A las ocho y diez minutos de la tarde del 6 de octubre de 1934, Lluís Companys aparece en el balcón de la Generalidad acompañado de sus consejeros y proclama "l'Estat Català de la República Federal Espanyola":
«Catalanes: Las fuerzas monarquizantes y
fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar la República, han
logrado su objetivo y han asaltado el Poder.
Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones.
Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones.
Los hechos que se han producido dan a
todos los ciudadanos la clara sensación de que la República, en sus
fundamentales postulados democráticos, se encuentra en gravísimo peligro.
Todas las fuerzas auténticamente
republicanas de España y los sectores socialistas avanzados, sin distinción ni
excepción, se han alzado en armas contra la audaz tentativa fascista.
La Cataluña liberal, democrática,
republicana, no puede estar ausente de la protesta que triunfa por todo el
país, ni puede silenciar su voz de solidaridad con sus hermanos que en tierra
hispana luchan hasta morir por la libertad y el derecho. Cataluña enarbola su
bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia debida al
Gobierno de la Generalidad, que desde este momento rompe toda relación con las
instituciones falseadas.
En esta hora solemne, en nombre del pueblo
y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder
en Cataluña, proclama el Estado Catalán en la República Federal Española, y al
establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general
contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el Gobierno provisional
de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso
de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y
magnífica.
El Gobierno de Cataluña estará en todo
momento en contacto con el pueblo. Aspiramos a establecer en Cataluña el
reducto indestructible de las esencias de la República. Invito a todos los
catalanes a la obediencia al Gobierno y a que nadie desacate sus órdenes, con
el entusiasmo y la disciplina del pueblo.
Nos sentimos fuertes e invencibles.
Mantendremos a raya a quien sea, pero es preciso que cada uno se contenga
sujetándose a la disciplina y a la consigna de los dirigentes. El Gobierno,
desde este momento, obrará con energía inexorable para que nadie trate de
perturbar ni pueda comprometer los patrióticos objetivos de su actitud.
Catalanes!: La hora es grave y gloriosa.
El espíritu del presidente Macià, restaurador de la Generalidad, nos acompaña.
¡Cada uno a su lugar y Cataluña y la República, en el corazón de todos!
¡Viva la República! ¡Viva la libertad!»
Lluis Companys
6 de Octubre de 1934
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