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542. He contado mis muertos




He contado mis muertos
Los he contado a todos,
los he contado uno por uno.
Los he contado en Madrid,
los he contado en Oviedo,
los he contado en Málaga,
los he contado en Guernica,
los he contado en Bilbao....
Los he contado en todas las trincheras;
en los hospitales,
en los depósitos de los cementerios,
en las cunetas de las carreteras,
en los escombros de las casas bombardeadas
(resbalando en la sangre,
tanteando en las sombras y en las ruinas).
Contando muertos este otoño, en el Paseo del Prado,
creí una noche que caminaba sobre barro, y eran sesos humanos
que llevé por mucho tiempo pegado a las suelas de mis zapatos.
Los he contado en las plazas y en los parques.
He visto a un niño con la cabeza rota y doblada sobre un velocípedo,
en una plaza solitaria, cuando todos habían huido a los refugios.
El 18 de noviembre, solo en un sótano de cadáveres,
conté trescientos niños muertos.
Los he contado en los carros de las ambulancias,
en los hoteles,
en los tranvías,
en el metro,
en las mañanas lívidas, en las noches negras sin alumbrado y sin estrellas.....
Y en tu conciencia todos ¡Raposa!....
y todos te los he cargado a tu cuenta.....
¡Ya ves si sé contar... !


León Felipe

La insignia. Alocución poemática, 1937




         

3 comentarios:

  1. León Felipe con este poema hace de contador poético de una realidad no tergiversada, de un espanto que tiene culpables que aún no han pagado sus crímenes.
    ¡Viva León Felipe! ¡VIVA LA REPÚBLICA!

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  2. Nuestros muertos están en nuestra vida cotidiana el problema es que nos acostumbraron a vivir con ellos y a olvidarlos, nos privaron de un duelo y nos hicieron olvidar si más. No me resigno a ese duelo no llorado siempre estaré esperando una respuesta, una llamada una noticia. Mi abuela y mi bisabuela no lloraron sus muertos pero durante 80 años a los hijos de todos la imagen de mis muertos que son los sellos siempre estuvo presente ellas vivieron con un luto riguroso en reivindicación de ellos y en silencio pero con la cabeza alta siempre mostraron la imagen de ellos, les gustara o no a sus asesinos siempre que veían a estas dos mujeres sabían el porque de su luto. Eso nadie se los pudo quitar. Ellas fueron valientes y nunca se rindieron en su proclamación de Justicia silenciosa pero desgarradora

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    1. Gracias por tus palabras Mar. Nos gustaría mucho conocer la historia de tu familia, pdoer publicarla en Blog. Cada anónimo que saquemos del silencio sepultado es una victoria. Te dejo una dirección del correo: buscameenelciclodelavida@gmail.com.

      Pueden negar el pasado
      Pueden liquidar la Memoria
      No pueden enterrar nuestra voz
      No pueden imponer el olvido
      ¡Somos libres para recordar!
      ¡Somos libres para seguir reclamando Justicia!

      Un saludo fraternal.

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