Voy a contaros una historia
de una pequeña refugiada:
Una vez organizamos una
pequeña fiesta para niños con el fin de escoger entre la multitud de pequeños
veinticinco, para un proyectado hogar. Todos los niños recibieron juguetes. Una
niña vino tímidamente hacía mí y me pregunto si no podría darle yo, en vez de
la muñeca grande y bonita que le había tocado, otra que había sobrado y que a
la vista era menos bonita. “Ya comprendo – dije yo-; porque la muñeca pequeña
puede cerrar los ojos, verdad?” No
–dijo la pequeña-, pero mira la grande no me la puedo llevar al refugio cuando
hay alarma de aviación por la noche, y en casa a lo mejor cae una bomba”.
Así piensan ahora los niños.
Pero la pequeña se halló
entre los veinticinco que fueron escogidos para el nuevo hogar. El día de la
apertura del hogar le pregunté: “Bien, ¿y qué tal le va a la señorita Muñeca? Y
acariciando a la muñeca inclinó la cabeza y dijo vacilando: “Si yo hubiera
sabido que iba a entrar en el hogar habría cogido la grande”
Del libro: “Los niños
españoles y las Brigadas Internacionales”
Editado por el Comité
pro-niños españoles de las Brigadas Internacionales
Marzo 1938
Marzo 1938
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