Consuelo Martín - Foto: Yusti |
Entre las Milicias que van y vienen a
vueltas con su instrucción, y los que se ejercitan en el manejo de la
ametralladora, y los que se dedican a las banderas de señales, en medio del
patio del cuartel, puesto en movimiento, cruza esta muchachilla risueña, una
chiquilla casi, con su gorro miliciano, su "mono" azul y su alpargata
ancha, hecha para pie más duro.
Y no es sólo que pase. Otras muchachas, más
risueñas o más serias, cruzan también entre los grupos de hombres en
instrucción y llevan lo mismo su gorro, su "mono" y hasta su fusil.
No es sólo eso. Es que esta chiquilla pasa cojeando, apoyada en un bastón, y
alegre, con su carilla infantil.
—Pero ¿qué es eso? ¿Quién eres tú? ¿Dónde
te han herido?
—Pues yo soy Consuelo Martín, del Partido
Comunista, y me han herido en Somosierra, de un balazo en esta pierna. ¡Pero no
es nada; ya se está pasando! Todo ello, dicho con un aire y una gracia como si
fuese el mayor galardón que pudiera esperar.
—Vamos a ver: ¿y desde cuándo estabas
allí?
—¡Desde el primer día! Yo salí con el
primer batallón que fué para Somosierra, el de Galán, y he estado unos veinte
días, hasta que me hicieron venir por la herida, que ya se va curando... ¡El
miércoles quiero salir con la columna de Intendencia!
Como se ve, su preocupación es volver al
frente, y por eso advierte tanto que la herida no es nada.
—Bueno, ¿y cómo te hirieron?
—Pues resulta que íbamos de descubierta.
Otra compañera venía a mi lado, y en esto empezaron a tirotearnos. Un camarada
que estaba cerca se puso a decir que nos quitáramos los "monos" la
compañera y yo, porque eran azules y por ellos nos habían descubierto.
"Pero, chico; cómo nos los vamos a quitar si estamos en combinación",
le dije yo. Y en esto sentí el balazo... ¡Si ya te digo que no fué nada!
Y vuelve con su deseo.
—¡Pero el miércoles ya estoy allí! ¡Y
aunque no fué nada, haré que me las paguen! Asombra su alegre decisión de
chiquilla entusiasta, de joven heroína, seguramente la más joven de todas las
milicianas.
—¿Hace mucho que perteneces al
Partido?
—¡Huy! ¡Mucho tiempo! ¡Más de un año! Yo
iba mucho por allí con los compañeros en cuanto salía del trabajo. Pero en
cuanto empezó la lucha lo dejé todo y me alisté de las primeras. ¡Ahora hay que
dejarlo todo por pelear!
Claudio Laín
Estampa, 29 de agosto de 1936
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