León Felipe visitando el sector Casa de Campo de Madrid - AGA |
I
No me contéis más cuentos
Ya se han contado todos.
Todos se han dicho y se han escrito.
Y todos se han ovillado y archivado.
Los ha contado el viejo patriarca,
los han cantado el coro y la nodriza
los ha dicho un idiota, lleno de
estrépito y de furia,
se han grabado en la ventana y en la
rueda
y se han guardado en cajas fuertes
las matrices.
Hay réplicas exactas de todas las
tragedias,
discos fonográficos de todas las
salmodias,
y placas fotográficas de todos los
naufragios.
Ninguno se ha perdido. Estad
tranquilos.
Se sabe que el poema es una crónica,
que la crónica es un mito,
la Historia, una serpiente que se
muerde la fábula
y el poeta el cronista del Rey y el
Arzobispo:
el narrador de cuentos.
Todos se han registrado.
Y todos están vivos todavía. Ahí pasa
el pregonero:
"¡Cuentos!... ¡Cuentos!..
¡Cuentos!... "
Es aquel viejo vendedor de sombras y
de risas
que ahora pregona cuentos.
Pero yo no quiero cuentos...
No me contéis más cuentos.
II
Se todos los cuentos
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con
cuentos,
que los gritos de angustia del hombre
los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan
en cuentos,
que los huesos del hombre los
entierran con cuentos...
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los
cuentos...
y sé todos los cuentos.
III
El dulce cuento de la rosquilla
Contar es enumerar y referir.
Tú cuentas: uno, dos, tres...
Él cuenta: un cuento, dos cuentos, tres
cuentos...
Cuentas... cuentos... ¡Todos sabéis
contar!
Pero al final de cuentas sólo contáis un
cuento:
el dulce cuento de la rosquilla, nada
más.
Porque la serpiente se chupa el caramelo
de la cola
y se lo chupa el Hijo Pródigo...
y elúltimo caballero del Grial...
y el miedo y el feto y la impotencia...
y la voluta desmayada del capitel
barroco y aplastado
de la Catedral
y el vendaje diamantino de la momia...
y el del sudario primero de Lázaro
--primero y provisional--;
y la citna dorada de la gorra...
y la hebilla de la espuela...
y el cíngulo de nieve y de sal
de la mujer de Lot, y el rosario...
y el balduque del legajo revolucionario
y constitucional...
y la cincha anillada de onzas y de balas
que ornamenta y sostiene el heroico
vientre satisfecho
del general...
y la ciega mula democrática,
y el toro fugitivo y fogueado que
volverá a dormir
en el corral;
y la verja de lanzas del palacio...
y la antigua muralla de la China...
y la nueda ciudadela del Kremlin...
y la gran estola cuaresmal...
Y la escalera se lo chupa también
(los que bajaron subirán
y los que subieron volverán a
bajar).
IV
Trampas
Trampas de redes y de lazos
son los cuentows
con los que me ovillan a la tierra
y con los que me cercan en el tiempo;
o un estanque...
o un espejo
donde yo me repito
y me reflejo.
Romped,
romped todos los cuentos,
que no viero verme
en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto.
V
Contadme un sueño
Ahora estoy de regreso, he llegado hace
poco,
soy nuevo en la ciudad... Y esto quiere
decir:
Me durmieron con un cuento...
y me he despertado con un sueño.
Voy a contar mi sueño, narradores de
cuentos.
Voy a contar mi sueño.
Es un sueño sin lazos,
sin espejos,
sin anillos,
sin redes,
sin trampas... y sin miedo.
VI
Oíd
Soñé... ¡Sueño!
No soy un cuento.
Vengo de más lejos...
¡Soy y vengo del sueño!
Y digo que soñar es querer, querer,
querer, querer...
querer escaparse dle espejo,
querer desenredarse del ovillo,
querer descoyuntarse de la dulce
rosquilla de los cuentos,
querer desenvolverse... prolongarse...
soñar es decir 4 veces,
44 veces,
4,444 veces por ejemplo:
Yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
verme en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto;
quiero verme en el viento
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento.
"Quiere el hilo,
sueña el hilo
en la espadera,
sueña el hilo
que saldrá
algún día...
¡un buen día!
hecho manto
de telar."
Lo que pasó bajo la cuerva de los cielos
se prolonga bajo los huesos de mi
cráneo.
(¡Hay algo nuevo bajo el sol!)
Lo que soñé en la tierra y en el vientre
fecundado
de mi madre
lo sigo aquí ahora sobre la piedra
oscura de mi almohada.
¡Fui semilla que quiso ser
espiga
y soy espiga que sueña en ser
pan ázimo!
León Felipe
Llamadme publicano, 1950
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