la sociedad para su apertura, el incumplimiento sistemático de la Ley de
Memoria Histórica y la falta de fondos ha repercutido negativamente en las
investigaciones y exhumaciones. Las asociaciones de memoria histórica siguen
denunciando el “sin sentido” que supone que sean las familias de los desaparecidos
las que tengan que promover las investigaciones y posteriores exhumaciones.
“Los familiares no sólo tuvieron la desgracia de haber
sufrido la pérdida de un ser querido y su estigmatización, sino que aún
hoy tienen que hacerse cargo de las exhumaciones. Es un sin sentido”,
denuncia Emilio Silva, quien, no obstante, asegura que a pesar de las
dificultades encontradas no tienen intención de cesar en este trabajo.
En este sentido, José María Pedreño asegura
que el movimiento memorialista “no va a parar”. “No se trata sólo de la
defensa a ultranza de los derechos humanos sino de luchar contra la impunidad.
No se puede permitir que muchos herederos de los que declararon la guerra a un
sistema democrático, eliminaron sistemáticamente a sus rivales políticos y
gobernaron a base de Consejos de Guerra, hoy estén disfrutando de muchos
privilegios económicos y políticos”, denuncia.
El Gobierno incumple sus compromisos internacionales
La Red ciudadana de apoyo a la querella argentina (Red
AQUA), en la que están integradas más de 30 organizaciones sociales, denuncia
que el Estado español no investiga las desapariciones forzadas “incumpliendo
sus obligaciones internacionales”. En este sentido, la Red señala que ni el
Gobierno español ni la Judicatura han respondido a los requerimientos
judiciales de la Justicia argentina de “identificación de los personajes
políticos, militares policiales del periodo que va desde el alzamiento
militar-fascista hasta las primeras elecciones de 1977".
Asimismo, la Red denuncia que el Gobierno de Rajoy, así como el de Zapatero, no han cumplido con las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 2008, que instaban a España a abolir la Ley de Amnistía aprobada durante la Transición y a investigar los crímenes del franquismo. “España, al no investigar las desapariciones forzadas, no sólo está incumpliendo sus obligaciones internacionales sino que está contribuyendo a que perdure el crimen como tal, y a aumentar los daños que las desapariciones provocan. Esto es particularmente grave: conmemoran la lucha contra un crimen que en realidad contribuyen a agravar”, denuncia la Red en un comunicado de prensa.
Asimismo, la Red denuncia que el Gobierno de Rajoy, así como el de Zapatero, no han cumplido con las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU de 2008, que instaban a España a abolir la Ley de Amnistía aprobada durante la Transición y a investigar los crímenes del franquismo. “España, al no investigar las desapariciones forzadas, no sólo está incumpliendo sus obligaciones internacionales sino que está contribuyendo a que perdure el crimen como tal, y a aumentar los daños que las desapariciones provocan. Esto es particularmente grave: conmemoran la lucha contra un crimen que en realidad contribuyen a agravar”, denuncia la Red en un comunicado de prensa.
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