La
Historia enseña que los privilegiados de todos los tiempos solo han hecho
concesiones a los oprimidos cuando éstos, por su unión y fuerza, les han
infundido temor haciéndoles comprender que sus intereses podían correr peligro
si no satisfacían en parte las aspiraciones de los que ansiaban mejorar su
estado.
La
banca y las grandes empresas (La burguesía, en el original), con sus propios
actos hacia los trabajadores indican que únicamente aflojan el cordón de la
bolsa cuando entienden que, de no hacerlo así, puede verse su existencia
amenazada , su dominio comprometido o la vida de algunos de los suyos en riesgo
de muerte.
Si los parados no fueran un
peligro, por su crecido número, para la tranquilidad burguesa y la buena marcha
de sus negocios, las pocas obras buenas que acometen no se llevarían a cabo.
Si la derecha (burguesía, en
el original) lleva hoy a los Parlamentos proposiciones de carácter social
aparentemente favorables a los trabajadores, lo hace tan solo impulsada por el
propósito de despertar alguna esperanza de bienestar y por suponer que de este
modo contiene algo los progresos del socialismo.
Si declara en los mensajes a
las Cámaras que los sufrimientos de los trabajadores y el mejoramiento de su
estado van a ser objeto de su preferencia, se propone con ello solamente
disminuir el descontento de las masas obreras y calmar su espíritu
revolucionario.
Si reconoce alguna vez que,
en efecto, las quejas de las víctimas del régimen capitalista tienen fundamento
sobrado y merecen ser atendidas, lo hace con el fin de no exasperar a los
desposeídos y de paralizar en lo posible la unión de éstos.
En fin, todo cuanto el poder
financiero y político (burguesía, en el original) lleva a cabo, real o
aparentemente, en beneficio de los trabajadores, veríficalo a impulsos del
miedo.
Únanse los trabajadores por
oficios, teniendo por bandera el mejoramiento de las condiciones de trabajo…
creen una organización internacional y habrán realizado la mitad de la tarea
para realizar aquella tarea.
Pablo Iglesias
El
Socialista, número 203, 24-1890, pp. 1-2
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