El coronel Casado - Foto: Alfonso
Poco después de la media noche del 5 de marzo de 1939, el Consejo Nacional de Defensa, desde los sótanos del Ministerio de Hacienda y a través de los micrófonos de Unión Radio, hace llegar al país el siguiente manifiesto en la voz de Miguel San Andrés.
«Trabajadores españoles. ¡Pueblo antifascista!. Ha
llegado el momento en que es necesario proclamar a los cuatro vientos la verdad
escueta de la situación en que nos encontramos. Como revolucionarios, como
proletarios, como españoles y como antifascistas, no podemos continuar por más
tiempo aceptando pasivamente la imprevisión, la carencia de orientaciones, la
falta de organización y la absurda inactividad de que da muestras el Gobierno
del doctor Negrín.
Cataluña se ha liquidado con una deserción general, el
Gobierno ha faltado a sus promesas, a sus deberes y a sus compromisos,
«delictivamente pisoteados». Mientras el pueblo sacrificaba a sus «mejores
hijos», los que apostaban por la resistencia abandonaban sus puestos de
manera vergonzosa, aun a costa de perder la dignidad. Y «esto no puede
repetirse en el resto de la España antifascista.
No puede tolerarse que en tanto se exige del pueblo
una resistencia encarnizada se hagan los preparativos de una cómoda y
lucrativa fuga; no puede permitirse que en tanto el pueblo lucha, se sacrifica,
combate y muere, unos cuantos privilegiados preparen su vida en el
extranjero. Para impedir esto , para evitar se produzca la deserción en los
momentos más intensamente críticos, es por lo que se constituye el Consejo
Nacional de Defensa.
Constitucionalmente, el Gobierno del doctor Negrín
carece de toda base jurídica en la cual apoyar su mandato. En estas
condiciones, afirmamos nuestra propia autoridad de auténticos y genuinos
defensores del pueblo español, de hombres que están dispuestos, dando como
garantía su propia vida, a que el destino de uno sea el de todos y
que nadie escape al cumplimiento de los sagrados deberes que a todos incumbe
por igual.
Aseguramos que no desertaremos ni toleraremos la
deserción. Aseguramos que no saldrá de España ninguno de los hombres que en
España deban estar, hasta tanto que por libre determinación salgan de ella
todos los que de ella quieran salir».
«O nos salvamos todos, o todos nos hundimos».
Habla el Coronel Segismundo Casado:
Habla el Coronel Segismundo Casado:
«Treinta y un meses estamos cubriendo de ruinas y
sangre nuestro pueblo».« La verdad es que cuando los ministros de la República
se han decidido a retornar a territorio español carecen de toda base legal y de
todo el prestigio moral necesario para resolver el gran problema que se
presenta ante nosotros». «Soy lo que siempre fui y estoy donde siempre estuve.
Porque el Ejército no se ha separado de la población
civil. Aquí, en torno mío, en este mismo locutorio, se hallan una
representación de izquierda Republicana, otra del Partido Socialista, otra de
la UGT y otra del movimiento libertario.»
O la paz por España o la lucha a muerte.¡Españoles!
¡Viva la República! ¡Viva España!»
Habla Julián Besteiro:
Habla Julián Besteiro:
«¡Ciudadanos españoles! Después de un largo y penoso
silencio, hoy me veo obligado a dirigiros la palabra, por un imperativo de la
conciencia, desde un micrófono de Madrid.
Ha llegado el momento en que irrumpir con la verdad y
rasgar la red de falsedades en que estamos envueltos, es una necesidad
ineludible, con deber de humanidad y una exigencia de la suprema ley de la
salvación de la masa inocente e irresponsable.
Tras la Batalla del Ebro, los ejércitos nacionales han
ocupado Cataluña y el Gobierno republicano ha andado errante durante largo
tiempo en territorios franceses . Por tanto, el Consejo Nacional de Defensa
viene a llenar un vacío de poder ante el panorama de ministros ausentes y, peor
aun, ante una cabeza decapitada, pues el presidente de la República
también ha dejado su cargo.
El Gobierno del señor Negrín no puede aspirar a otra
cosa que a ganar tiempo.. Y esa política de aplazamiento no puede tener otra
finalidad que alimentar la morbosa creencia de que la complicación de la
vida internacional desencadene una catástrofe de proporciones universales, en
la cual, juntamente con nosotros, perecerían las masas proletarias de muchas
naciones del mundo ».
Habla Cirpiano Mera, comandante del IV Cuerpo de Ejército:
Habla Cirpiano Mera, comandante del IV Cuerpo de Ejército:
«Sin humillaciones ni debilidades, pero con la
consciencia de nuestros actos, queremos la paz para España; pero si por
desgracia para todos nuestra voz se perdiera en el vacío de la incomprensión,
también os digo serenamente que somos soldados, y como tales estaremos en
nuestro puesto hasta sucumbir defendiendo la idea de España.
A partir de este momento, conciudadanos, España tiene
un Gobierno y una misión: la paz.
¡Trabajadores combatientes! ¡Viva la España invicta,
independiente y libre!. Todos en pie de guerra por la vida y el honor que nos
dio la misión de defenderle. ¡Viva su Consejo nacional de Defensa! ».
El socialista, 7 de marzo de 1939
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