Tomás Segovia y Ramón Gaya |
Ramón
Estoy
sentado delante del verano
Pensando
qué palabra o qué tibieza darte
Hoy
que se nos otorga una fecha y un sitio
No
para que pasemos para que allí acudamos
Para
estar allí juntos en un día de signos
Donde
el nombre y el pan serán ceremoniales
Pensando
qué don darte humilde y verdadero
Que
no pague por nada que declare la deuda
Pero
pensando más en ti que en la tarea
Como
el niño que deja sin trenzar la guirnalda
Por
soñar la emoción que la motiva
Pensando
por ejemplo ante el potente estío
En
un brillo horneado que recuerdo en tu frente
Me
acuerdo de ti en Roma en México en París
En
la nieve en el frío en la temosa lluvia
Tu
frente estaba siempre en el verano
Tienes
ahí la piedra más clara aún que fuerte
Que
topa sin cesar muy altas cristaleras
No
mármol ni granito sino canto de río
Que
tiene más de pan que no de monumento
Sé
qué entera has tenido siempre esa piedra tuya
Que
nunca la has molido para arena de diques
Ni
la has tirado al suelo para muro de greyes
Piedra
en pie piedra en puño piedra inmóvil de honda
Fuerte
no por el peso ni la celeridad
Fuerte
por el momentum poderosa por dentro
Piedra
que nada tiene del hiriente diamante
Excepto
lo diáfano de su sombra central
Con
sus graves destellos pero sin sus aristas
Sino
lisa y pulida y alta como tu frente
Con
esa curva fina pero que nada quiebra
Poderosa
con calma que has dibujado siempre
Bañada
en claridad lo mismo que tus cuadros
Que
la luz aureola mucho más que ilumina
Y
ahora que te veo llegar hasta tus años
Llevando
por delante como tu fuerza viva
La
piedra fogueada de tu frente
Pienso
que tu mirada que es siempre tan visible
Que
se hace para algunos a veces inmirable
Es
certera también
Como
solo es certera una piedra certera
Segura
como el pulso con que tu mano unánime
Persuade
el material aun más que lo domina
No
lucha con el cuadro como el forzudo púgil
Sino
acierta con él como el hondero
Sé
que has visto no sé si con mayor justicia
O
más utilidad o mejor que los otros
Pero
certeramente
Verdades
en la vida
Pero
sólo lecciones en la historia
Y
sé que lo que sueñas y lo que tal vez eres
Es
esa unión del pulso seguro y de la piedra
Esa
plomada en carne certera y palpitante
Esa
especie de piedra animal que es el alma.
Tomás
Segovia
Carta
a Ramón Gaya en el verano de su vida y de 1980, escrito en Sorede en junio de
1980 y publicado el mismo año en el Homenaje a Ramón Gaya por la Editora Regional
de Murcia, al cumplir Ramón Gaya 70 años.
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