La guerra civil española toma
en estos momentos, en el País Vasco, un carácter particularmente atroz.
Ayer fue el bombardeo aéreo de Durango.
Hoy, por el mismo procedimiento, la destrucción casi
completa de Guernica, ciudad sin defensa y santuario de las tradiciones vascas.
Centenares de no combatientes, de mujeres y de niños, han
perecido en Durango, en Guernica y en otras ciudades. Bilbao, donde se
encuentran en estos momentos millares de refugiados está amenazada por el mismo
peligro.
Sea cual sea la opinión que se tenga sobre los partidos
enfrentados hoy en España, está fuera de dudas el hecho de que el pueblo vasco
es un pueblo católico y que el culto público no ha sido interrumpido un sólo
instante en el País Vasco. En estas condiciones, todos los católicos, sin
distinción de partidos, están en la obligación de levantar su voz los primeros,
para evitar que el mundo sufra la masacre sin piedad de un pueblo cristiano.
NADA EXCUSA, CON NADA SE JUSTIFICA, EL BOMBARDEO DE CIUDADES
ABIERTAS COMO GUERNICA.
Nosotros dirigimos un llamamiento angustiado a todos los
hombres de corazón del mundo, para que termine inmediatamente la masacre
de los no combatientes.
Praneois Mauriac
André Bellivier
Charles du Bos
Stanislas Fumet
Helene Iswolski
Georges Hoog
Olivier Lacombe
Maurice Lacroix
Jacques Madaule
Gabriel Marcel
Jacques Maritain
Eramanuel Mounier
Jean de Pange
Domenieo ílusso
Baris de Schloezer
Fierre van der Meer
Maurice Merleau-Ponty
Martin More
Glande Bourdet
Claude Leblond
Paul Vignaux
Jean Leroy, diputado
y un grupo de 29 alumnos de la Escuela Normal Superior
Nuestra España, 31 de Mayo de 1937
No hay comentarios:
Publicar un comentario