Lo Último

2965. Nada es lo mismo




La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:

nada es lo mismo

Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.


Ángel González
Grado Elemental (París, Ruedo Ibérico, 1962)






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