A Antonio Caamaño
En
su traslado del campo de Vernet a la cárcel de Castres
Barbas:
los hijos de puta
no
pierden su condición,
que
quien nace maricón
no
cambia, vivo, de ruta.
Cambias
campo por grilletes
porque
ya las alambradas
son
cárceles muy delgadas
para
tan buenos jinetes.
Todo
es ruido de cadenas
para
el miedo y los fantasmas.
Pierdes
menos libertad
por
más, que no son las trenas
las
que salvarán los Viazmas,
ni
piedras vencen verdad.
Max
Aub
13
de noviembre de 1941
Diario
de Djelfa, 1944
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