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1215. Jozef Gromada, brigadista polaco

Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tu eres uno de aquellos
Miguel Hernández


El hombre de la fotografía es Jozef Gromada, polaco, natural de Ruda Slaska una pequeña ciudad de Silesia. Cruzó la frontera española en 1936 en un tren cargado de medicamentos. Venía de Francia, donde trabajaba en las minas de carbón. Su destino era Albacete, sede de las Brigadas Internacionales. 

Una gran parte de los brigadistas polacos llegaron desde los países que residían como trabajadores emigrantes. Josef, como miles de voluntarios por la libertad vino a España a defender la libertad y la democracia, amenazadas en España por el golpe militar y en toda Europa por el fascismo internacional que apoyaba a los sublevados. Posiblemente se integró en la XIII Brigada Internacional “Dombrowski”. El contingente de voluntarios polacos ascendía casi a los cinco mil, de los cuales una buena parte eran judíos.

Sabemos que conducía un camión, que pasó miedo en la guerra, sobre todo cuando su vehículo fue bombardeado desde el aire,  que estuvo en la Batalla de Brunete, tal vez en Belchite y que al finalizar la contienda pasó varios años encarcelado.

La XIII Brigada intervino en Teruel en el invierno de 1936/1937, después fué enviada a contener la ofensiva italiana que avanzaba desde Málaga en febrero de 1937. En Julio de ese mismo año tomó parte  en la Batalla de Brunete y un mes más tarde en la de Belchite. En el invierno 1937/1938 participó en la ofensiva republicana sobre Teruel y en primavera de 1938 combatió en la ofensiva de Aragón. Por último, la XIII Brigada intervino en la Batalla del Ebro (Julio a octubre de 1938).

Esa pudo ser la trayectoria de Josef durante la Guerra española.

En Albacete, ciudad designada como cuartel general y centro de entrenamiento de las BBII conoció a Isabel Almazán, se casaron y tuvieron siete hijos. Cuando salió de la cárcel, se produjo la muerte prematura de Isabel que le afectó profundamente. Huyó de Albacete y tras un periodo errático acabó en un asilo de ancianos en Torrente, donde falleció en 1993. Enviudó aún dos veces y no tuvo más hijos.

Su nieto José Luis, que ha ido hilando su historia entre recuerdos de conversaciones con su abuelo e imágenes del pasado quiere reconstruir la memoria vital y documental de este brigadista polaco.

Nos cuenta que era alto y fuerte, de carácter reservado y algunas veces hosco pero de buen corazón. Tal vez socialista. Un hombre habilidoso con las tallas de madera que es recordado por sus vecinos y su familia con cariño.

Reconstruir la memoria, ardua y bella tarea de la que los nietos hemos tomado el testigo.








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