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2708. Contra el Arte

Luis Quintanilla en New York

Luis Quintanilla, el gran pintor y dibujante español, que durante los primeros quince meses de la contienda fué uno más de los defensores de la libertad de España con las armas en las manos, se halla ahora en New York. De sus contactos con las trincheras ha traído ciento quince dibujos, cuadros, apuntes, etc. Invitado y auspiciado por los artistas norteamericanos, ha expuesto los mismos en New York. Ha tenido tanto éxito que la Editorial "Moder Age Books" ha firmado con él un contrato para publicar sus dibujos en una edición de cincuenta mil copias. Llevaran un prólogo del gran escritor Emest HeminwayQuintanilla pronunció recientemente una conferencia sobre arte en la España republicana, de la cual ofrecemos los siguientes párrafos.

  
"Y he explicado, en más de una ocasión, la indiferencia que sentían las clases privilegiadas de España por toda manifestación artística de nuestra época, bien fuese teatro, música, poesía, pintura o escultura, hasta el punto, no ya de contribuir con sus medios económicos al fomento del arte, sino ni de acudir a ver una exposición, escuchar un recital o un concierto, o contemplar una comedia. Para esas clases privilegiadas éramos unos locos desagradables que metíamos demasiado ruido, y el nivel de apreciación o comprensión que en su ruindad valorizaban nuestro trabajo os lo voy a dar contando una anécdota vivida por mí y bastante conocida de mis amigos. Pasaba unos días en un risueño pueblecito vasco, acompañando a un amigo también pintor, y llegó a él con el fin de descansar, un respetable canónigo español; hombre sano y opulento de ciento y pico de kilos, que al conocernos quiso alternar con nosotros. Comía y bebía bien y presumía de liberal y culto. Un día se acercó al huerto donde mi amigo terminaba un paisaje, miró el cuadro y volviéndose a nosotros exclamó con una inquietud extraña: "Pero vamos a ver, ¿es que os pagan por hacer esto? Mi amigo le contestó que algunos cuadros parecidos le habían valido diez mil pesetas. El respetable canónigo fijó su mirada, se rascó la cabeza y nos dijo nervioso: "No lo creo. Si os dieran diez mil pesetas tendríais aquí siete u ocho personas pintando todo esto y vosotros estaríais fumando un gran cigarro habano". Comprenderéis que una atmósfera intelectual de esta índole resultaba irrespirable.

Con la República del 14 de abril, se inició un aliento para el arte y los artistas. Nuestras ideas fueron protegidas oficialmente y llegábamos ya a ser hasta personas respetables. Los más díscolos colaboradores con el Estado. La labor artística volvía a ponerse en contacto con el pueblo y el actual embajador en Washington, nuestro querido intelectual Fernando de los Ríos, al ocupar en aquel momento la cartera de Instrucción Pública y Bellas Artes, lanzó una cruzada de pintura, teatro y música por los alegres caminos de toda España. Pero incluso esta belleza molestaba a la negra reacción española y, cuando pudo, aplastó de una patada, la nueva flor del espíritu que empezaba a dar su aroma.

Pasaron dos años que otra vez esta sociedad antiartística, inculta y perversa, únicamente se animaba por conservar el reino de la ignorancia. Le molestaba todo lo que estimula el pensamiento y dignifica la vida, así entre otras hazañas, atacaron y destrozaron una exposición de pinturas y dibujos con sentido de nuestra época, que se celebraba en el Ateneo de Madrid. El grito del ataque fué Arriba España —arriba España es el grito fascista español— y tan arriba quisieron poner a España, que el 17 de julio de 1936 le prendieron fuego por los cuatro vientos. ¿Qué hicimos nosotros, los artistas, en este momento? Los que estábamos capacitados, guardamos los pinceles y las herramientas de trabajo, para coger las armas. Era obligatorio, no solamente por salvar nuestra independencia, sino por salvar nuestra vida orgánica, y la triste prueba la hemos visto, con los brutales asesinatos, que esa negra España, llamada de orden, ha cometido también con los artistas; entre ellos el gran poeta García Lorca, fusilado una noche de lluvia, al borde de un camino granadino. García Lorca nunca había intervenido en la política.


El Arte y la Guerra 

Con las armas seguimos hasta que el Gobierno organizó un ejército y nos retiró a los artistas más bélicos para volver a nuestro trabajo. Se creó oficialmente una casa en Valencia llamada de la Cultura, donde los pensadores, intelectuales y artistas tenían su vida asegurada. La propaganda ocupa parte de ellos, otros laboran en silencio y ya veremos sus frutos, pero todos, contemplamos la destrucción que la barbarie internacional fascista, realiza diariamente sobre nuestras mejores representaciones artísticas. Ataques a Museos, Bibliotecas y Palacios que no son precisamente baluartes de artillería. Todos hemos visto, como después del bombardeo del Museo del Prado la gran familia pictórica española, bajaba de los muros, para meterse en camiones especiales y huir del fascismo hacia Valencia. Así con la mayor dignidad, dada su jerarquía. Velázquez, Herrera, Goya, Morales, dejaban su señorial residencia de más de un centenar de años y encajonados emigraban buscando un rincón sin tanta cultura alemana, italiana, portuguesa y marroquí.

Tengo que decir, y esto es fácilmente comprobable, que lo más puro y distinguido del arte español, se ha pronunciado contra el fascismo. No voy a citar nombres. Pero si en la otra España, la España de la esvástica, el fascio y la Media Luna, queda todavía vivo algún artista de gran valía, seguramente estará muy escondido, pues el propio Unamuno, el Unamuno que jugó con el fascismo, al oír gritar al General Millán Astray en plena solemnidad de la Universidad de Salamanca ¡Viva la Muerte, Muera la cultura!, recibió tal impresión que pocos días después dejaba de existir, sólo, abandonado. Y es lógico que un hombre de mediana sensibilidad no puede admitir una feroz guerra fratricida, para retroceder, en caso de triunfo a las noches obscuras de la edad media o a estar administrado por unos despóticos países extranjeros. Además renunciando al tema de España. ¿Qué nos ofrece el fascismo internacional?

El fascismo no es ni más ni menos que la burguesía armada contra el proletariado y, para justificarse dice que viene a luchar contra el comunismo. Admitámoslo. O sea, una dictadura que viene a luchar contra otra futura dictadura. Pero, ¿qué base sólida, moral, filosófica, e intelectual nos presenta para estimularnos? ¿El pragmatismo? ¿La guerra? ¿La conquista de otros países? No. Nosotros no podemos ser ni pragmáticos, ni guerreros, ni esclavos de dictadores. Nosotros los artistas tenemos que ser sanos de espíritu y dar nuestras ideas con las más bellas palabras de Paz. Cuando se nos fuerza, cuando se nos esclaviza, sale la gota amarga de nuestras almas y por encima de todo dictador también realizaremos nuestra obra; la obra del sarcasmo, de la ironía, del desprecio profundo por el tirano que hoy manda, pero mañana, sobre su sepultura, nuestra labor bailará la danza que se llama Historia.

Hermanos Artistas, ya os he expuesto lo más rápidamente que he podido la situación del arte en mi país. Quiero daros un abrazo de agradecimiento y rogaros que continuéis acordándoos de vuestros hermanos españoles. Un día vendrá que todos juntos podamos cantar libremente. ¿Cuál será la nueva orientación artística en España, después del triunfo del Gobierno? No lo sé, pero todo espíritu que se forma en el dolor suele ser un espíritu puro. A veces el pensamiento, como la bella flor del Loto, necesita del fango para germinar."


Luis Quintanilla
Facetas de la actualidad española, núm. 12,  Abril 1938






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