El siglo XIX es en España el de los himnos. En 1908 aparece el Himno
de la victoria, con letra de Juan Bautista Arriaza y música de Fernando
Sor. En 1809 se canta el titulado Los defensores de la Patria, y
luego, en distintas épocas, van subrayando los acontecimientos históricos
otros himnos, de los que se recuerdan: A las víctimas del Dos de
Mayo, con letra de Juan Nicasio Gallego y música de Rodríguez Ledesma, A la entrada del duque de la Victoria en Cádiz, Al pendón
morado, Al restablecimiento de la Constitución. Los hay que
parecen por su título denotar un alcance de poco vuelo, como el que se llama de La tertulia de Zaragoza, El Trágala, con el que los
liberales zaherían a sus adversarios los absolutistas, y que toma su nombre de
la frase del estribillo: "Trágala tú, servilón", ha dado lugar a un
substantivo registrado en el Diccionario de la Lengua. Otro himno también
conocido es el dedicado a la Libertad, con frases de Aribau y música de Arlés.
Hubo además un himno republicano que no hizo fortuna, y existen ahora La
Internacional y el Himno anarquista, que son adaptaciones de
otros extranjeros. Todos recordamos cómo la Marcha de Cádiz se
convirtió en himno popular durante la última guerra de Cuba, y no son pocos
los que habrán oído el Gloria a España, de Clavé.
Entre los hicimos regionales los más difundidos sun el
Guernikakoarbola, del vertsolari Iparraguirre; Els
Segadors, y el himno gallego en que el último bardo celta Pondal canta
los ideales de los que se creen supervivientes de la raza de Breogan.
El himno a Riego
De todos los himnos y téngase en cuenta que casi todos ellos han nacido en
los azarosos días del absolutismo, y por lo tanto son una invocación a la
libertad de Riego, o a Riego, como respecto a la gramática dicen sus autores, y
todos cuantos papeles viejos hemos consultado para pergeñar estas lineas, que
no son las de un investigador, sino las de un reportero, es el que ha tenido
mayor éxito. Tanto, que hoy mismo, aun a pesar de haberse presentado nuevos
himnos para perpetuar la proclamación de la segunda República española, el
gobierno provisional ha decretado que el himno compuesto por Evaristo San
Miguel sea, aunque provisionalmente, el que sustituya a la Marcha
real.
Quienes son los autores
El Himno de Riego es popularísimo pues, y desde su aparición,
hasta nuestros días lo ha utilizado nuestro pueblo para clamar por su libertad
política tantas veces aherrojada. Pero a pesar de su popularidad, contadas son
las personas que han parado mientes en preocuparse del nombre de sus autores.
Tan es así que aun hoy mismo hay ciertas dudas con respecto a la paternidad de
la música. Los más enterados de estas cosas dicen que fué un capitán llamado
Miranda, ayudante de Riego, quien sujetó al pentagrama la inspiración liberal.
Pero hay que advertir que al héroe del pronunciamiento de Cabezas de San Juan
se le cantó en numerosos himnos, la mayor parte de los cuales cayeron en el
olvido. El Himno de Riego, tal como ha llegado hasta nuestros días,
creen muchos que es obra de Reart y Copons.
Quien era Reart
José María Reart y Copons, presunto autor de la música del "Himno de
Riego", tal como hoy lo conocemos, no era español de nacimiento. Había
nacido en Perpiñán (Francia), y murió en Madrid en 1857. Se educó en
Barcelona, sirvió en el Ejército español durante la guerra de la Independencia,
y en una de las batallas en que tomó parte perdió una de las piernas. Desde
entonces, alejado de la vida marcial, se dedicó a la música.
¿Cómo era Reart, físicamente? Hemos tratado de investigar sobre el aspecto
físico de este hombre olvidado, cuya inspiración quedó grabada para siempre en
la página musical en que busca el pueblo español el tono para sus imprecaciones
liberadoras. Ni en el Museo Iconográfico ni en parte alguna hemos encontrado
una estampa, entre las que tanto abundan, relativas a los sucesos de su época,
que nos muestren cómo era materialmente este soldado y músico.
El autor de la letra
El autor de la letra del Himno de Riego, que fué cantado por
primera vez cuando el hombre que durante todo el siglo XIX simbolizó los afanes
liberales del pueblo español, y entró en Málaga en 1820, fué Evaristo San
Miguel. Su figura como político y literato es harto conocida por nuestros
lectores, por lo que la repetición de su biografía es obvia. Evaristo San Miguel,
asturiano como Riego, liberal como él, tenía como el que fué un momento ídolo
del pueblo español, para ser más tarde befado, escarnecido y ajusticiado por
este mismo pueblo en la plaza de la Cebada de Madrid, un alma ardiente y un
espíritu exaltado.
La letra del himno
A la música del Himno de Riego le han sido adaptadas, en el
transcurso de su aparición hasta nuestros días, letras distintas en las que se
han glosado o comentado los diversos sucesos políticos en que tan fértil ha
sido la vida española en los siglos XIX y parte del XX. Como todas las músicas
pegadizas al oído, y por lo tanto muy popularizadas, ha servido de recipiente a
las concepciones poéticas de los comentaristas de los sucesos populares.
Una letra que encontramos en opúsculo que "el ciudadano Mariano de
Cabrerizo dedica al ciudadano Rafael del Riego y a los valientes que han
seguido sus huellas", y en que se recopilan una colección de canciones
patrióticas de la época, es la siguiente:
Por cierto que en el libro de donde tomamos esta letra se inserta una
página musical que acompaña, reproducida fotográficamente, a esta información,
página en la que se contiene la música del "Himno de Riego", que aquí
firma Gamis y Soler, el cual es, según algunos musicógrafos, el autor de las
notas que han llegado hasta nosotros; es decir, del himno tal como se conoce
hoy. Esto, como se ve, no se compadece con la suposición muy arraigada de que
el himno musicalmente es obra de Reart y de Copons, que aprovechó para
escribirlo las notas de una contradanza.
Ribas Montenegro
Estampa, 23 de mayo de 1931
https://youtu.be/0f3psqjQ6c8. El origen el Ball dels Omes Ball de Benasque
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