El día 6 de junio de 1944, como sabemos, tuvo lugar el inicio de lo que en
su día se llamó “Operación overlord”, o sea, la invasión del
continente europeo a través del Canal de la Mancha, desde el Reino Unido hacia
las costas francesas de Normandía. La mayor concentración de tropas, y equipos,
que se había dado en la Historia hasta aquel momento, se puso en movimiento.
Paradójicamente, cuatro años antes, exactamente el día 7 de junio pero de
1940, la 7ª Panzer-División de la Werhmacht, la llamada “División
fantasma”, comandada por el general Erwin Rommel, encumbrado pero, también
vigilado por las máximas jerarquías nazis[1] -pasará
a la historia con el sobrenombre de “El zorro del desierto” por
sus éxitos en el norte de África al mando del cuerpo expedicionario o “Áfrika
korps”-, derrotaba a las fuerzas francesas y Rommel, casi sin resistencia,
llegó a Normandía. Cuando llegó el momento del desembarco aliado, cuatro años
más tarde, éste estará a la cabeza del llamado Heeresgruppe B[2],
o Grupo de Ejércitos B, para intentar detener esa operación, durante tanto
tiempo preparada y demandada por varios países de los Aliados. Cosa que, como
sabemos, no sucedió.
Era la situación esperada para iniciar el asalto final hacia Berlín, donde
se encontraba el bunker del que había llevado, a medio mundo, al Apocalipsis
con una terrible y larga guerra, así como el desastre que conllevó la misma.
El resultado de aquella operación, casi 75 años después, todos lo conocemos
porque han escrito, hablado, proyectado sobre el tema hasta la saciedad.
Libros, conferencias, documentales, películas se han ido sucediendo, desde el
mismo momento del conflicto internacional hasta hoy y, por supuesto que no
terminará aquí. Estamos seguros que mañana, el año que viene, dentro de diez
años, el… seguirán hablando, escribiendo y proyectando sobre este fenómeno que
pasó a la Historia con el nombre de la Segunda Guerra Mundial y que,
lamentablemente, acabó con la vida de más de cincuenta millones de personas,
entre civiles y militares.
Un coste humano altísimo y, no digamos el económico, con una larga
posguerra plena de incertidumbres entre un bloque y otro. Había terminado un
conflicto bélico, pero ese mismo día del fin de las hostilidades armadas,
comenzó otro, sin combates, sin armas, sin tropas desplazándose de un frente a
otro: la que se denominó “Guerra fría” que separó países y familias, por el
levantamiento de muros que impidieron, durante muchos años, abrazarse y llorar
juntos.
Y al poco tiempo otra guerra había comenzado en Indochina y poco después
otra en Corea… Y Vietnan también ocupó su espacio en la larga lista de guerras
y llegó muy próxima a esta última.
Y así hasta el día de hoy… Pero, vamos a ocuparnos de una triste historia
en la que se vio envuelto todo un pueblo, un pequeño pueblo de poco más de 600
habitantes, que estaba situado casi en el centro de Francia, pero el día de los
acontecimientos que vamos a contar, se habían aliado todos los malos augurios y
contratiempos sobre él, parecía que tenía que cumplirse, en dicha localidad, la
tan traída y llevada Ley de Murphy. Nos estamos refiriendo a la pequeña
localidad francesa de Oradour- sur-Glane.
El autor de estos renglones, seguramente inconsecuentes, es un “estudioso”,
desde hace más de 30 años, de los almerienses que fueron deportados a campos de
concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión no hay
nada para hablar de almerienses en campos de concentración, pero sí fuera de
ellos.
Con motivo que está próxima la fecha del setenta y cinco aniversario de los
acontecimientos que sucedieron cuatro días después del desembarco en Normandía,
quiero contar una triste historia en la que se vio envuelto un almeriense, su
mujer y sus hijos que, desgraciada y vilmente, fueron asesinados por soldados
alemanes en territorio francés. De esa historia, que yo sepa, nunca o apenas se
ha hablado en nuestra provincia, a no ser a nivel académico o en círculos muy
minoritarios.
Oradour-sur-Glane fue declarado por la República Francesa como “lugar de la
memoria”. Hoy está igual que aquél triste día. Todos los presidentes franceses,
desde el General Degaulle, han rendido homenaje en ese lugar a las víctimas del
nazismo; Igualmente lo han visitado diversos jefes de Estado de Alemania.
Y ¿España, hizo o ha hecho algo por aquellos españoles?
Solamente han recibido hasta hoy, -que sepa el que esto escribe-, un
homenaje: el que le hizo el Gobierno de la República Española en el exilio en
1945. En la época post-franco, o sea, desde 1975 al día de la fecha ningún
mandatario español ha acudido al lugar. Parece que es un tema tabú, es como si
estos hechos no hubiesen pasado jamás.
De la misma manera que tampoco tuvieron, ni han tenido los pocos que
quedan, los deportados españoles a los campos de concentración nazis, salvo la
honrosa excepción en 2005, cuando el presidente Rodríguez Zapatero estuvo
presente en el aniversario de la liberación del campo de concentración nazi de
Mauthausen donde murieron alrededor de 7.000 españoles de los algo más de 9.000
que habían entrado.
Cabe preguntarse qué hacían españoles dentro de los campos de concentración
nazis si España no había participado en la Segunda Guerra Mundial, salvo la
“honrosa” presencia de la 250 División de la Wehrmacht en el frente de
Leningrado, como aportación española dada la germanofilia de nuestro país, en
aquel tiempo que las conquistas del Tercer Reich se sucedían una tras otra y
servían de alabanza, loa y aclamación por las autoridades nacionales y por gran
parte de la población nacional. Esos acontecimientos aún no aparecen en ninguna
página de la Historia general de España y, lo que es peor, ni siquiera en los
libros de texto de varias generaciones cuando, realmente pasaron y las pruebas
de ello son abrumadoras e irrefutables.
Aproximadamente 15.000 españoles fueron deportados en los diferentes campos
de concentración nazis que se erigieron por Europa durante la ocupación nazi.
La mayor parte de ellos en Mauthausen (Austria), pero también en Dachau,
Sachsenhausen, Buchenwald, Ravensbrück (campo exclusivamente para mujeres donde
algo más de 50 españolas fueron deportadas a ese campo) en Alemania. Si no se
habla de ello es porque no interesa que se sepa. Si no se sabe es como si no
hubiese pasado.
Entonces, ¿De qué sirvió tanta muerte inocente en aquellos infiernos que
llegaron a ser los campos de concentración? Ningún Gobierno democrático durante
todos estos años de la transición política ha sido capaz de tomar la decisión
de que esas circunstancias debían de conocerse, de estudiarse, de no olvidarlo
jamás y eso que han tenido diferente sesgo político. ¿Hasta cuándo?
El día del homenaje del Gobierno Republicano en el exilio se colocó una
placa de mármol, semejando un memorial, con los nombres de los españoles que
allí habían perdido la vida. Y es curioso porque, en la parte del memorial
donde aparece José Serrano y su familia, el apellido de su esposa, María, que
sabemos era Pardo, ha sido cambiado, también por Serrano, siguiendo la
costumbre francesa por la que el cónyuge femenino pierde, al casarse, su
apellido de soltera y toma el de su marido.
Terminando la narración de los hechos, cabe preguntarnos ¿Y en Purchena… se
conoce lo que acabamos de relatar? El autor de estas páginas lo desconoce.
Sabemos que no queda familiar alguno de José Serrano en Purchena; también es
posible que algún estudioso lo haya dado a conocer, o el cronista del pueblo,
si lo hay…, no sé. Solo nos hemos limitado a contar lo que ocurrió, aquél
trágico y aciago día 10 de junio… hace casi 75 años[3].
Para conocer esta historia podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Cómo? y ¿Quién o quiénes fueron los protagonistas de esta
historia? La respuesta está en las páginas que siguen. Si es de tu interés
conocer los hechos que se narran en este libro -compruebo que sí, ya que estás
leyéndome-, acompáñame, voy a contarte realmente lo que pasó aquel fatídico y
luctuoso día en un pequeño pueblo perdido en la Francia profunda donde, entre
otros españoles, vivía un almeriense de Purchena, su esposa y sus tres hijos.
Pepe Sedano Moreno
Sin misericordia con José Serrano. Sangre en Oradour-sur-Glane, dolor en
Purchena, Círculo Rojo 2019
[1] En línea: https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/segunda-guerra-mu/1265-la-7-panzer-division-fantasma-de-rommel-en-la-campana-de-francia-de-1940 [Consulta:
23/04/2019]
[3] La prensa
provincial se hizo eco de esta información, sobre estos luctuosos
acontecimientos, ocurridos en Oradour sur Glane, el 10 de junio de 1944,
en La Voz de Almería, “Un purchenero, víctima tras el Día-D”,
08.06.2014, pág. 23
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