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1305. España sale de sí




“... por los pasos del Pirineo como sangre mandada a empujones por un corazón espantador, la multitud llega interminable. Tiene color de tierra, color de muerte...; es el mismo suelo arrancado de sus cimientos a andar, es la materia de España, su sustancia, su función última... jamás ojos humanos han podido ver cosa semejante. ¿Hasta que remoto siglo hay que remontarse para encontrar algo así? La escena es antigua, nada en la historia moderna se le asemeja y en medio del inmenso dolor hay una intensa conformidad por haberlo visto y por haberlo visto como únicamente puede verse: desde dentro, formando parte de ello, siendo parte dolorida, trozo de leña, rama rota y pisoteada de este campo.

Lo que ocurre no tiene definición y es tan tremendo que se ha olvidado al enemigo ¿Hostigados por quien huimos? El cielo y la tierra se han unido y atrás, a nuestra espalda, una inmensa y oscura fuerza nos empuja. El mandato llega desde tan hondo, parte de tan abajo una fuerza que sería calumniarlo llamarla “idea”, ¿Idea?... no hay idea en el mundo que mueva algo así, que se mueva en su fondo más inmediato... lo que mueve es algo que solo puede tener lugar entre un dios terrible y el hombre. Lo que ocurre en un pueblo, a un pueblo entero, solo puede tener lugar entre un dios terrible y el hombre. Porque lo que ocurre a un pueblo, a un pueblo entero solo cabe definirlo con respecto a algo divino. El enemigo, el enemigo fascista, quedaba empequeñecido, mota parda en el cielo del destino. Lo que ocurría era tan tremendo que con ser grande la derrota militar no podía ser referido a él, y de ahí que los rumores crecían y crecían a medida que la multitud avanzaba... seguía creciendo más y el pánico se tornaba en espanto, y el espanto enloqueció a la gente, nubla la razón.

A medida que nos acercábamos al futuro la calma se iba extendiendo... temblaban las voces y daba voz a los enmudecidos. Y una vez alcanzada la frontera, el horror brotaba de nuevo... ¿qué ha hecho mi pueblo?...”.


María Zambrano, 9 de febrero de 1939
“España sale de sí”










2 comentarios:

  1. Es fácil comprender el dolor de toda esta gente, la mejor gente, expulsada de su país. Por aquellos que no respetaban a nada ni a nadie. Qué triste historia de España.

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  2. Triste historia y más triste aún el olvido.

    En el año 1950, el franquismo eliminó la palabra "exilio" del diccionario de la RAE. El falangista José Esteban Vilaró explicó el deseo del régimen de Franco: "Los rojos republicanos vivirán solamente en la infamia. Después, desaparecerán para siempre".

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