Boadilla del Monte está al lado de la famosa Venta de la Rubia, y las aristocráticas cacerías eran una fuente de ingresos bastante saneada para algunos vecinos del pueblo.
—Por esta razón— me explica doña Dolores Aparicio y Blanco, la nueva alcaldesa— hay unos veinte parados. Ahora voy a gestionar que se haga una carretera a Brunete; si lo consigo, esa obra lo resolvería todo.
La alcaldesa y maestra de Boadilla es viuda de militar. Cuando la nombraron para el nuevo cargo pronunció un discurso ante los vecinos del pueblo.
"Sentiría —dijo— ser alcaldesa, si en este cargo he de perder la estimación que en el pueblo gané como maestra."
Hubo aplausos, gritos de "¡Viva la señora alcaldesa!", y una manifestación de muchachas conscientes, para festejar el triunfo del feminismo.
L.G. de L.
Estampa, 11 de febrero de 1933
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