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41. Aida de la Fuente, la rosa roja de Asturias

Amaya Caunedo / pcasturias.org

Nacida un año después de la Revolución Bolchevique en Rusia; era hija de Gustavo de la Fuente y Desusa Penaos. Su padre, cartelista de profesión fue uno de los fundadores del Partido Comunista en Oviedo. Desde pequeña comenzó a militar en organizaciones comunistas, primero en los pioneros y más tarde en la Juventud Comunista.

Tras su ingreso en la organización juvenil una de sus principales misiones fue la de recabar dinero para enviar a los presos políticos de las distintas huelgas y conflictos obreros que sacudían Asturias a comienzos de los años 30. Militante incansable vendía el periódico “Juventud Roja” por las calles. Solía pasar los sábados (el día en que los obreros cobraban el salario semanal) en el local del Partido Comunista, en las calles, en los bares e incluso en la Casa del Pueblo socialista pidiendo dinero para enviar a los penados; con el resultado de la colecta se compraba comida, ropa, tabaco... que dos veces por semana ella les entregaba a sus compañeros en la Cárcel Modelo de Oviedo. En aquella época, la Juventud Comunista era una organización muy pequeña, y Aida era una de sus principales dirigentes.

Cuando estalló la Revolución de Octubre de 1934, se creó el “Soviet de La Argañosa” en el conocido barrio obrero del mismo nombre. Rápidamente se organizó el abastecimiento para los vecinos y los combatientes, se emitieron vales y la vida económica y social del barrio pasó a ser controlada por el Soviet mientras duró la Revolución. Como enardecida militante de la Juventud Comunista, ella fue uno de los enlaces entre dicho Soviet, el Comité Revolucionario y los milicianos que estaban en el frente. El día 13 de octubre, cuando el ejército ya había entrado en Oviedo para aplastar la Revolución, Aida de la Fuente cumplía con su misión de enlace, sabían que la Estación del Norte iba a ser tomada por las fuerzas del Tercio y decidió subir ella misma a San Pedro de los Arcos (posición estratégica para controlar la mencionada estación).

A día de hoy seguimos sin saber los verdaderos motivos que hicieron que acudiera a San Pedro, algunas fuentes apuntan a que se trasladó allí para informar a los compañeros de la inminente llegada al Tercio y la necesidad urgente de abandonar dicha posición, sin embargo también existe la teoría de que acudió para poder seguir luchando hasta el final contra las fuerzas represoras y contrarrevolucionarias. Lo cierto es que Aida murió en San Pedro de los Arcos, junto a otros siete compañeros más que se encontraban defendiendo dicha posición. Existen, así mismo, muchas versiones sobre su muerte, la más difundida es que murió disparando contra los legionarios con una ametralladora, otras afirman que se pegó un tiro antes de que los militares pudieran alcanzarla, lo cierto es que el vestido que llevaba ese día, que las vecinas de la zona entregaron a su madre, tenía numerosos agujeros de bala, lo que hace pensar que fuera fusilada directamente en la trinchera. No importa que Aida manejara o no la ametralladora en el momento justo de su muerte, lo cierto es que fue asesinada vilmente mientras luchaba por la Revolución.

Aida de la Fuente Penaos, ha sido, es y siempre será un referente de mujer revolucionaria, militante comunista incansable, que no cejó jamás en la lucha, su vida cotidiana estaba enteramente dedicada a transformar esta sociedad. Desde socorrer a los presos hasta acabar asesinada en la trinchera mientras peleaba, como no les queda más remedio que hacer a las heroínas de la Revolución, luchando hasta el final contra el capital y la reacción.



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