El Presidente de la República Francisco Largo Caballero y el ministro de Asuntos Exteriores Julio Álvarez del Vayo - (Chim) |
Transcribimos una nota de
Julio Álvarez del Vayo dirigida al Gobierno británico el 13 de marzo de 1937, sobre la participación de las tropas de Mussolini en la Guerra española a
favor de los rebeldes, hecho que violaba las disposiciones del Comité de No
Intervención.
Su Excelencia el Sr. Anthony Edén,
Principal Secretario de Estado de S. M.
para los Negocios Extranjeros del Reino Unido
Londres
Valencia, 13 de marzo de 1937
Excmo. Sr.:
1º.- De las declaraciones prestadas por los oficiales soldados italianos hechos prisioneros en el frente de Guadalajara se desprenden los siguientes hechos: el 6 de febrero y días siguientes desembarcaron en Cádiz, del vapor italiano «Sicilia» y otros, numerosas tropas regulares italianas equipadas, armadas y pertrechadas. Fueron concentradas en Puerto de Santa María y llevadas después al frente de Guadalajara a efectos de la actual ofensiva. Realízanla cuatro divisiones del ejército italiano, 1.ª, 2.ª y 3.ª divisiones de «Camisas Negras», mandada la última por el general Nuvoloni, cuyo puesto de mando está en Brihuega, y la división «Littoria», mandada por el general Bergonzoli, con puesto de mando en Almadrones. Manda en jefe este cuerpo de ejército el general Mangini, con puesto de mando en Algora. Completan las fuerzas atacantes dos Brigadas especiales, una de soldados regulares alemanes e italianos y otra de soldados regulares alemanes y cuatro compañías de «carabinieri» motorizadas. Cada división tiene dos regimientos de tres Batallones de 650 hombres, compuestos de cuatro compañías, tres de fusiles y fusiles ametralladoras y una de ametralladoras «Fiat». Cada regimiento tiene un pelotón de morteros de 45 y una batería de 65,17; otro de 75,27 y otro de 100,17; todos de tres baterías de a cuatro piezas, el primero sobre camiones y los restantes sobre tractores; de una batería antiaérea de 20 mm. y 260 disparos por minuto; de un batallón de 50 carros de asalto mixtos, unos armados de ametralladoras «Fiat» y ametralladoras antitanques de a 8; otros provistos además de cañones del 47; de una compañía de gasistas y lanzallamas, con seis pelotones de los primeros y dos de los segundos y, en fin, pontoneros, zapadores, artificieros, sanitarios, abastecedores y radiotelegrafistas. Todas las divisiones están motorizadas. Cada batallón cuenta con 70 camiones y la división tiene además un parque de reserva. Entre los batallones en acción se encuentran los números 500, 624, 824, 335 y 840. La aviación se compone de tres escuadrillas alemanas y cuatro italianas de doce aparatos cada una. Las escuadrillas italianas se componen de una sección de cazas y otra de bombardeo. Los aparatos son marca «Fiat», «Savoia», «Romeo». Van a llegar otras dos divisiones italianas. Se propone el mando tomar Madrid a tiempo que las escuadras italiana y alemana, con pretexto de vigilancia de la costa, atacarán Barcelona y Valencia. Estas son, en resumen las declaraciones prestadas por Antonio Luciano, comandante mayor en activo del ejército regular italiano, jefe de ametralladoras de la primera división «Littoria»; Achiles Sacchi, teniente en activo del ejército regular italiano, de la tercera División de «Camisas Negras»; Giuseppe Moretti, de la primera compañía del batallón 835; Andrea Cappone, del pelotón de morteros del batallón de morteros 835; Francesco Lodo, fusilero del batallón 835; Giuseppe Rossotto, de la segunda compañía del batallón 624, etc.
2º.- Estas declaraciones que quedan resumidas en el
párrafo anterior, confirman de manera incontrovertible la presencia en el
sector de Guadalajara y, por tanto, la participación en la lucha española
de parte de los rebeldes, de verdaderos contingentes del ejército regular
italiano. Ante todo, el Gobierno de la República quiere recordar que en su
Nota del 8 de enero preveía ya la eventualidad de que el envío sucesivo y
repetido de «voluntarios» aprovechando el retraso en el establecimiento del
Control, pudiera obligarle a modificar su actitud de principio ante la idea
misma del Control.
3º.- La participación en la lucha de contingentes
militares formando parte del ejército regular italiano, no sólo constituye la
más escandalosa violación perpetrada sobre el continente europeo desde la Gran
Guerra, de los principios mismos sobre los cuales ciméntase toda comunidad
internacional jurídicamente organizada y que constituye la esencia y la base de
la Sociedad de las Naciones, sino que plantea abiertamente una cuestión
política sobre cuya trascendencia apenas es necesario insistir. Se trata
ya de un caso caracterizado de la peligrosa modalidad anunciada por el Delegado
de España en el discurso que pronunció ante la Asamblea de la Sociedad de las
Naciones, de guerra efectiva, patente, sin previa declaración.
Es imposible, en efecto, que nadie pueda confundir la
infracción más o menos abierta del compromiso de no autorizar la salida de
«voluntarios» con destino a la lucha española, y la organización y envío por el
propio Gobierno italiano de una verdadera expedición militar destinada a
combatir al lado de los rebeldes. Lo primero es algo que puede estar sometido a
la garantía de un mecanismo técnico de control más o menos perfecto. Lo segundo
plantea una cuestión política de la máxima gravedad y trascendencia, cuya
solución no puede ciertamente encontrarse en la aplicación de un control, por
perfecto que sea, sino que requiere la colaboración directa de los países sobre
quienes pesa el honor y la responsabilidad de las funciones rectoras en la vida
internacional contemporánea.
A juicio del Gobierno español, esta cuestión se halla
ya planteada, y claras las responsabilidades que de ella se derivan; su juicio
se apoya en pruebas netas y categóricas. Pide que se examinen y quede decidido
de manera inapelable que su juicio corresponde a la realidad de los hechos.
Este es el objeto de la presente Nota.
El Gobierno de la República requiere, en un espíritu
de confianza y colaboración, al Gobierno del Reino Unido para que éste tenga a
bien interponer cerca del Comité de No Intervención su valiosa influencia, a
fin de obtener de éste último se encargue a la mayor brevedad posible de las
tareas más arriba indicadas, consistentes, en suma, en examinar y
pronunciarse sobre las alegaciones del Gobierno español respecto de la
verdadera naturaleza y carácter de la colaboración militar prestada por el
Gobierno italiano a los rebeldes.
El Gobierno de la República se declara desde ahora
dispuesto a prestar su entera colaboración a las medidas que el Comité de No
Intervención juzgara necesarias adoptar a ese efecto.
Renuevo a Vuestra Excelencia las expresiones de mi más
alta y distinguida consideración.
Julio Alvarez del Vayo
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