la mar, de la que soy
cada vez, más íntimo
amigo
M. de Unamuno
A esta soledad a solas
(acantilado en que rompen
los sueños como las olas)
he vuelto para soñar,
como Unamuno soñaba:
la “íntima amistad del mar”.
Soledad de soledades
de la mar, siembra en el viento
de futuras tempestades.
De los vientos que sembraba
nunca pudo cosechar
la tempestad que esperaba.
Y esta mar brava o en calma
acompañó el solitario
diálogo con su alma.
Como si la mar no fuera
más que el soliloqueante
soñar de su vida entera.
Mar cántabra unamuniana,
vuelvo a ti para encontrar
su íntima amistad lejana.
Para volverla a soñar.
José Bergamín
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