Yo vengo de una estirpe de mujeres solas
eficaces
inembargables
derrotadas
antes de nacer
por
la muerte
siempre
guardadas
como
semillas que arrastra el viento
entregadas
al sacrificio de la vida
sin
un futuro ni un presente
sin
vástagos que las resguarden
aprendidas
en soledad
ellas
mismas amamantándose
haciendo
de cada día una victoria estéril
mujeres
que hablan desde muy lejos
ahogadas
en su torpeza y en la bruma del deseo
mujeres
solas que arruinaron sus manos
en
el oficio duro que le entregaron las prendas blancas
y
perdieron sus días entre toses y dolores de pecho
conociendo
todo de la pobreza
administrando
los silencios y el alimento diario
entrando
en las jornadas
con
un dolor irremediable
estirpe
sin grandes ambiciones
dulces
mujeres que amaron sin respuesta
y
fueron una tras otra
mano
con mano
fundando
la cadena del desamparo
María
Antonieta Flores
... Pero las semillas germinaron. Gratitud infinita y eterna.
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