Lo Último

465. Palabras de Azaña




Ninguna política se puede fundar en la decisión de exterminar al adversario; no sólo -y ya es mucho- porque moralmente es una abominación, sino porque, además, es materialmente irrealizable; y la sangre injustamente vertida por el odio renace, no sobre los que la derramaron, desgraciadamente, sino sobre el propio país que la ha absorbido para colmo de su desventura.
Yo me opondré con el peso de mi autoridad y con todo el poder que tenga, a que nuestro país, el día de la paz, pueda entrar nunca en un rapto de enajenación por las vías del odio, de la venganza, del sangriento desquite. Tenemos que habituarnos otra vez unos y otros a la idea de que veinticuatro millones de españoles, por mucho que se maten unos a otros, tienen la necesidad y obligación de seguir viviendo juntos para que la nación no perezca.
 
Manuel Azaña, Presidente de la República
17 de julio de 1937
Extracto de un discurso en la Universidad de Valencia







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