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464. Cartas desde el exilio



“Señor embajador, escribo a lápiz porque no tenemos tinta más que para el sobre”

"Es muy triste tener que esconderse como si uno fuera una mala persona y el único delito que tengo es haber defendido a la República española”, escribe desde París un exiliado en una carta dirigida el 4 de abril de 1939 a la Embajada de México solicitando asilo en este país. Como miles de compatriotas, la inmensa mayoría internados en campos de concentración del sur de Francia, los refugiados exponen en ellas el drama de la derrota, las precarias condiciones de vida en la que se encuentran, la pérdida de familiares y bienes y la imposibilidad de volver a la España de Franco donde solo les espera el cadalso. Gente de todos los oficios y profesiones, que relatan su desgracia, desde quienes no tienen “más tinta que para escribir el sobre” hasta el muchacho de 14 años que quiere emigrar “para ser un hombre y no un golfo”.


» Carlos Sala Franqueza, 48 años, Alicante (Champs du Bigné).

“Sr. Embajador: Mil perdones por escribirle con lápiz (...) No tenemos tinta más que para escribir el sobre, debido a que no disponemos de moneda francesa y la española no la quieren (...) Dentro de la desgracia, si es que esto lo es, he forjado una ilusión: poder ir a Méjico para ensayar el cultivo del arroz (...) Soy hijo de Pego, donde se cultiva el arroz bomba de tanta fama en España (…)”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3 | Página 4)

» Miguel Samitier Rodríguez, Campo 13 (Depósito de Intendencia de Saint Cyprien).

“No quiero cansarle con mi narración, porque vd. sabrá positivamente qué son estos campos de Concentración. Privados de la libertad. Aquí estoy, sr. Cónsul, esperando el día feliz, que un país quiera recogerme. Mientras tanto espero esa gran felicidad, yo, sinceramente y sonrojándoseme la cara, le pido me envíe algún dinero para poder vestirme”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

» Francisco Seut Vidal, 57 años (Hospital de Greqier, Cotes du Nord).

“Sin pensamiento de bolber a mi patria por allar e enbadida por el fascismo ya que alli nos espera la orca o el precidio, pido que semire aber si se me puede dar modo de vida en este pais o trasladarme para Mejico o Rusia ya que en dicho refugio me allo solo sin familia ninguna ya que no tengo la suerte de encontrar a mis 2 hijos que (...) se allan en algun campo de concentracion o refugio de Francia (sic)”. (Ver página 1 de la carta | Ver página 2)

» Conrado Álvarez, 14 años.

“Muy señor mío: me perdonarás en que metome hesta poca de libertá, en pedirle un pasaporte para Méjico. Pues me encuentro solo y le agradecería mucho. Soy agustador en mecánica tengo 14 años. Pues uste vera, quiero ser un hombre i noser el dia de mañana un golfo. Perdoneme y agame este pequeño fabor (sic).” (Ver la carta)

» Victoriano Allende Simón.

“Me encuentro en este campamento en condiciones de vida verdaderamente inhumanas, durmiendo en la arena al aire libre, sin cama ni techo alguno, como miles de españoles que nos hemos jugado la vida defendiendo la democracia del mundo en nuestro país y deseo salir cuanto antes para la gran nación mejicana”. (Ver la carta)

» Emilio Ruiz.

“El campo de concentración, tal como lo han concebido y realizado los franceses, nos inspira poca confianza, por temer que Francia termine por entregar a Franco a los combatientes de la República (...) Elevamos a usted nuestra angustiada súplica”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3)

» Francisco Ramón Olivar.

“Soy un pobre literato, sin otra arma que su pluma y otro ideal que el de expandir la cultura a las mentes de sus hermanos”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3 | Página 4)

» Laudelino Moreno, director general de Comercio en el primer bienio de la República.

“Haber sido educado en un hogar laico y republicano, manteniéndose toda la vida, con palabras y actos, fiel a los ideales de Justicia social y de Libertad; no he servido ni serviré jamás a un régimen basado en otros principios: haber estado emigrado de España los tres últimos años de la Dictadura de Primo de Rivera y durante la de Berenguer tener nueve procesos por delitos contra el régimen monárquico, dos por la ley de Jurisdicciones”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

» Salvador Marín.

“Nuestras mujeres, que no quisieran caer en manos de los traidores e invasores de España, sufren en los campos de concentración los rigores del tiempo, las vicisitudes propias del exilio y lo que es peor, el trato soez e indecente de la Gendarmería y senegaleses franceses. Compañeros nuestros han muerto de frío y de hambre…”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

» Remedios Manzanares Marlasca y Josefina González (Ambas de 21 años, de la Agrupación de Mujeres Antifascistas y Sindicalistas de la UGT).

“Ambas tenemos el firme convencimiento de que nuestra convivencia con el fascismo es imposible y no estamos dispuestas a volver a España”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

» Emilio González. Comandante de Infantería.

“Desgraciadamente los que solamente nos hemos dedicado desde pequeños a la carrera de las armas no servimos para otra profesión y por eso con toda franqueza expongo mi situación pues soy hombre curtido en la guerra pero que solo entiendo de esta y no puedo decir que voy a desempeñar otra profesión ni oficio que no entiendo”.

» Isaías de Haro. Profesor Mercantil. Funcionario del Ministerio de Trabajo (Campo de Saint Ciprien).

“Soy hombre que jamás ha granjeado el favor del amigo y por consiguiente ni ahora ni nunca me he valido de buscar influencias para conseguir lo que siempre he considerado justo. Hoy que el tiempo ha pasado y que he visto que otros que posteriormente a mi solicitud han marchado ya, me permito a V. rogarle si fuera posible incluir mi nombre en las futuras expediciones. Si me conociera y viera la fe y el entusiasmo con que se lo pido tengo la seguridad absoluta que no dudaría en hacer cuanto estuviera en su mano por complacerme”.

» Antonio Gómez Zapatero, ingeniero (Residente en el Mediodía francés). 

“Obligado a salir de España con mi familia ante el avance de las tropas fascistas sobre Barcelona, me encuentro en Francia sin medios ni posibilidades de trabajo en Europa, teniendo la convicción de que mis ideales democráticos sinceramente sentidos han de impedirme toda actividad profesional en la España sometida a poderes totalitarios y creyendo posible el desenvolvimiento de mi citada actividad como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos en la noble nación mexicana acudo a V. E.”

» Carmelo Pérez Ramos. (Campo de concentración de Argeles sur Mer).

“Soy hobrero y tengo experiencia en el cultivo de árboles albaricoques, melocotoneros o durasnos, peras, ciruelas y viña y otras muchas facilidades de la agricultura. Pues aquí me tienen como prisionero en un campo de concentración sin el menor motivo...”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3)

» Licesio Domínguez Lorenzo (París).

“Verdaderamente es muy triste de tener que esconderse uno como si fuera una mala persona, y el único delito que tengo es de haber defendido la REPÚBLICA ESPAÑOLA”. (Ver la carta)

Alfredo García Vicente, 1 de septiembre de 1939 (Avenue du Marechal, Nice, Alpes Maritimes).

"Y expresarle la promesa de que sabremos, con nuestro trabajo y lealtad, hacernos dignos de la hospitalidad que nos brinda México".

José Prat Bartres, 36 años, 20 de abril de 1939 (Campo de Sept Fonds Barcelona).

"Por tener tres hijos varones, a los que quisiera arrancar de las garras del fascio, a fin de que no sean el día de mañana autómatas sin voluntad al servicio de la brutalidad de los dictadores". Perteneció a Izquierda Republicana desde 1929, al sindicato de Contramaestres de Rubí y al sindicato fabril y textil. (Ver la carta)

Ildefonso Fernández Soto (Café Hotel Pierre Vaissié (Pleaux, Cantal).

Fue secretario de la Excelentísima Diputación provincial de Málaga con el Gobierno republicano. “Soy un intelectual republicano que vivo las penalidades de un exilio por el terrible delito de haber defendido (...) la independencia del solar hispano en la guerra de invasión italo-germana. Me acompañan en el exilio en este hidalgo país galo mi mujer y mis tres hijos de 8, 10 y 11 años de edad. Mi profesión y mi formación moral y política (marxista) me hace la vida doblemente triste y difícil cuando carezco en absoluto de medios y en la inercia mental (…) Con la esperanza de un porvenir de honradez y trabajo honorable en la patria del glorioso Moctezuma”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Pedro González Jiménez, Batallón especial de trabajadores, Campo 9 (Argelès sur Mer).

Escribe en nombre de una docena de trabajadores (intelectuales y manuales). "El grupo que tiene el honor de dirigirse a VE está especializado en la construcción de barracones desmontables y casas económicas de un depurado gusto arquitectónico y señalada economía. Ninguno de nosotros es extremista en la defensa de su ideal y mucho menos tiene en su conciencia nada punible que le acuse. Hemos luchado por defender la democracia y ayudar a los humildes en su penosa y progresiva tarea de emancipación". (Ver la carta)

Ramón Santacreu Castells, 18 de febrero de 1939 (Nevers).

Comandante de Asalto y delegado de orden Público de las comarcas de Lérida y Manresa, albergado en el hospital de la ciudad francesa en compañía de una hija de 15 años. “Pertenezco al Ejército español desde 1910, (…) En la actual guerra he obtenido el empleo de comandante y he sido condecorado con la medalla del deber. Herido dos veces. Nunca he militado en partido político, ni sindical alguno, aunque siempre he simpatizado con los ideales de Justicia y Libertad. Me he batido con los adversarios lealmente y en ninguna ocasión he sido cruel, porque la crueldad en sí misma es una depravación del espíritu y ello no compagina con mi ser moral”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3 | Página 4)

Aurelio F. Merás, 29 de julio de 1939, (Croix de Vie, Vendée).

“A mi salida de España he perdido todo el equipaje y en la actualidad solo cuento con la ropa puesta y sin recursos para poder comprarla. En su virtud agradecería que se gestione mi viaje en 3ª clase (…)”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Bernardino Sánchez Domínguez, 25 de febrero de 1939 (Crusscades, Aude).

Escritor conocido como Bersandín. “A falta de francos y perdido todo hemos tenido que refugiarnos en este pueblecito en casa de unos lejanos parientes, modestos campesinos, que proveen a nuestra subsistencia. Por mi edad (55 años) y por nuestro agotamiento físico y por la situación política de Europa (en donde la hecatombe se aproxima y será inevitable) nuestra firme intención al vernos obligados a salir de España es trasladarnos a México…”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Mariano Marcos Lerena, 5 de marzo de 1939 (hospital militar de Fontenayde, en La Vendée).

Capitán del arma de ingenieros, su mujer y su hijo de ocho meses también están en Francia, pero ignora su paradero. Manda unas poesías sobre la guerra:“…Por allí pasó la guerra / ¡buenas señales dejó!/ no queda en pie quien lo cuente/ por eso lo cuento yo”. “Quiero poner en su conocimiento mis proyectos literarios inspirados en la guerra. Estoy escribiendo una novela y en esquema tengo una obra teatral, también unos versos libres para agruparlos en un pequeño libro. Le adjunto algunos de ellos escritos en este hospital”.

Valentín López Lucas, 17 de junio de 1939 (Perpiñán).

“He sido funcionario del Gobierno legítimo con una ejecutoria ejemplar. He servido a la República con una emoción y sacrificio no superados por nadie. Odio al régimen totalitario como el que más. No puedo volver a España por mi labor contra las mesnadas de Franco”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Jaime Canadell Piquet, 28 años (Campo de Argelès-sur-Mer).

“Soy absolutamente Anti-fascista, Español y Republicano”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3)

Manuel Covarrubias de Novás, 8 de marzo de 1939 (Manoir del l'Ermitage).

“Somos viudas y compañeras de unos antifascistas que lo dieron todo por la libertad de España. Somos hijas del pueblo y le pedimos trabajo para criar a nuestros queridos hijitos”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Manuel Caramagana, 25 de febrero de 1939 (Hospicio de Villefranche de Rourguen, Aveyron).

Escribe en representación de una decena de heridos de guerra. “Suplicamos a V. E. se sirva de informarnos si su gran Nación nos admitiría en su seno y si incluso podríamos aspirar a ser súbditos de su democrático y liberal país”. (Ver carta)

Eulogio Capdevila Matías, 3 de marzo de 1939 (Campo de Bourg-Madame).

“La guerra nos ha situado en una posición que pudiéramos llamarla de ‘los sin Patria'. No tenemos patria porque directamente hemos renunciado a la España fascista. Poseo unas 3.000 ptas. del Gobierno Republicano, ahorradas en el transcurso de la guerra, aunque no creo que se le oculte a V. E. el sabotaje que el capitalismo internacional y la banca negra ha desencadenado sobre nuestra moneda”. (Ver carta)

Santos Cerviño Fernández, 3 de marzo de 1939 (Chambly).

“Está en peligro nuestra vida si tenemos la desgracia de ir al país del crimen y de la Inquisición”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Alberto Cholnignan, 2 de marzo de 1939 (Burdeos).

“Soy un hombre joven de 28 años. Me encuentro sin un franco. Hasta para llegar esta carta de 0,90 centavos a sus manos he tenido que hacer un sacrificio. No me importa trabajar en la parte de su país que sea y dar hasta la última gota de sangre por la Patria de Méjico”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

José Casanova Hernández, 21 años, 15 de febrero de 1939 (Le Havre).

Ametrallador de bombardero. “Tengo 150 horas de vuelo con 90 servicios de guerra, entre operaciones de reconocimiento y bombardeos”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Roberto Coset Mataró, 24 de marzo de 1939 (Campo de Saynt-Cyprien).

“Solicito el poder ir a tan insigne nación y regar con el sudor de mi rostro su suelo”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Eugenio Campanales Valls, Manuel Domech Rafaeles y José Tudó Deler, aragoneses de 18 y 20 años, 2 de junio de 1939 (Campo de Vermet de Ariege).

“Nuestros deseos eran volver a España por creer que la represión no nos alcanzaría a nosotros; primero por nuestra juventud y segundo por no ser elementos significados. Pero noticias llegadas del pueblo donde hemos nacido nos aconsejan no volver allí si es que no queremos pagar con nuestra vida”. (Ver carta)

José Castello Vicedo, 48 años, 2 de junio de 1939 (Orán, Argelia). Técnico curtidor

“Sabiendo que en estas expatriaciones se encuentran personas de índole muy diversa, me interesa aclarar que entre los componentes de la familia de la que soy cabeza no se encuentra ningún delincuente”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3)

Emilio Ayensa y Joaquín Corrales, director de El Liberal de Madrid, y redactor jefe del Heraldo de Madrid, respectivamente.

“Nosotros, señor Ministro, hemos venido de las más altas cumbres del periodismo español a este campo de concentración (…). Los pocos recursos económicos –moneda francesa– de que disponíamos se han agotado y aquí nos tiene con nuestras mujeres e hijos sintiendo todo el rigor del destierro”. (Ver página 1 de la carta | Página 2 | Página 3 | Página 4)

Francisco Collantes Puertas, 6 de abril de 1939 (Campo de Barcarés).

Electricista. “A mi España no me interesa, por haberse infiltrado el ‘Fascio”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Pablo Calvo García, 2 de junio de 1939 (Campo de Argeles sur Mer).

“Si preciso fuere pondremos nuestra escasa inteligencia y nuestra vida al servicio de su país”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Manuel Calvet Capdevila, 8 de mayo de 1939 (Corbigny).

“Tengo 32 años. De oficio contable y mecanógrafo, procedo de padres campesinos. Tengo un defecto físico por pérdida del pie derecho en el campo de batalla disimulado con un bien montado aparato ortopédico. También tengo un defecto físico en la cara, rectificado ya en parte y que espero rectificar del todo”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Rafael Carreras, 10 de mayo de 1939 (Campo de Barcarés).

Casado. Dibujante de litografías y músico. “El grado cultural que poseo me hace creer en la posibilidad de que se me hagan mejores condiciones que a los demás refugiados. Si por lo contrario tengo que aguardar en el campo de concentración el desenvolvimiento de los sucesos para el embarque, por humanidad le pido influya para que quede libre y pueda por mis propios medios y en cualquier localidad como por ejemplo Marsella el poder vivir sin la presencia de gendarmes a la vista, y senegaleses, raza que por ser inferior a la nuestra nos tratan con más dureza”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Eusebio Cambari, 10 de mayo de 1939 (Fort de les Rousses).

“Los refugiados en este Fuerte hemos sido advertidos de que partiremos en breve para España (…). Me encuentro aislado, sin auxilio cordial, esperando el momento de ser trasladado a España para sucumbir ante un piquete de ejecución o set confinado en un presidio por lo que me resta de vida (…). Oso invocar protección para mí y tres familiares”. (Ver página 1 de la carta | Página 2)

Salvador Cárdenas Cervantes, 54 años, 28 de febrero de 1939.

Escritor, periodista, abogado, ex diputado de las Cortes. "He creado en Madrid grandes diarios como La Tribuna y La Tierra con los cuales he influido grandemente en la política española… He tenido que abandonarlo todo… Sin disposiciones especiales para los grandes negocios industriales hace que con proyectos fijos en este sentido, que ya llevo a México, sea un gran elemento de aportación en la nueva vida del resurgimiento mexicano".

Victoria Hernández Gálvez. Actriz, refugiada en Cales mientras su esposo estaba en un campo de concentración.

"Concédanos el favor que le suplico. Piense en la magnífica obra que realizaría reuniendo a esta pequeña familia (tenemos un hijito de tres años) y dar libertad al que dio su sangre por ella".


¿Conoces a algún protagonista de las cartas? Escríbenos a cartasexiliomexico@gmail.com

Elaborado por Luis Prados, Bernardo Marín, Inés Santaelulalia, Pablo de Llano, Raquel Seco, Paula Chouza y Mari Luz Peinado.


Fuente: El País





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