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690. Informes que desinforman

Camino de la muerte - Tocina, 1936


Francisco Espinosa Maestre
Historiador
Remedios Palomo
Familiar de víctimas del golpe de estado


Hemos leído atentamente el informe “El tiempo pasa, la impunidad permanece”, presentado recientemente en la sede de Amnistía Internacional España en Madrid.

Pensamos que dicho informe adolece de graves descuidos u omisiones y al mismo tiempo incluye conceptos que ponen en entredicho el papel de AI en su larga y costosa lucha por la defensa de los derechos humanos universales.

En ninguna de las páginas del informe aparece la más mínima alusión al golpe militar de julio de 1936, que buscaba dar la vuelta a la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de ese año y abortar así la experiencia republicana. Por el contrario, una y otra vez, el informe insiste en los crímenes cometidos durante “la guerra civil y el franquismo”. Esta omisión permite suponer que para AI el desencadenante del conflicto fue una guerra surgida por generación espontánea y en la cual dos partes en litigio equilibrado dirimieron sus diferencias en justa lid, ocasionando por doquier e igualitariamente lesiones a los derechos humanos. Esta visión, absolutamente falsa, nada tiene que ver con la realidad que nos ofrece la historia y la memoria.

La generosa contribución que AI hace a la causa del olvido instaurada por los triunfadores del golpe de estado resulta tremendamente perjudicial para la difícil lucha de las víctimas a las que el sangriento golpe de estado privó de la vida, de las pertenencias y del derecho a la justicia y la reparación, y también y necesariamente a la verdad. Lamentablemente, con este informe, AI no contribuye al esclarecimiento de la verdad, sino que se posiciona claramente del lado del revisionismo histórico.

Consecuentemente con este planteamiento, que omite que en el origen del conflicto posterior hubo un brutal golpe militar que en cuestión de semanas se impuso en más de medio país*, AI se permite aludir en su informe a “ambos bandos” en dos ocasiones:

Pág. 9:   ”… los crímenes cometidos durante la Guerra Civil, por ambos bandos, y el franquismo“.

Pág. 29: “… investigar los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos por ambos bandos durante la Guerra Civil, así como los crímenes de derecho internacional cometidos durante el franquismo“.

En este sentido desearíamos recordarle varias cosas:

1. La República no era “un bando”, sino el Gobierno legal elegido por los españoles en las elecciones generales de 16 de febrero de 1936. El único “bando” que allí había lo formaban los militares golpistas, que desde que declararon el ilegal estado de guerra se apartaron de la legalidad convirtiéndose más que en bando en una banda de criminales fuera de la ley y dispuestos a cualquier cosa con tal de conseguir el poder para ellos y para los que subvencionaban el golpe de estado.

2. Produce  cierta extrañeza que AI no sepa que los crímenes cometidos en territorio bajo control republicano fueron investigados hasta la saciedad. Para comprobarlo solo hay que darse una vuelta por el Archivo Histórico Nacional y consultar los más de mil quinientos legajos de la llamada Causa General, el gran proceso judicial abierto por el franquismo contra la República. Allí verán los nombres de las víctimas, las declaraciones de los testigos, los informes judiciales y el paradero de las personas consideradas culpables así como de otras muchas que también fueron asesinadas.

Por otra parte nos gustaría que AI aclarase varios puntos:

- No nos consta que, en ningún momento desde la ejecución del golpe de estado y hasta hoy, haya existido por parte del Estado español dejación de la tutela judicial efectiva para los triunfadores del golpe de estado. En caso de estar equivocados nos gustaría conocer qué pruebas tiene AI de esa supuesta falta de tutela en el bando sublevado desde el momento del golpe hasta hoy.

- Consideramos que este informe, tan injusto para las víctimas y tan conciliador para los verdugos, constituye una prueba más de la victoria de aquella empresa, que fue el golpe de estado y su toma del poder por la fuerza.

Desde luego carece de sentido alguno que, tras varias décadas de rigurosas investigaciones sobre la represión, salga ahora AI olvidando que todo empezó por un golpe militar y hablando de ambos “bandos” y de la necesidad de que los jueces investiguen sus crímenes. ¿Ignoran acaso que de la llamada represión “roja” ya sabemos con bastante certeza el número y la identidad de las víctimas? La única represión que hace falta esclarecer de una vez es la otra, la “azul”, la franquista o fascista, con la que llevamos más de tres décadas y aún no podemos dar datos definitivos. ¿Y saben por qué? Porque la documentación que lo hubiera permitido fue ocultada o destruida y aún no puede consultarse y porque la política archivística desde la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 hasta la actualidad ha permitido y fomentado una política restrictiva de acceso a los documentos.

Por todo ello, resulta lamentable leer tales expresiones y conceptos en un documento de un organismo que se supone que tiene por objeto la defensa de las víctimas. Infórmense antes de hacer públicos estos informes. Hace ya años que tanto la historia como la memoria han superado lo de “la guerra civil” que todo lo cubre y lo de “los dos bandos”, y que sabemos que el verdadero reto de la justicia española no es otro que  asumir la realidad de la represión franquista.

Por todo ello, solicitamos a AI la subsanación de los errores mencionados, tan perjudiciales para la causa de la justicia, la verdad y la reparación de las víctimas del golpe de estado y de la dictadura posterior.


Testimonio personal de la firmante de este escrito:

Pertenezco a una familia de víctimas del golpe de estado de 1936 no contempladas en el ámbito de su informe. Mi abuelo, sus padres, dos hermanos y un cuñado fueron delatados, secuestrados y asesinados, sus hermanas rapadas y una tía, hermana de su madre, condenada a la pena de reclusión mayor, todo ello ocurrido entre el 3 de octubre de 1936 y el 23 de febrero de 1937 y ejecutado por grupos de hombres vecinos de su misma localidad, que no constituían ningún ejército. Ninguno de ellos tiene cabida en el informe.

En aquel pueblo, El Arenal (Ávila), no hubo frente, ni retaguardia, ni lucha bélica. Fueron sencillamente asesinatos y por tanto mi familia no fue víctima de ninguna guerra civil, sino víctima del golpe de estado, en la actualidad invisibles tanto para su país como para AI. Aquel pueblo fue uno de tantos lugares de la geografía española en los que no hubo enfrentamientos bélicos y, por tanto, no hubo crímenes de guerra. Las cifras de lo que se conoce como represión son de vértigo.











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