Felipe Matarranz recuerda el
18 de julio de 1936 que vivió en Torrelavega. "Recuerdo aquel 17 de julio.
Yo vivía en Torrelavega. Ya nos habían avisado lo que iba a pasar en África. La
gente salía a la calle, iba y venía con miedo gritando: ¿Sabéis lo que ha
pasado?", rememoraba ayer el asturiano de 96 intrépidas primaveras, Felipe
Matarranz. Escasos minutos más tarde, aquel mozuco asturiano de 20 años, con
otros cuatro amigos de las Juventudes Socialistas Unificadas tomaron el
ayuntamiento. "Le dije al alcalde: ¡fuera! Que nos vamos a hacer cargo del
ayuntamiento. Me dijo, ¿fuera? Yo también me quedo con vosotros para luchar
contra los sublevados". Al día siguiente, 18 de julio, ingresó en las
milicias populares, siendo elegido jefe de su grupo.
Pasados 75 años, este
comunista que luchó entre otros sitios en Bizkaia y Gipuzkoa, sigue siendo
"el soldado que defendió la República. Sigo luchando". Hasta el punto
de que ayer mismo una televisión madrileña le pidió una entrevista junto a un
franquista. "¿Un franquista? ¡Lejos! No eran nacionales. Los nacionales
reales éramos nosotros. Ellos eran invasores. Franco fue un invasor. ¿Yo con un
franquista? De ninguna manera: traidores", diferencia con energía. "Hoy
vivimos en un franquismo sin Franco. El 14 de abril de 1931, la bandera era
tricolor y al morir Franco, se mantuvo la bicolor. Eso significa algo".
Matarranz (La Franca,
Asturias/1915) es una leyenda republicana muy viva. "Ahora nos llaman para
entrevistas, cuando estamos para morir, aunque a mí no me duele nada",
subraya con lozanía. Conocido como José El Lobo, en sus cuatro años como enlace
en el monte, detesta calificativos como maquis o guerrillero. "Yo repito,
soy soldado republicano. Además, nos veían como héroes. Ya te digo yo quiénes
fueron los héroes de la clandestinidad: ¡Las mujeres! No lo dice nadie. Y ellas
se jugaban la vida, además, de hacer lumbre para nosotros, comida, lavar la
ropa… Además, les torturaban, incluso violaban. Algunos maridos no han llegado
a saber que su mujer fue violada y a mí me lo han confesado", enfatiza
este comunista que aprendió de su padre que "hay dos tipos de personas:
los capitalistas y los trabajadores". "Yo soy de los segundos. Si
muchos votan al PP es porque el fascismo hizo su trabajo: sabían que un pueblo
inculto lo domina cualquiera. Y así nos va, aunque a mí el PCE también me ha
olvidado. Sus dirigentes; no la base".
Setenta y cinco años atrás,
al tomar el ayuntamiento de Torrelavega, Matarranz y otros compañeros de la JSU
reunieron todas las escopetas de los cazadores del pueblo para luchar contra
los franquistas, se acercaron a la mina de Reocín a por dinamita e, incluso, se
las ingeniaron para inventar un tipo de bombas con botes de pimientos y
metralla sobre una mesa pequeña. "¡Ya teníamos bombas!", resume quien
sufrió cárcel, torturas y fue considerado "hombre peligroso para la
patria". El 10 de octubre de 1936 fue herido en combate de forma grave con
una bala que le salió por los riñones." Me echaron donde los muertos y
vivo gracias a un médico que se dio cuenta de que no estaba tieso",
concluye quien el lunes no "veré tele ni pondré la radio. Yo ya sé lo que
pasó. ¡Y la verdad!".
No comento ..mas te leo .
ResponderEliminarUn saludo .
PILAR