María
Torres / 15 octubre 2019 – Actualizado el 15 de marzo de 2022
Esta
es la historia de Matías Rodríguez Baraja(s), apodado “O Baraja” (El Baraja) en
tierras gallegas. La historia de un anarquista, un sindicalista, un forjador de
utopías, que creyó en el ideal de que un mundo mejor para la clase trabajadora
era posible, que luchó por la libertad y
confió en la dignidad de la clase obrera.
Un
hombre que combatió al franquismo en la Guerra de España de 1936 y al nazismo
en el conflicto más sangriento de todos los tiempos: La Segunda Guerra Mundial.
Infancia y adolescencia
Matías
nació a las once de la mañana del 24 de febrero de 1903, bajo la regencia de
María Cristina, madre de Alfonso XIII, y
el gobierno de Francisco Silvela.
Sus
progenitores, ambos naturales de Castronuño[1],
habitaban una modesta vivienda en la calle Real. Dionisio Rodríguez Chillón, su
padre, de profesión labrador, era el hijo menor de José e Isidora. Su madre,
Isabel Baraja Corzo, era la segunda hija de Bartolomé y Leoncia.
Cuando
Matías aún no había cumplido dos años, se convirtió en el hermano mayor de María
Consuelo, su única hermana, y de la que no ha sido posible obtener información.
Buscando
una vida mejor para su familia, el padre de Matías marchó a trabajar a Santander. Fijó su
residencia en Campogiro, próxima a Peñacastillo. Por su alías, “El Ajero”, es probable
que se dedicara a la venta de ajos. Dejó a sus pequeños hijos de seis y cuatro
años al cuidado de Isabel, que recibía ayuda de sus padres para sacar a sus
retoños adelante.
Ha
sido posible situar al padre de Matías en Santander en abril de 1909,
concretamente en el mes de mayo, ya que a través de la prensa local nos
encontramos con una requisitoria de comparecencia en el Juzgado de Instrucción
del Distrito del Oeste para practicar una diligencia judicial. Se le acusa de
un delito de estafa[2] y es declarado en busca y
captura. Nunca llegó a presentarse a los distintos juicios orales a los que fue
convocado.
Matías
se quedó huérfano de padre antes de cumplir los ocho años. Isabel, su madre,
que aún no había cumplido los treinta, decidió emigrar a México, dejando a
Matías al cuidado de sus abuelos, Bartolomé y Leoncia. Parece ser que se llevó
con ella a María Consuelo, la hija pequeña, nacida el 10 de octubre de 1905.
Isabel
partió de Castronuño en la segunda quincena del mes de noviembre de 1911, con
destino al Puerto de A Coruña. Atrás dejo el Duero, que en aquellos momentos
alertaba de una crecida que amenazaba con desbordarse. Jamás volvió a
reencontrarse con su hijo.
El
14 de diciembre de 1911 Isabel llegaba a Tampico, ciudad y puerto del noreste
de México en el estado de Tamaulipas, para trabajar como ama de llaves en el
hotel Rivera. En la tarjeta expedida por el servicio de inmigración, además de
añadir una "s" a su primer apellido, se indica que era viuda, que
tenía una estatura de 162 cms., pelo castaño, ojos grises, y que en 1932 cambió
de domicilio. Falleció en Tamaulipas en 1959.[3]
Matías
acudía diariamente a la Escuela. Su maestro era Eustaquio Ojeado de Castro, que
ocupó la plaza en 1907 y en 1912 fue propuesto para la Cruz de Isabel la
Católica y trasladado a Pedraja del Portillo (Valladolid).
En
el verano de 1912 es testigo de cómo una inmensa plaga de langosta arrasa los
abundantes pastos de la Dehesa de Carmona. Era tiempo de hambre y miseria,
tanta que según recogía la prensa, de los cincuenta mozos sorteados ese año
para el servicio militar, sólo pudieron ingresar siete, ya que el resto pesaba
menos de 48 kilos.
En
1922 tomó la decisión de abandonar su pueblo en busca de una vida mejor en
tierras gallegas. Nunca regresó a Castronuño. Seguro que hasta el último día de
su vida conservó en su retina la paleta infinita de tonos verdeazulados que
rompen la visión de la estepa castellana y la singular belleza de la curva que
dibuja el Duero desde La Muela.
A Coruña
Con
19 años se establece en la ciudad de A Coruña, donde aprende el oficio de
tipógrafo y se inicia en el sindicalismo anarquista. Más adelante se casa con
Mercedes Franqueira Costa y habita una vivienda sita en la calle de la Torre
núm. 103, primer piso derecha. En 1933 nace su único hijo: Mario. En el Padrón
de Habitantes de 1940 que se conserva en el Concello de A Coruña se indica que
Matías es obrero, sabe leer y escribir, y que procedente de Valladolid lleva 18
años residiendo en la ciudad.[4]
En
la Enciclopedia del Anarquismo Español se le describe como «brioso en la huelga de teléfonos de A Coruña
en 1931. En 1933, entre los fundadores del Ateneo Libertario coruñés Nueva Era y miembro del grupo faísta Amanecer anárquico, opuesto a
Villaverde. Durante la República se le consideraba enlace de Urales en la
ciudad Gallega y sus colaboraciones en El Luchador de Barcelona parecen
confirmarlo. Autor de La Farsa torpe.
Réplica a José Villaverde (La Coruña, Grupo Editor Amanecer Anárquico,
1933)»[5]
Matías
trabajaba como tipógrafo y en 1932 tiene una gran actividad sindical.[6]
Conocido como O Baraja, en el mes de
mayo de ese año organizó una reunión de la Asociación Tipográfica de A Coruña
para movilizar a los parados del ramo y en agosto representó al Sindicato de
Teléfonos coruñés en el Pleno Regional de la C.N.T. en Ferrol. Según el
historiador Eliseo Fernández, el hecho de esta representación no indica que
fuese miembro, pues lo normal era delegar en algún militante de otro sindicato
que se fuera a desplazar cuando no se podía enviar delegado. El historiador
Dionisio Pereira amplía que «Matías tuvo un
papel clave en la huelga de Telefónica en la ciudad de A Coruña durante el
verano de 1931 y, en ese momento, representaba a la Unión Telefónica
local. La huelga se perdió y algunos empleados y telefonistas fueron
despedidos; aun así, Matías representó al Sindicato Telefónico en el Pleno
Regional del CRG[7]
celebrado el 21 de agosto de 1932, según informa el diario "Solidaridad
Obrera" (A Coruña), nº 87, 13/9/32. ¿Contradice esto su trabajo como
tipógrafo? Pueden existir dos hipótesis: a) Que había sido empleado de
Telefónica al inicio de la República y había sido despedido en esa
huelga. Y luego volvería a trabajar como tipógrafo. b) Que Matías
trabajaba como tipógrafo pero que, al mismo tiempo, había sido electo consejero
del Sindicato Telefónico sin dejar su puesto.»
Matías
firma la ponencia al punto 6º del orden del día del Pleno: «Frente al paro forzoso, ¿qué orientación procede a fin de que no falta
trabajo y no cunda la miseria en los hogares proletarios?»[8]
Hasta
la proclamación de la II República española «la
Confederación Regional Galaica (CRG) llevaba una línea de moderación y de
colaboración con los republicanos, que se hizo patente en los mítines que
recorrieron toda Galicia a finales de 1930 y en los que intervinieron
republicanos como Casares Quiroga o Antonio Villar Ponte y anarcosindicalistas
como José Ramón Suárez, José Villaverde, o el ferrolano Mario Rico Cobas. Esta
colaboración quedó rota prácticamente con la proclamación de la II República y
la formación del gobierno de conjunción republicano-socialista, que en poco
tiempo fue defraudando las aspiraciones de la clase trabajadora afiliada a la
CRG. Como consecuencia lógica, aquellos militantes que habían dirigido la
operación de acercamiento al republicanismo fueron perdiendo influencia en
beneficio de cuadros sindicales más radicales; además, los grandes conflictos
que sostuvo la CRG en 1932, como fueron la huelga general por los despidos en
la construcción naval en Ferrol o el largo conflicto pesquero del segundo
semestre del año contribuyeron al desgaste del Comité de la CGR, concluyendo
con la dimisión del secretario del Comité, José Villaverde, a comienzos de
1933.
Contra
lo que podría esperarse, el acercamiento de la CGR a posturas más combativas,
enfrentadas frontalmente con el régimen
republicano, no vino a consolidar la organización de la FAI en Galicia, sino
todo lo contrario, ya que los militantes que podían haber impulsado la
organización pasaron en ese momento a ocupar puestos de relevancia en la CNT y
a dedicar íntegramente su esfuerzo a las tareas orgánicas del Sindicato (…)
Aunque
algunos grupos anarquistas como el coruñés “Amanecer anárquico”, militantes
aislados como Manuel Rodríguez Baraja (desde Coruña) o el mismo Federico Urales
(desde Barcelona) dirigieron fuertes críticas a José Villaverde y al comité
saliente a través del periódico barcelonés El
Luchador, la postura mayoritaria entre los anarcosindicalistas gallegos fue
la de evitar rupturas en la organización y tratar de sumar esfuerzos para la
consolidación de la CRG, sin atender a polémicas estériles.»[9]
En
diciembre de 1932 Matías publica un artículo en El Luchador titulado “Datos para la historia de un proceso sindical en Galicia":
«Falto de facilidad de palabra, para
defenderme, caso de ser acusado, quiero que estos trabajos sean mi acusación y
mi defensa. Que los camaradas con serenidad y despojados de sectarismos,
consulten cada uno su propia conciencia y después… juzguen con conocimiento de
causa para no llamarse a engaño.» [10]
Según
Dionisio Pereira «Matías se
distinguió a lo largo de 1932 y 1933 en sus críticas a la línea moderada que
siguió al CRG y, en particular, a su secretario José Villaverde. Estas
críticas se hicieron explícitas en El
Luchador, como las compartió su director Federico Urales.»
Pereira amplía
que en el «Centro Documental Memoria Histórica de Salamanca, en
el Ciclo de Barcelona, carpeta 831 se
conserva correspondencia dirigida a El
Luchador; allí hay dos cartas de Matías a Federico Urales con la misma
fecha del 28/10/32. En una, explica su disconformidad con Villaverde y su
propuesta de utilizar un seudónimo en sus artículos, ya que temía represalias
en el sindicato. Y en otra figura de su puño y letra un artículo
titulado "El boicot a El Luchador", que fue publicado apócrifamente
dentro de otro mayor escrito por los Urales y titulado "Las luchas que El
Luchador libra en Galicia" y publicado en el número correspondiente al
11/11/1932. Posteriormente, Matías iniciaría en el diario con el seudónimo
"Amanecer Anárquico" una serie titulada "La Farsa Torpe"
donde ataca duramente a Villaverde y su estrategia; la serie comenzó a publicarse
en El Luchador en el nº 113 del 6/2/1933 y finalizó (con el diario) en el nº.
119 del 14/7/1933. Esta serie pronto daría lugar a un panfleto titulado
"La Farsa Torpe", editado por la Agrupación Anarquista “Amanecer Anárquico
“de A Coruña, en el que participó Matías, aunque sin duda es de su autoría.»[11]
Matías
fue socio del Centro de Estudios Sociales “Germinal”.
Aparece en una relación de socios localizada por
Luis Lamela en manos de la policía franquista[12]
y de la que ha facilitado copia Eliseo Fernández.
Germinal
era uno de los mayores centros de cultura en la década de los años veinte del
siglo pasado. Contaba con una extensa biblioteca que fue incautada tras el
golpe de estado de 1936 y que acabó ardiendo en la pira que organizaron las
autoridades franquistas de A Coruña.
En
1933 es socio fundador del Ateneo Libertario “Nueva Era”, y como miembro del
mismo solicitó por escrito el 12 de octubre de 1933 la aprobación de sus
Estatutos. El Ateneo se puso en marcha con cien socios y su sede estaba en el mismo barrio en el que vivía Matías.
Los
propósitos de “Nueva Era” están recogidos en el artículo primero de sus
estatutos:
«Considerando
que el analfabetismo que impera entre las clases trabajadoras es causa de su
inferioridad intelectual, ya que por falta de medios económicos no pueden
combatirlo; con el título de ATENEO LIBERTARIO “NUEVA ERA” SE CREA EN La
Coruña, una asociación de carácter instructivo y educativo…»
Guerra
de España y exilio
Se
desconoce la trayectoria de Matías Rodríguez Baraja durante la Guerra de
España. No ha sido localizada documentación que acredite su participación en la
contienda, pero si la que le sitúa residiendo en la calle Barón de San Luis
núm. 10 de Barcelona.
Hacia
el final de la Guerra de España buscó refugio en Francia. Se desconoce cuándo y
en qué condiciones pasó la frontera.
Según
una declaración de su esposa realizada en octubre de 1941, éste «se encontraba trabajando en Barcelona y fue
movilizado por los rojos internándose en Francia a la terminación de la Guerra.»[13]
Lo cierto es que Matías no cruzó solo la frontera francesa,
ya que está documentado que lo hizo con Mercedes y el hijo de ambos de 6 años, con los que
convivía en Barcelona, y que los tres fueron internados en Le Bacarés, islote
A, barraca 5.
Al
poco tiempo de su llegada a Le Bacarés, y enterado de que México estaba
dispuesto a acoger a los republicanos españoles que huyendo del franquismo se
habían refugiado en Francia, Matías contactó con Bernardo Reyes, primer
secretario de la Legación de los Estados Unidos Mexicanos en París. Le hizo
saber de su situación, rogándole informara de la misma a su madre en Tampico.
También le pide ayuda para poder llegar a México junto a su mujer y su hijo.
Bernardo Reyes cumple con su cometido, y el 5 de abril de 1939 escribe a Isabel
Baraja Corzo: «En virtud de haber salido de
Cataluña, cuando dicha región fue ocupada por las tropas facciosas, se halla
refugiado en el campo de Bacarés acompañado de su esposa y de un hijo de seis
años; suplica a usted que, si ello le es posible, le envíe fondos para poder
trasladarse a la República Mexicana, en la inteligencia de que debe usted
calcular que serán necesarios unos 250 dólares para el viaje de los tres.»[14]
Una
semana más tarde Matías dirige un segundo escrito a Bernardo Reyes para
agradecerle que éste haya contactado con su madre en México y le notifica que
no ha recibido el cuestionario que debe cumplimentar para que su solicitud de
inmigración sea atendida. Firma como Matías R. Baraja, y como antefirma escribe
la frase «Sufragio efectivo, no
reelección», una consigna de la
Revolución mexicana, que continúa vigente, como una
llamada a la soberanía y una clara exigencia de respeto hacia el voto popular
reflejado en las urnas.
No
sabemos si Matías llegó a recibir el formulario ni los 250 dólares solicitados por
las autoridades mexicanas a su madre para el traslado a México, aunque es fácil
adivinar que no recibió la ayuda deseada, que se vio obligado a alistarse en
una Compañía de Trabajadores Extranjeros y que su mujer y su hijo fueron devueltos
a España.
Detención y
deportación
Matías fue detenido por el ejército alemán e
internado con el número 36826 en el campo de prisioneros de guerra de Trier, ubicado en Petrisberg, una colina al este de la
ciudad de Trier (Alemania). La gran mayoría de los prisioneros estaban
dispersos en los destacamentos de trabajo o Arbeits Kommandos. Trabajaban
en granjas cercanas, en la industria o en obras de construcción. Debió
coincidir con el prisionero más famoso del campo, el escritor y filósofo
francés Jean Paul Sartre, miembro de la Resistencia, que fue encarcelado en
Trier hasta su fuga en marzo de 1941.
Permanece
en Trier hasta el 22 de enero de 1941, que junto a 774 prisioneros españoles es
obligado a subir a un tren, repleto de vagones para ganado con destino a Mauthausen. El viaje se convierte en
un gran acto de resistencia humana. Los prisioneros, apretados unos contra
otros, no tienen espacio ni para sentarse, ni alimento, ni agua, ni tan
siquiera un lugar digno para realizar sus deposiciones, que se acumulan en un
cubo que acaba desbordando.
Mauthausen
El
25 de enero, tres días después el convoy de 775 prisioneros españoles llegaba a
la estación ferroviaria del pueblo de Mauthausen. Un profundo manto de nieve
cubría el andén. Los exhaustos prisioneros, desalojados de los vagones
violentamente, formados militarmente, iniciaron una caminata a través de la
nieve que alcanzaba hasta sus rodillas, bajo la brutalidad y los gritos de las
SS que los custodiaban y la indiferencia de la población que veía pasar la
columna de los “rojos españoles”. Un frío intenso acompañó sus pasos durante
los más de cuatro kilómetros que le separaban del infierno.
Aquel
frío día de enero en que Matías llegó al campo de Mauthausen, había
temperaturas de veinte grados bajo cero, y los prisioneros fueron obligados a
permanecer alineados en formación militar en la Appelplatz
a la intemperie durante largas horas. Después serían despojados de todas
sus pertenencias (documentos, fotografías, cartas, y objetos personales).
Desnudos pasaron a las duchas, fueron rasurados y desinfectados antes de ser
llevados a las barracas de cuarentena.
Matías Rodríguez fue registrado con el número de
matrícula 3523,[15] de profesión tipógrafo. Dejó como domicilio el de la calle La Torre de A
Coruña, y como persona que contacto el nombre de su esposa.
Le entregaron un triángulo azul con una S mayúscula de color
blanco en el centro. Debajo marcado en negro su número de prisionero (3523).
Se desconoce que trabajo fue asignado a Matías en el campo de
concentración.
El
17 de febrero de 1941 es transferido al subcampo de Gusen, el subcampo más
grande de Mauthausen, también denominado “el matadero”. Sabemos que fue
registrado con otro número de matrícula (10059) y ocupó la barraca número 17.
Pereció
diez meses más tarde, el 11 de noviembre de 1941 a las 07:23 horas, de una
insuficiencia mitral según consta en los documentos nazis. Cuatro días después
sus restos fueron convertidos en humo en cenizas. Tenía 38 años.[16]
Su sufrimiento, como el de todos los deportados y deportadas,
fue inconmensurable.
El
9 de octubre de 1941, apenas un mes antes de su muerte, la Cruz Roja de A
Coruña, a petición de Mercedes, su esposa, escribe a la presidencia de la Cruz
Roja Alemana en Berlín, solicitando noticias de Matías: «Este paisano se encontraba en Barcelona y fue
movilizado por los rojos, internándose en Francia a la terminación de la Guerra
Española. Después fue hecho prisionero del ejército alemán y hace tiempo tuvo
noticias que se encontraba en un campo de concentración, siendo su última
dirección: Gefangennenmer (Prisionero) 36826 - Stalag XII-D. El sujeto que se
busca es natural de Castronuño (Valladolid), tiene 38 años y de oficio impresor.»[17]
El
11 de noviembre de 1941, el mismo día de la muerte de Matías, la Cruz Roja en
Berlín dirige escrito al campo de Mauthausen preguntando por él.[18]
No hubo respuesta. El 8 de enero y el 11 de marzo de 1942, la Cruz Roja alemana
insiste ante el comandante de Mauthausen.[19]
No hubo respuesta.
La
Cruz Roja en A Coruña recibe por fin una carta de la Cruz Roja alemana fechada
el 6 de junio de 1942 en la que se indica: «En respuesta a su carta
mencionada anteriormente, dirigida a la Cruz Roja Alemana, hacerles saber que
el español citado murió en el campo de Mauthausen. La Cruz Roja Alemana le pide
amablemente que notifiquen a Mercedes Franquiera el documento adjunto y se lo
entreguen.»[20] El
documento al que alude el texto es el certificado de defunción expedido por las
autoridades de Mauthausen.
Después de Mauthausen
Mercedes
Franqueira trabajó como limpiadora en el Banco Hispano Americano de A Coruña. «En su momento, y como
consecuencia de una gestión que le hicieron desde el Banco, recibió una
importante cantidad de dinero procedente de Alemania (no sabemos la cuantía ni
por qué) y cobró una pensión que los vecinos relacionaban con la División Azul.»[21]
Intentó
rehacer su vida y en 1948 tuvo una hija: Mercedes Pedrido Franquiera, hermana
de Matías, fallecida en 2005. Ésta se casó con un hombre llamado Gonzalo, y
fueron padres de otra niña llamada Beatriz.[22]
En
diciembre de 1952 en el B.O.E. se publicaba el siguiente aviso por parte de el
Juez de Primera Instancia núm. 1 de A Coruña: «A instancia de Mercedes Franqueira Costa, de esta
vecindad, se tramita expediente en este Juzgado sobre declaración de
fallecimiento de su marido, Matías Rodríguez Baraja, de cuarenta y ocho años de
edad, hijo de Dionisio e Isabel, natural de Castronuño (Valladolid) y vecino de
La Coruña, de donde se ausentó, para ignorado paradero, el diez de agosto de
mil novecientos treinta y seis sin que desde esta fecha se hubiese vuelto a
tener noticia alguna del mismo.»[23]
Mercedes
necesitaba acreditar el fallecimiento de su esposo y aunque el aviso oficial de
deceso del Ministerio de Veteranos y Víctimas de Guerra francés y que debía
tramitar el Ministerio de Asuntos Exteriores español, fue remitido el 29 de
noviembre de 1950, desconocemos si llegó a recibir esa comunicación en el domicilio
familiar de A Coruña.
El
caso es que a finales de la década de los años cincuenta, a través de la
Federación Española de Deportados e Internados Políticos (F.E.D.I.P.) solicitó la
indemnización que le correspondía por el asesinato de su marido en un campo
nazi. Puso en manos de esta organización, formada por supervivientes de la
deportación, la tramitación de la indemnización y pensión mensual por parte de la República Federal Alemana.
Mario,
el único hijo de Matías, también solicitó la correspondiente compensación desde
la ciudad de Salisbury en Inglaterra, donde residía. El 1962 se trasladó a
Canadá, contrajo matrimonio con Ángeles y tuvo tres hijos: Mario, Suso y
Agustín. Falleció en 2008 en Toronto, después de una larga enfermedad. [24]
Los
nietos de Matías, que residen en Canadá, han declinado participar para contribuir a la historia de su
abuelo.
Algunos
datos familiares[25]:
Dionisio Rodríguez Chillón (Padre de
Matías Rodríguez Baraja)
Padres:
José Rodríguez e Isidora Chillón
Abuelos
paternos: Antonio Rodríguez Prieto y Francisca Miguel Martín
Abuelos
maternos: Santos Chillón Prieto y Lucía Vázquez García
Hermanos:
Casimira (1863), Pablo (1866), Clemente (1868), Francisco* (1874), y Rafael
(1879)
Isabel Baraja Corzo (Madre de Matías
Rodríguez Baraja)
Padres:
Bartolomé Baraja y Leoncia Corzo
Abuelos
paternos: José Baraja Hernández y Francisca Hernández Vegas
Abuelos
maternos: Francisco Corzo Arroyo y Rita Rodríguez Castro
Hermanos:
Brígida (1870), Antonio (1875), Francisco (1880)
*
Francisco Rodríguez Chillón, tío de Matías, comerciante de profesión, emigró en
1913. Hasta 1922 residió en San Antonio (Texas). Tras una estancia en España,
se estableció en México en 1924. Se estableció
en Huatabampio, localidad del estado federal de Sonora. Más tarde trasladó su
residencia a Piedras Negras, ciudad
fronteriza del noreste de México, en el estado de Coahuila. El 16 de
enero de 1939 marchó a Nueva York.
Casado
con María Linage, natural de Tamayo, Burgos, tenía una hija de nombre Herlinda.
[1] Registro civil de
Castronuño
[2] Boletín oficial de la
provincia de Santander Número 73. 7 de mayo de 1909
[3] Registro Nacional de Extranjeros en México -
Portal Movimientos
Migratorios Iberoamericanos,
Ministerio de Cultura
[4] Padrón de habitantes
1940. Archivo Municipal del Concello de A Coruña
[5] Miguel Iñiguez:
Enciclopedia del Anarquismo español
[6] Toda la información
de su actividad sindicalista en A Coruña, han sido facilitada por los
historiadores Dionisio Pereira y Eliseo Fernández
[7] Confederación
Regional Galaica
[8] Solidaridad Obrera
núm. 87, 3 de septiembre de 1932. Nomes
e voces.
[9] Fernández, Eliseo: La FAI en Galicia. Germinal, Grupo de
Estudios Libertarios, abril 2007, pp 100 y 101. Matías aparece erróneamente con
el nombre de Manuel.
[10] El Luchador,
Barcelona, núm. 90. 23 de diciembre de 1932, pp.2. Datos facilitados por Eliseo
Fernández
[11] No ha sido posible
tener acceso a las dos cartas de Matías Rodríguez Barajas a que hace alusión el
historiador Dionisio Pereira. Si se han localizado algunos de los artículos de
“El Luchador” a los que se hace referencia y que se comparten al final de este
texto.
[12] Luis Lamela: Estampas de
injusticia. La guerra civil del 36 en A Coruña y los documentos originados en
la represión, pp. 425. Edicións do Castro,
1998.
[13] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.3 / 1719276
[14] Archivo Histórico Genaro Estrada.
Secretaría de Relaciones Exteriores de México en Repositorio de Memoria Histórica y Cultural de
México, Memórica.
[15] Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), Benito Bermejo y Sandra Checa. Ministerio de Cultura
de España,2006
[16] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.1 / 1307960 / 1307974/ 1303031/ 1298570/ 1290850/
1290850 y Copy of 1.1.26.3 / 1719274/ 1719275/
[17] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.3 / 1719276
[18] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.3 / 1719277
[19] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.3 / 1719279
[20] ITS Archives, Bad
Arolsen. Copy of 1.1.26.3 / 1719282
[21] Extracto de la
información facilitada por José Manuel Sánchez Mesejo, A Coruña 2018
[22] Ibid
[23] B.O.E. núm. 259. 24
de diciembre de 1952, pp. 3488
[25] Registro civil de Castronuño y www.familysearch.org
Publicación "Matías regresa a Casa" Editado por el Ayuntamiento de Castronuño Portada: Cristina Cerezo |
Matías Rodríguez Barajas ya está en Castronuño, para que su recuerdo perdure por siempre.
Colocación del Stolpersteine: Fco. José García (empleado municipal)
Música en directo de Carlos Herrero - El Naán
Honor y Memoria al héroe
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