“A
veces, uno cree que todo lo ha olvidado, que el óxido y el polvo de los años
han destruído ya completamente lo que, a su voracidad, un día confiamos. Pero
basta un sonido, un olor, un tacto repentino e inesperado, para que, de
repente, el aluvión del tiempo caiga sin compasión sobre nosotros y la memoria
se ilumine con el brillo y la rabia de un relámpago”. (Julio Llamazares,
La lluvia amarilla.)
* * *
Capítulo 1. La luz que no apagaron.
Capítulo 2. Más fuertes que las rejas
Capítulo 3. Exilios
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