"El poder es maravilloso, el poder
absoluto es absolutamente maravilloso"
María Torres / Septiembre 2011
Madame Ngo Dinh Nhu, encabeza la lista de las villanas
de la historia. No tuvo oficio conocido ni contribuyó a mejorar la humanidad,
pero si destacó en el ejercicio del poder absoluto. Sus argucias palaciegas
podrían servir para muchas tramas de cine o literatura. Su nombre de soltera
era Tran Le Xuan (Hermosa Primavera). Nació en Hanoi en 1924 y era hija de un
acaudalado empresario y de una princesa. Creció rodeada de sirvientes entre
caprichos, despotismo, clases de francés y ballet.
Con 18 años se caso con Ngo Dinh Nhu, hermano,
consejero político y jefe de la policía secreta de Ngo Dinh Diem, el primer
presidente de Vietnam del Sur (1955-1963). Diem era una especie de sacerdote
católico frustrado, profundo defensor de las virtudes tradicionales del
trabajo, de la familia, del culto a los antepasados y de la disciplina. Era el
candidato que se ajustaba al patrón buscado por los Estados Unidos: católico,
nacionalista, no estaba “manchado” por el colonialismo y era susceptible a las
ideas de la CIA, que había aprendido del Coronel de la USAF Edward Landsdale.
En los años cincuenta, los Acuerdos de Ginebra
especificaron una votación para presidente en Vietnam. Incluso Dwight
Eisenhower, en sus memorias, reconoció que el líder comunista Ho Chi Minh
habría ganado esa elección con más del 80% de los votos. Para evitar ese
resultado, EE.UU., y algunos de sus aliados de la OTAN, crearon la República de
Vietnam del Sur y eligieron a Ngo Dinh Diem como presidente. Entre los
promotores de Diem hubo intelectuales de la defensa, los neoconservadores en
aquellos tiempos, así como el cardenal Spellman y la familia Kennedy.
Tras su boda se convirtió en Madame Nhu, y en primera
dama oficiosa de Vietnam del Sur, debido a la soltería de su cuñado. Budista de
educación, se convirtió a la religión de su marido, un catolicismo furibundo
hasta el punto de prohibir por decreto el divorcio, el aborto y la
contracepción. Como el twist le parecía una "actividad insana"
también lo declaró fuera de la ley.
Quienes frecuentaban al inicio del mandato la mansión
presidencial de Saigón caían rendidos a sus encantos. Cautivó a sus huéspedes
occidentales, en especial a los estadounidenses, que la denominaron la “Juana
de Arco asiática”. Posteriormente, la acumulación de poder, sus múltiples
manejos y su desprecio por los derechos humanos le valieron el apodo de la
“Lucrecia Borgia oriental”. También fue conocida como “Lady Dragón”.
Vietnam se desgarraba cada vez más entre el Norte,
comunista, y el Sur, apoyado por Estados Unidos. Su marido maniobraba en la
sombra, entre clanes, familias mafiosas, traficantes de opio y grupos
religiosos, una amalgama que constituía el poder real del país. Para hacer
frente a los comunistas, Madame Nhu creó un cuerpo paramilitar femenino, el
Movimiento de Solidaridad de las Mujeres, con unos pocos miles de efectivos y
desvió grandes sumas de dinero para la milicia, que solo destacó por sus
vistosos desfiles en honor de su capitana.
El Gobierno de Diem resultó un desastre, de nacionalismo intransigente y de
partido único (“Can Lao Kan Vi”, o “Partido Revolucionario del Trabajo”) donde
los católicos llegados del Norte (casi un millón) son claramente beneficiados
frente a la mayoría campesina.
Las medidas en la calle se tornaron radicales: se
cerraron los locales nocturnos y los bares demasiado ruidosos, se prohibió el
juego, el opio y el baile, se realizaron miles de autos de fe, y era imposible
para un occidental llevarse a su habitación a una vietnamita. Era considerado
un pecado y una injuria racial.
Los hermanos Nhu intentaron imponer una serie de
bruscas reformas morales, sirviéndose de las violentas fuerzas policiales de
ese tiempo para lograr sus fines. Cometieron muchos atropellos a los derechos
humanos. También le hicieron la vida imposible a quienes profesaban religiones
no cristianas, concentrándose en los budistas. A tal extremo llegó esta
persecución que los monjes mostraron su descontento por medio de muchas
manifestaciones, apoyadas por la población civil, en las que conseguían sólo
balas por respuesta. 30 civiles resultaron muertos y 200 heridos. Con el uso de
su organización paramilitar, Madame Nhu proclamaba que los budistas estaban
"controlados por los comunistas" y manipulados por los
norteamericanos. "Hay que expulsar a todos los agitadores aunque vistieran
togas de monjes o no".
Thich Quang Duc un monje budista vietnamita se inmoló
hasta morir en una calle transitada de Saigón el 11 de junio de 1963. Su acto
de inmolación, que fue repetido por otros monjes, es el más recordado, ya que
fue atestiguado por David Halberstam, un reportero del New York Times, que
fotografió la escena.
En medio del revuelo internacional que provocaron las imágenes, Madame
Nhu, lejos de parecer consternada, mostró su absoluta
crueldad, a través de una carta enviada a The New York Times en la que
escribió: "Aplaudiré cuando vea otro espectáculo de barbacoa de
monjes; una no puede ser responsable de la locura de otros". Más
tarde acusó a los religiosos de falta de patriotismo por prenderse fuego con
petróleo importado.
Se ganó con honores el rechazo del pueblo vietnamita,
la comunidad internacional y hasta de sus propios padres, que procedieron a
desheredarla y a renegar de ella como hija.
Por su parte, los Estados Unidos advirtieron el cese
de la ayuda americana si la represión orquestada por Nhu continuaba. Temiendo
que estas advertencias se convirtieran en reales, su marido y cuñado decidieron
enviar a Madame Nhu a los Estados Unidos en gira promocional para lavar la
imagen del régimen. Pero lejos de ello, lo que hizo Lady Dragón fue acusarlos
al gobierno americano de “ser peor que los comunistas”. A los
budistas se refería como "hooligans con túnicas". Ni
siquiera su padre, embajador en Washington, quiso recibirla.
Comentarios como estos la hicieron caer
definitivamente en desgracia, pero no tanto como el incremento de los ataques
de la insurgencia comunista. El 1 de noviembre de 1963, generales vietnamitas
realizaron un golpe contra Diem, con la aprobación tácita de EE.UU, y lo
asesinaron junto a su hermano. Los generales golpistas se convirtieron en jefes
de Estado, respaldados inmediatamente por Washington.
Madame Nhu se hallaba en Los Ángeles en noviembre de
1963 cuando fue informada del golpe de Estado que acabó con el régimen de los
hermanos Nhu y culpó al gobierno de EE.UU. de su asesinato: “Cualquiera
que tenga a los estadounidenses como aliados no necesita enemigos”.
Tras el golpe, el gobierno militar de Vietnam bajo el General
Duong Van Minh, confiscó todas las propiedades de Madame Nhu y su familia en
Saigon y no se le permitió regresar a Vietnam del Sur. En 1964 intentó
conseguir un visado para volver a entrar a Vietnam del sur, pero le fue
denegado.
Lady Dragón no pudo volver a recoger su amplio
guardarropa ni sus collares de perlas. Sus hijos recibieron autorización para
dejar el país y se reunieron con ella en París, empezaban así cuatro décadas de
exilio, primero en la Costa Azul y luego en Roma, y un paulatino olvido de las
cámaras y los titulares, a los que un día el poder y la gloria de esta mujer
cegó como a las polillas la luz.
Murió en un hospital de Roma a los 87 años el pasado
24 de abril de 2011.
Excelente informe. Completo y preciso. Gracias por compartirlo. Saludos.
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