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3185. Carta a Ramón Gaya en el verano de su vida y de 1980

Tomás Segovia y Ramón Gaya


Ramón         
Estoy sentado delante del verano
Pensando qué palabra o qué tibieza darte
Hoy que se nos otorga una fecha y un sitio
No para que pasemos para que allí acudamos
Para estar allí juntos en un día de signos
Donde el nombre y el pan serán ceremoniales
Pensando qué don darte humilde y verdadero
Que no pague por nada que declare la deuda

Pero pensando más en ti que en la tarea
Como el niño que deja sin trenzar la guirnalda
Por soñar la emoción que la motiva
Pensando por ejemplo ante el potente estío
En un brillo horneado que recuerdo en tu frente
Me acuerdo de ti en Roma en México en París
En la nieve en el frío en la temosa lluvia
Tu frente estaba siempre en el verano
Tienes ahí la piedra más clara aún que fuerte
Que topa sin cesar muy altas cristaleras
No mármol ni granito sino canto de río
Que tiene más de pan que no de monumento
Sé qué entera has tenido siempre esa piedra tuya
Que nunca la has molido para arena de diques
Ni la has tirado al suelo para muro de greyes
Piedra en pie piedra en puño piedra inmóvil de honda
Fuerte no por el peso ni la celeridad
Fuerte por el momentum poderosa por dentro
Piedra que nada tiene del hiriente diamante
Excepto lo diáfano de su sombra central
Con sus graves destellos pero sin sus aristas
Sino lisa y pulida y alta como tu frente
Con esa curva fina pero que nada quiebra
Poderosa con calma que has dibujado siempre
Bañada en claridad lo mismo que tus cuadros
Que la luz aureola mucho más que ilumina
Y ahora que te veo llegar hasta tus años
Llevando por delante como tu fuerza viva
La piedra fogueada de tu frente
Pienso que tu mirada que es siempre tan visible
Que se hace para algunos a veces inmirable
Es certera también
Como solo es certera una piedra certera
Segura como el pulso con que tu mano unánime
Persuade el material aun más que lo domina
No lucha con el cuadro como el forzudo púgil
Sino acierta con él como el hondero
Sé que has visto no sé si con mayor justicia
O más utilidad o mejor que los otros
Pero certeramente
Verdades en la vida
Pero sólo lecciones en la historia
Y sé que lo que sueñas y lo que tal vez eres
Es esa unión del pulso seguro y de la piedra
Esa plomada en carne certera y palpitante
Esa especie de piedra animal que es el alma.


Tomás Segovia
Carta a Ramón Gaya en el verano de su vida y de 1980, escrito en Sorede en junio de 1980 y publicado el mismo año en el Homenaje a Ramón Gaya por la Editora Regional de Murcia, al cumplir Ramón Gaya 70 años.








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