María Torres / 24 de octubre
de 2019
Hoy he recordado a mi
abuelo, víctima del franquismo, víctima de la represión institucionalizada,
víctima del mecanismo de humillación y aniquilación física y psíquica impuesto
por los vencedores de la Guerra de España.
El hombre que guardó
silencio toda la vida pero mantuvo intacta su dignidad ante una dictadura que
fue la portadora del terrorismo de Estado. Un Estado que cuando abrazó a la
democracia, y hasta el día de hoy, ha garantizado, a través de sucesivos
gobiernos constitucionales, la impunidad de los represores.
Ningún Estado puede imponer el olvido sobre
lo irreparable o lo imperdonable.
Hoy he recordado a mi abuelo y a todas las
víctimas, aquellas que todo lo perdieron en defensa de los valores democráticos: los asesinados, los 114 mil desaparecidos, los hombres y las mujeres que fueron encarcelados, torturados;
los esclavos del franquismo; los hombres y las mujeres que se vieron avocados
al exilio; los que fueron hacinados en los campos de concentración franceses; los
deportados a los campos nazis con la complicidad del franquismo; los miles de
niños arrebatados a sus madres; los hombres y mujeres que actuaron en la
resistencia antifranquista y que fueron aniquilados por el aparato represor del
régimen; las madres que quedaron viudas; las niñas y niños que quedaron
huérfanos por el encarcelamiento o la muerte de sus padres y muchos miles y miles de ciudadanos a los que,
bajo el manto del nacional catolicismo, se les privó de vivir una vida en
libertad.
He brindado por ellos, consciente de que queda mucho por hacer, pero quiero creer
que hemos iniciado el camino de la ansiada Verdad, Justicia y Reparación,
porque el paso del tiempo no debilita esta petición, al
contrario, la hace más legítima.
Hoy, después de 44 años, y tras la exhumación del
dictador de su Valle de los Caídos, se ha llevado a cabo Justicia poética,
aquella que no sólo exige que el agravio sea castigado y el daño recompensado,
sino que triunfe el bien sobre el mal, que triunfe también la lógica y se ponga
fin a la impunidad.
Me uno a ese brindis tricolor.
ResponderEliminar¡Salud y República!
¡Brindemos!
EliminarPor todas y todos ellos, un brindis. SyR ❤💛💜
ResponderEliminarSalud!
EliminarGenial como siempre, Maria.
ResponderEliminarGracias. Salud!
EliminarBrindemos pues
ResponderEliminarGracias una vez mas, querida
ResponderEliminarBesazos