En la patriótica emisión de radio que diariamente se da con el título «La Voz de España», ha sido divulgada la siguiente alocución del ilustre poeta don Antonio Machado.
A todos los españoles: Más de una vez he dicho, y nunca me cansaré de repetirlo, que mi ideario político se ha limitado siempre a aceptar como legítimo solamente el Gobierno que representa la voluntad del pueblo, libremente expresada. He de añadir que la palabra `pueblo' no tiene para mí una marcada significación de clase: del pueblo español forman parte todos los españoles. Por eso estuve siempre al lado de la República Española, en cuyo advenimiento trabajé en la modesta medida de mis fuerzas y dentro de los cauces que yo estimaba legales. Cuando la República se implantó en España, como una inequívoca expresión de la voluntad política de nuestro pueblo, la saludé con alborozo y me apresté a servirla, sin aguardar de ella ninguna ventaja material. Si ella hubiera venido como consecuencia de un golpe de mano, como imposición de la astucia o de la violencia, yo hubiera estado siempre enfrente de ella. Yo sé muy bien que dentro de una República se plantean problemas mucho más hondos que el estrictamente político --son ellos de índole económica, social, religiosa, cultural, en suma--, y que, dentro de esa República, caben ideologías no sólo diversas, sino hasta encontradas. Pero por muy honda y enconada que sea la lucha, la República conserva su legitimidad mientras la voluntad del pueblo, libremente expresada, no la condene. Por eso cuando un grupo de militares volvió contra el legítimo Gobierno de la República las armas que de él había recibido para defenderla de agresiones injustas, yo estuve, sin vacilar, al lado de ese gobierno desarmado. Sin vacilar, digo, y también sin la menor jactancia; porque creía cumplir un deber estricto. Los profesionales de las armas no eran ya el ejército de España; el ejército de España era entonces, para mí, aquel que el pueblo hubo de improvisar con los mejores de sus hijos; un ejército tan débil e insuficientemente armado por fuera, como fuerte y superabundantemente provisto, por dentro, de razón y de energía moral. Improvisado, digo, con los mejores de sus hijos, y no vacilo en añadir: con un pequeño grupo de voluntarios propiamente dichos, de hombres abnegados y generosos que venían a España, sin la más leve ambición material, a verter su sangre en defensa de una causa justa.
Con todo ello, y convencido
de la ceguera, de los errores, de la injusticia de nuestros adversarios, de
cuya índole facciosa no dudé un momento, confieso que nunca pude aborrecerlos;
con todos sus yerros, con todos sus pecados, eran españoles; y el lazo fraterno,
hondamente fraterno de la patria común, no podía romperse ni con la más
enconada guerra civil.
Pero se inició el hecho
monstruoso de la invasión extranjera. De un modo subrepticio y cobarde, la
invasión se produjo, y fue tomando cuerpo y realidad innegable a medida que el
tiempo avanzaba. Dos pueblos extranjeros habían penetrado en España para
disponer de su destino futuro y para borrar por la fuerza y la calumnia su
historia pasada. En el trance trágico y decisivo que hoy vivimos, no puede haber
dudas ni vacilaciones para un español. Ya no le es dado elegir bando ni
bandería: Ha de estar necesariamente con España y en contra de los invasores.
Dejemos a un lado la parte de culpa que en la invasión de España hayan podido
tener los españoles mismos. Si este pecado existe, alguien lo cometió
conscientemente, es de índole tal que escapa al poder de sanción de todo
tribunal humano.
Reparad también en que ni
siquiera he hablado del fascismo ni de marxismo. No creo que haya nadie en
España que diste más que yo del ideario fascista. Siempre he creído, sin
embargo, que, desde un punto de vista teórico, cabe ser fascista sin por ello
dejar de ser español. Mas siempre he afirmado que no se puede ser español y
entregar el territorio y los destinos de España a la codicia imperialista del
fascio italiano o del racismo alemán. No creo que nadie, hoy, en España, pueda
pretender honradamente que esto sea posible.
Se nos ha calumniado, dentro
y fuera de España, diciendo que nosotros también servimos una causa extranjera;
que trabajamos por cuenta de Rusia. La calumnia es doblemente pérfida, pero tan
grosera, que no ha podido engañar a nadie que no sea perfectamente imbécil.
Porque todos saben (están hartos de saber) que Rusia, ese pueblo admirable, que
renunció a su imperio para libertar a sus pueblos, no atentó nunca a la
libertad de los ajenos y que no tuvo jamás la más leve ambición territorial en
España. Esto lo saben todos, aunque muchos disimulen ignorarlo.
Ha llegado el día, hombres de
España, de España entera --quiero decir de todos los pueblos hispánicos cuyo
territorio está invadido-- en que hemos de reconocer esta verdad inconcusa:
nuestro deber más imperioso es luchar por nuestra independencia terriblemente
amenazada. Y España es fuerte, mucho más fuerte de lo que piensan nuestros
enemigos, porque, como he dicho una vez, y no me importa repetirlo. España no
es una invención de la diplomacia extranjera o la resultante de tratados de paz
más o menos ineptos. Lleva siglos de vida propia, perfectamente definida por su
raza, por su lengua, por su geografía, por su historia y por su aportación a la
cultura universal. No dudéis un momento que traiciona a su patria quien se
niega a defenderla contra la invasión extranjera.
El gobierno de nuestra
República, en el ejercicio de un derecho incuestionable, y en el cumplimiento
de su más alto deber, ha formulado en el documento del doctor Negrín, de todos
conocido, las líneas generales de los fines de guerra para España entera. Nada
en ellos se prejuzga; nada en ellos implica coacción o amenaza. Todo en ellos
significa atención y respeto para todas las buenas voluntades de España.
Meditadlo bien. Y escuchad, al par, el dictado de vuestra conciencia. El os
señalará el único camino para ser españoles.
Antonio Machado,
La Vanguardia, 22 de noviembre de 1938
La Vanguardia, 22 de noviembre de 1938
"... aquel que el pueblo hubo de improvisar con los mejores de sus hijos...fuerte y superabundantemente provisto de razón y de energía moral."
ResponderEliminarAllí estuvieron los míos!!!!
Guiados por los ideales y la integridad!Sin intereses materiales .
Sufrieron mucho y fueron vencidos pero ¡ qué orgullo proceder de esas raíces valerosas y dignas!!
Gracias María y Gabino , por vuestro compromiso permanente en la recuperación de la Memoria!
Mis mejores deseos para el nuevo año.
Un abrazo.
Haydée
Gracias a ti compañera, por militar, junto a nosotros, en la trinchera contra la desmemoria, por renovar, como cada año, el compromiso contra la injusticia.
ResponderEliminarUn abrazo.