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84. Diecisiete Rosas




Eulogia Alanís García, Ana María Fernández Ventura, Antonia Ferrer Moreno, Granada Garzón de la Hera, Granada Hidalgo Garzón, Natividad León Hidalgo, Rosario León Hidalgo, Manuela Liánez González, Trinidad López Cabeza, Ramona Manchón Merino, Manuela Méndez Jiménez, Ramona Navarro Ibáñez, Dolores Palacios García, Josefa Peinado López, Tomasa Peinado López, Ramona Puntas Lorenzo y Manuela Sánchez Gandullo.


María Torres /Diciembre 2011

Son los nombres de 17 mujeres de Guillena, una localidad de Sevilla. Cuando les quitaron la vida tenían entre 20 y 70 años. La mayoría eran madres  y había incluso alguna embarazada.  Fueron fusiladas por los falangistas en noviembre de 1937. Su delito: la supuesta vinculación de sus maridos y/o familiares a partidos y sindicatos de izquierda.

El 8 de septiembre de 1937, coincidiendo con las fiestas de la patrona de Guillena, diecinueve mujeres fueron detenidas. Dos de ellas serían más tarde indultadas. Raparon sus cabezas, las pasearon por el pueblo, las obligaron a tomar aceite de ricino, (el ritual de los fascistas) y las llevaron a la iglesia para ser excomulgadas. Poco tiempo después, el 12 de octubre, las subieron en un camión con destino a Gerena, donde el médico de la localidad, Juan Palma, falangista,  hizo lo imposible por salvarlas, pero sólo lo consiguió con dos.

Los vecinos de Gerena aún recuerdan los gritos de estas mujeres, a las que se les infringió una crueldad ilimitada y acabaron siendo asesinadas en el cementerio. Los falangistas  se cuidaron mucho de no dejar huellas. No existe soporte documental salvo en dos casos: El de Rosario León Hidalgo, recogido en un expediente administrativo y una inscripción de su muerte en el registro civil, y el de Granada Garzón de la Hera, en expediente instruido por su hija Manuela Aguilera. La mayoría de las víctimas permanecen inscritas en los registros civiles como personas vivas.

Sus familiares esperan que pronto sean exhumados sus cuerpos y se realicen las correspondientes pruebas de ADN.

Corchetes, un botón rosa de una rebeca, trozos de zapatillas, pedazos de suelas de goma, son las primeras pruebas que han sacado a la luz las catas  arqueológicas llevadas a cabo en el cementerio de Gerena. En las prospecciones también han sido localizados, en tres capas, restos de cráneos, de tobillos, de caderas, un diente y una bala, que se suma a las 17 halladas en una primera fase, a tan sólo 40 centímetros de las anteriores.

En los alrededores de la fosa común donde yacen las diecisiete rosas andaluzas hay un reguero de casquillos fabricados en la pirotecnia de Sevilla, con fecha de 1936.

Ayer 2 de diciembre de 2011 la localidad de Guillena les otorgó el nombramiento de hijas predilectas, aprobado por unanimidad y en pleno extraordinario Uno de los pocos homenajes públicos que las instituciones han realizado a mujeres represaliadas.

Hay quienes aún niegan la historia y los miles de víctimas que dejó el bando rebelde en cunetas y fosas comunes. Víctimas cuya voz que les fue negada se ha convertido en la nuestra, para reescribir un capítulo de la historia de este país que no está cerrado.

Existe el derecho a saber, no como algo individual, si no como el derecho a conocer la verdad, y este un derecho colectivo que hunde sus raíces en la historia, para evitar que puedan reproducirse en el futuro hechos semejantes. Al Estado español le corresponde el deber de recordar. El conocimiento por un pueblo de la historia de su opresión forma parte de su patrimonio y por ello debe conservarse.








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