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2453. Paseo cultural homenaje a la poética de la Escuela de Vallecas

Este año se conmemora el 90 aniversario de la Escuela de Vallecas, cuando en los inicios de 1927, el escultor Alberto Sánchez, su amigo y discípulo, Pancho Lasso y a los que meses después también se unió el pintor Benjamín Palencia, comenzaron sus paseos por el pueblo de Vallecas y el cerro Almodóvar en su búsqueda de una respuesta plástica nacional al modernismo y las vanguardias artísticas europeas de aquel tiempo.

Aquella experiencia que tuvo como escenario el campo vallecano fue un movimiento que -años después- él mismo bautizó como Escuela de Vallecas y que supuso una de las expresiones plásticas de mayor relieve de la primera mitad del siglo XX.

Impregnados de su espíritu renovador, en aquellos paseos hacia los campos vallecanos, Alberto y Benjamín, fueron acompañados con mayor o menor frecuencia, por otros artistas, escritores y poetas como Luís Castellanos, José Bergamín, Luís Felipe Vivanco, E. Díaz Yepes, J.M. Díaz-Caneja, Maruja Mallo, Alberti, Neruda, Federico García Lorca o Miguel Hernández.

Aquellos paseos –casi a diario según escribió el propio Alberto- los hacían partiendo desde Atocha en la proximidad del Gran Café Social de Oriente en donde tenían lugar las tertulias de arte en las que participaban activamente, y “caminando junto a las vías del tren”, hasta llegar al pueblo de Vallecas, destino frecuente de muchos de ellos. Allí, atravesando sus campos de trigo, olivares, viñas y caminos aledaños alcanzaban el cerro Almodóvar, bautizado por ellos como “cerro Testigo” de su postulado plástico.

Recogiendo el espíritu de aquellos paseos “iniciáticos”, como homenaje a ellos y a uno de su más ilustre compañero de aquella aventura, Miguel Hernández en el 75º aniversario de su muerte, realizaremos el primer “Paseo cultural homenaje a la poética de la Escuela de Vallecas”, recuperando poéticamente noventa años después, la memoria de aquel paisaje que transitaron, por lugares simbólicos que aún sea posible reconocer y la de los caminos que conducían a su cerro Testigo y que comunicaban los pueblos vecinos de Vallecas y Vicálvaro. Este paseo cultural recordará cada año, a aquellos artistas que enraizaron en nuestro pueblo en la búsqueda del reconocimiento estético de la naturaleza y del paisaje desde las coordenadas de la más absoluta modernidad.

Al mismo tiempo, este paseo cultural tendrá una mirada hacia la vida en la ciudad en la que el sosiego del paseo y la búsqueda de un espacio abierto, permita rehumanizarla y, metafóricamente, rememorar también a Alberto Sánchez, Benjamín Palencia y su “troupe” vanguardista que buscaron en aquella naturaleza rural del extrarradio de la gran ciudad, la pureza de su propuesta plástica.

La ruta destacará los puntos más representativos cuyo valor histórico o de arraigo en las costumbres populares de los pueblos de Vallecas y Vicálvaro donde tenían lugar aquellos paseos, puedan aún hoy ser reconocidos o recordados.

Dado que transcurre por lo que hoy son tres distritos, se invita también a participar a las vecinas y vecinos de Puente de Vallecas y Vicálvaro a través de sus respectivas mesas de Cultura del Foro Local.

El desarrollo del recorrido del paseo cultural tiene su inicio en la entrada del Museo Reina Sofía, junto a la réplica de la escultura de Alberto Sánchez para el pabellón Español de la Exposición internacional de París de 1937, “El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella” y muy cerca al lugar desde ellos mismos lo hacían hace noventa años,  y tiene como punto final el cerro Almodóvar.

En el recorrido se realizarán paradas en lugares significativos en donde tendrán lugar intervenciones poéticas y musicales. Se harán lecturas de poemas y textos de Neruda, Alberti, Miguel Hernández, Picasso,etc., dedicados especialmente a Alberto Sánchez y a la Escuela de Vallecas. El recorrido será peatonal, excepto el tramo inicial desde Atocha, que se realizará en metro.

Como homenaje destacado al compañero y protagonista de aquella aventura, la primera parada será en el monumento dedicado a Miguel Hernández en Vallecas, junto a la estación de metro de su mismo nombre en la Línea 1. Allí, se realizará el encuentro con quienes inicien en ese lugar el recorrido del Paseo, teniendo lugar además, una lectura poética.

A partir de ese punto el recorrido del Paseo será peatonal y semiurbano, primero por la Avenida de la Albufera, pasando junto a lugares que tuvieron gran arraigo en las costumbres y tradiciones del pueblo de Vallecas: la ermita de San Antón ya desaparecida, La Arboleda  –una «arboleda perdida» para los vallecanos- y la fuente de Carrantona. En este último punto, que administrativamente, hoy pertenece al distrito de Vicálvaro, volveremos la mirada hacia el marco rural que aquel espacio significó para Vicálvaro y Vallecas, realizando el encuentro con los vecinos del antiguo pueblo (hasta 1951), que deseen incorporarse al paseo.

Desde Carrantona, el recorrido continúa por una zona de parque forestal que permitirá divisar con perspectiva el Cerro Almodóvar al ir aproximándose a él. El paseo subirá por las sendas tradicionales desde Vicálvaro que permiten salvar el desnivel de manera cómoda.

Una vez tomado un descanso tras el recorrido efectuado (6,3 km), se realizará un recital poético, musical y lectura de algunos textos en recuerdo a los artistas de la Escuela de Vallecas y de la generación del 27 recordando además, que aquel lugar fue el elegido por Alberto para erigir una versión a gran escala de su obra Monumento a los Pájaros.


Las vistas desde el Cerro Almodóvar

Se trata del segundo punto más alto de la ciudad de Madrid (la cota más elevada está en el barrio de Pinar de Chamartín con 742 m.). Su nombre deriva del árabe que significa “el redondo”; desde su meseta superior (726 metros, en la base 670 m.) se tiene una amplísima visión circular de Madrid y todos sus alrededores, con la sierra de Guadarrama de fondo (Monte Abantos, La Maliciosa, La Cuerda Larga y el macizo granítico de La Pedriza son visibles en días claros y sin contaminación y puede divisarse también el Pico Ocejón (2049 m) de la sierra de Ayllón, y otros cerros testigos más próximos como el de los Ángeles, el de San Juan del Viso en Alcalá y el de los Batallones (Torrejón de Velasco).

Desde allí, además de Vallecas y Vicálvaro, se divisan Barajas, Paracuellos, Coslada, Torrejón y Alcalá de Henares, Mejorada del Campo, Rivas Vaciamadrid, Arganda del Rey, Campo Real, La Marañosa, los altos de Morata de Tajuña, Getafe, Villaverde, Usera, …  Y de manera espectacular el centro de la ciudad de Madrid, con su "skyline" (Torres KIO, Cuatro Torres, Pirulí, Torre Picasso, Torre del Retiro, Torre de Valencia), e incluso el edificio Telefónica de la Gran Vía, (1926-1929) “rascacielos” que sería observado desde allí también por los componentes de la Escuela de Vallecas hace noventa años, levantándose como un tótem gigante sobre todos los edificios de la ciudad hasta sus casi 90 metros de altura.

[…] «De todo esto surgió la idea de lanzar una nueva escuela, la Escuela de Vallecas. Tomamos la cosa con verdadero fanatismo. Nos dimos a coleccionar piedras, palos, arenas y todo objeto que tuviera cualidades plásticas. Hasta el extremo de que una vez encontramos en un barbecho de Vallecas un zapato viejo de mujer y sobre el hallazgo comparamos los dos mundos: el de campo abierto y el del interior de Madrid. Esto nos hizo lanzar el grito de "¡Vivan los campos libres de España!".» [1] 


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[1] Declaraciones de Alberto Sánchez, publicadas en el libro “Palabras de un Escultor” 1975



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