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36. Tran Le Xuan, Madame Nhu.




"El poder es maravilloso, el poder absoluto es absolutamente maravilloso"




María Torres / Septiembre 2011

Madame Ngo Dinh Nhu, encabeza la lista de las villanas de la historia. No tuvo oficio conocido ni contribuyó a mejorar la humanidad, pero si destacó en el ejercicio del poder absoluto. Sus argucias palaciegas podrían servir para muchas tramas de cine o literatura. Su nombre de soltera era Tran Le Xuan (Hermosa Primavera). Nació en Hanoi en 1924 y era hija de un acaudalado empresario y de una princesa. Creció rodeada de sirvientes entre caprichos, despotismo, clases de francés y ballet.

Con 18 años se caso con Ngo Dinh Nhu, hermano, consejero político y jefe de la policía secreta de Ngo Dinh Diem, el primer presidente de Vietnam del Sur (1955-1963). Diem era una especie de sacerdote católico frustrado, profundo defensor de las virtudes tradicionales del trabajo, de la familia, del culto a los antepasados y de la disciplina. Era el candidato que se ajustaba al patrón buscado por los Estados Unidos: católico, nacionalista, no estaba “manchado” por el colonialismo y era susceptible a las ideas de la CIA, que había aprendido del Coronel de la USAF Edward Landsdale.

En los años cincuenta, los Acuerdos de Ginebra especificaron una votación para presidente en Vietnam. Incluso Dwight Eisenhower, en sus memorias, reconoció que el líder comunista Ho Chi Minh habría ganado esa elección con más del 80% de los votos. Para evitar ese resultado, EE.UU., y algunos de sus aliados de la OTAN, crearon la República de Vietnam del Sur y eligieron a Ngo Dinh Diem como presidente. Entre los promotores de Diem hubo intelectuales de la defensa, los neoconservadores en aquellos tiempos, así como el cardenal Spellman y la familia Kennedy.

Tras su boda se convirtió en Madame Nhu, y en primera dama oficiosa de Vietnam del Sur, debido a la soltería de su cuñado. Budista de educación, se convirtió a la religión de su marido, un catolicismo furibundo hasta el punto de prohibir por decreto el divorcio, el aborto y la contracepción. Como el twist le parecía una "actividad insana" también lo declaró fuera de la ley.

Quienes frecuentaban al inicio del mandato la mansión presidencial de Saigón caían rendidos a sus encantos. Cautivó a sus huéspedes occidentales, en especial a los estadounidenses, que la denominaron la “Juana de Arco asiática”. Posteriormente, la acumulación de poder, sus múltiples manejos y su desprecio por los derechos humanos le valieron el apodo de la “Lucrecia Borgia oriental”. También fue conocida como “Lady Dragón”.

Vietnam se desgarraba cada vez más entre el Norte, comunista, y el Sur, apoyado por Estados Unidos. Su marido maniobraba en la sombra, entre clanes, familias mafiosas, traficantes de opio y grupos religiosos, una amalgama que constituía el poder real del país. Para hacer frente a los comunistas, Madame Nhu creó un cuerpo paramilitar femenino, el Movimiento de Solidaridad de las Mujeres, con unos pocos miles de efectivos y desvió grandes sumas de dinero para la milicia, que solo destacó por sus vistosos desfiles en honor de su capitana.

El Gobierno de Diem resultó un desastre, de nacionalismo intransigente y de partido único (“Can Lao Kan Vi”, o “Partido Revolucionario del Trabajo”) donde los católicos llegados del Norte (casi un millón) son claramente beneficiados frente a la mayoría campesina.

Las medidas en la calle se tornaron radicales: se cerraron los locales nocturnos y los bares demasiado ruidosos, se prohibió el juego, el opio y el baile, se realizaron miles de autos de fe, y era imposible para un occidental llevarse a su habitación a una vietnamita. Era considerado un pecado y una injuria racial.

Los hermanos Nhu intentaron imponer una serie de bruscas reformas morales, sirviéndose de las violentas fuerzas policiales de ese tiempo para lograr sus fines. Cometieron muchos atropellos a los derechos humanos. También le hicieron la vida imposible a quienes profesaban religiones no cristianas, concentrándose en los budistas. A tal extremo llegó esta persecución que los monjes mostraron su descontento por medio de muchas manifestaciones, apoyadas por la población civil, en las que conseguían sólo balas por respuesta. 30 civiles resultaron muertos y 200 heridos. Con el uso de su organización paramilitar, Madame Nhu proclamaba que los budistas estaban "controlados por los comunistas" y manipulados por los norteamericanos. "Hay que expulsar a todos los agitadores aunque vistieran togas de monjes o no".

Thich Quang Duc un monje budista vietnamita se inmoló hasta morir en una calle transitada de Saigón el 11 de junio de 1963. Su acto de inmolación, que fue repetido por otros monjes, es el más recordado, ya que fue atestiguado por David Halberstam, un reportero del New York Times, que fotografió la escena.

En medio del revuelo internacional que provocaron las imágenes, Madame Nhu, lejos de parecer consternada, mostró su absoluta crueldad, a través de una carta enviada a The New York Times en la que escribió: "Aplaudiré cuando vea otro espectáculo de barbacoa de monjes; una no puede ser responsable de la locura de otros". Más tarde acusó a los religiosos de falta de patriotismo por prenderse fuego con petróleo importado.

Se ganó con honores el rechazo del pueblo vietnamita, la comunidad internacional y hasta de sus propios padres, que procedieron a desheredarla y a renegar de ella como hija.

Por su parte, los Estados Unidos advirtieron el cese de la ayuda americana si la represión orquestada por Nhu continuaba. Temiendo que estas advertencias se convirtieran en reales, su marido y cuñado decidieron enviar a Madame Nhu a los Estados Unidos en gira promocional para lavar la imagen del régimen. Pero lejos de ello, lo que hizo Lady Dragón fue acusarlos al gobierno americano de “ser peor que los comunistas”. A los budistas se refería como "hooligans con túnicas". Ni siquiera su padre, embajador en Washington, quiso recibirla.

Comentarios como estos la hicieron caer definitivamente en desgracia, pero no tanto como el incremento de los ataques de la insurgencia comunista. El 1 de noviembre de 1963, generales vietnamitas realizaron un golpe contra Diem, con la aprobación tácita de EE.UU, y lo asesinaron junto a su hermano. Los generales golpistas se convirtieron en jefes de Estado, respaldados inmediatamente por Washington.

Madame Nhu se hallaba en Los Ángeles en noviembre de 1963 cuando fue informada del golpe de Estado que acabó con el régimen de los hermanos Nhu y culpó al gobierno de EE.UU. de su asesinato: “Cualquiera que tenga a los estadounidenses como aliados no necesita enemigos”.

Tras el golpe, el gobierno militar de Vietnam bajo el General Duong Van Minh, confiscó todas las propiedades de Madame Nhu y su familia en Saigon y no se le permitió regresar a Vietnam del Sur. En 1964 intentó conseguir un visado para volver a entrar a Vietnam del sur, pero le fue denegado.

Lady Dragón no pudo volver a recoger su amplio guardarropa ni sus collares de perlas. Sus hijos recibieron autorización para dejar el país y se reunieron con ella en París, empezaban así cuatro décadas de exilio, primero en la Costa Azul y luego en Roma, y un paulatino olvido de las cámaras y los titulares, a los que un día el poder y la gloria de esta mujer cegó como a las polillas la luz.

Murió en un hospital de Roma a los 87 años el pasado 24 de abril de 2011.









1 comentario:

  1. Excelente informe. Completo y preciso. Gracias por compartirlo. Saludos.

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