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161. Virgilio Leret, El Caballero del Azul




La mañana del 17 de julio de 2006, el periódico El País amanecía con una esquela a media página. Recordaba al pamplonés Virgilio Leret Ruiz, fallecido setenta años antes, y la había pagado su hija, Carlota Leret O"Neill. Este gesto comenzó la llamada "guerra de las esquelas" en la que familiares de víctimas de la Guerra Civil española quisieron honrar a sus desaparecidos.

Rescató también del olvido a su protagonista y fue el germen del documental: Virgilio Leret, El Caballero del Azul, dirigido por el pamplonés Mikel Donazar Jaunsaras.

En sus 34 años de vida, Leret fue capitán del ejército del aire español e ingeniero mecánico, patentó uno de los primeros motores de reacción, fue escritor y formó una familia junto a su mujer, la periodista y escritora adelantada a su tiempo Carlota O"Neill. Su prometedor futuro se frustró abruptamente cuando le fusilaron en Melilla en los albores de la guerra civil. "Cuando me llegó la esquela de Carlota vi que era un pamplonés, el inventor del motor a turbo-reacción, ¡y era un perfecto desconocido! (...). Es un personaje de lujo que seduce", señala el director del documental, el pamplonés Mikel Donazar.


A la caza del saltamontes.

La calle Eslava vio nacer a Virgilio Leret el 23 de agosto de 1902. Era hijo del coronel Carlos Leret, un veterano de la guerra de Cuba, y el tercero de ocho hermanos. Estudia en los Hermanos Maristas e ingresa en la Academia de Infantería de Toledo a los quince años. Sobre su vinculación con Navarra, su hija Carlota recuerda que "cuando tenía diez o doce años era un niño solitario que se iba a pasear con la txapela puesta. Le gustaba cazar saltamontes pero no los mataba, era enemigo de la pena de muerte. Se los ponía en la cabeza debajo de la txapela, y cuando había sentido durante un rato su contacto los dejaba escapar".

A los 25 años, Leret es capitán e ingeniero mecánico electricista. Participa en la guerra de Marruecos, donde aprende el árabe y el francés, y hasta toca el violín. Cuando le destinan a Madrid surge el flechazo con la escritora y periodista madrileña Carlota O"Neill, con la que tuvo a Carlota y Mariela. La familia de Virgilio nunca aceptó su relación con una mujer tan moderna y adelantada a su época. "Mi madre no entró en casa de mis abuelos hasta que no se casó, y a nosotras no nos querían nada porque éramos el fruto de un amor que ellos no aprobaban", relata Carlota en el documental.

Las inquietudes de Virgilio le llevaron a publicar un par de libros bajo el pseudónimo de "El Caballero del Azul". "Eran del estilo de El Principitode Saint-Exupery, que todavía no se había publicado. Evoca la aviación como un apoyo importante para el desarrollo de la humanidad, es un visionario", opina Donazar. Su pasión por el vuelo le llevó a diseñar los planos del motor turbocompresor a reacción durante una estancia en la cárcel de Ceuta (le acusaron de sedición)y presentó la patente en julio de 1935. "Su motor estaba a la altura de los desarrollados por el inglés Frank Whittle y el alemán Hans Von O"Hain, que sí llegaron a volar", apunta el director del documental.

En junio de 1936 destinan a Leret a Melilla, donde se traslada con su familia y se alojan en un barco. Le nombran capitán jefe de la Escuadrilla de Hidros de El Atalayón, y es ahí donde vive el comienzo de la guerra civil española. El 17 de julio empieza la sublevación militar; Leret defiende su base y, tras ser detenido, es fusilado junto a dos de sus oficiales.

"La guerra civil española no comenzó el 18 de julio, sino el 17 a las 17 horas. Mi madre, mi hermana y yo fuimos testigos de los primeros tiros que incendiaron el mundo (...). Mi madre rescató la figura de mi padre en su libro Una mujer en la guerra de España, y todo lo que cuenta está documentado. Describe, como se decía entonces, que el 23 de julio del 36 hicieron un consejo de guerra a mi padre y lo fusilaron ese día, pero es una fábula, lo fusilaron al amanecer del 18", sostiene Carlota.


Más dolor.

El drama no terminó ahí. Pocos días después, Carlota O"Neill fue detenida por exaltar los ideales republicanos y pasó cinco años en la cárcel. Sus hijas Mariela y Carlota fueron internadas en un colegio de huérfanas militares de Aranjuez, y cuando la familia se reunió se exiliaron en Venezuela. Mucho antes incluso de poner su esquela, Carlota Leret quería resarcir las figuras de sus padres, sumidos en el olvido. "Quiero hablar de testimonios históricos, se ha contado la historia a la mitad, al estilo del vencedor, y España necesita conocer las dos versiones", opina. Todavía tiene una deuda pendiente, encontrar los restos de su padre. "Lo último que me queda es tener un informe militar de dónde están sus restos. Me consta que está escrito en un expediente número 9, pero ha desaparecido", concluye la hija del que podría ser considerado la primera víctima de la guerra civil.

http://www.diariodenavarra.es/








"España aún no está curada de la Guerra Civil"



"Los años que tengo no se los digo a nadie. Permíteme esa coquetería. Pon que son casi 100...".

No son casi 100, pero sí son muchos más de los que dan a entender las inapreciables arrugas de su rostro o el pantalón de cuero con el que Carlota Leret, hija del aviador Virgilio Leret (Pamplona, 1902), inventor del motor de reacción, acude a la entrevista. Acaba de llegar de Caracas, donde vive desde que se exilió con su madre en 1941, para asistir hoy al estreno del documental Virgilio Leret, El caballero azul, dirigido por Mikel Donazar y patrocinado por AENA.

"Yo era una niña, pero lo recuerdo perfectamente. Era el 17 de julio de 1936, el día que empezó la Guerra Civil, el día que se oyeron los primeros tiros del fascismo que iban a incendiar Europa, el día que vi a mi padre por última vez". Virgilio Leret era entonces jefe de la zona oriental de las Fuerzas Aéreas en África y estaba destinado en la base de Hidros de El Atalayon (Melilla). "Mi madre, mi hermana y yo estábamos en la base porque habíamos ido a veranear a Melilla con un barco que teníamos. Empezaron a sonar las sirenas y mi padre nos llevó al barco. No hubo besos, ni despedidas. Recuerdo a mi madre asomada en la cubierta viendo cómo él se alejaba y a mi padre gritándole que se metiera dentro mientras se oían tiros". Virgilio Leret regresó a su puesto para defender la base hasta que se acabó la munición, relata Carlota. No le volvieron a ver.

"Mi padre es el primer fusilado de la Guerra Civil", asegura Carlota. "El primer militar asesinado por cumplir con su deber", le presentaba el cineasta Pedro Almodóvar en un documental estrenado en junio del año pasado para denunciar la muerte impune de 15 víctimas del franquismo. Carlota ha encontrado documentación que prueba que su padre fue pasado por las armas al amanecer del 18 de julio. "Hace seis meses me llamó la poetisa Angelina Gatell, que había estado casada con un soldado de la base de Hydros. Me contó que al llegar a la base el 18 de julio, su marido se encontró, temblando, a uno de sus compañeros que le dijo llorando: '¡Hemos matado al capitán Leret!'. Mi padre fue fusilado por sus propios soldados. Los rebeldes les habían obligado a hacerlo como una forma de sembrar el terror".

Tiene tanto que contar que apenas prueba bocado. "No me interesa nada la comida. Nunca me ha interesado. Como por obligación", asegura ante una ensalada de chipirones en un restaurante que ha elegido solo porque está a dos pasos de su casa española. "¡Apenas hemos hablado del motor de reacción y es lo más importante!", recuerda de repente, desembarazándose de nuevo del tenedor. "Es una historia casi mágica".

"En 1935, un año antes de que estallara la guerra, mi padre había inventado el motor turbocompresor a reacción. Mi madre [la escritora de origen mexicano Carlota O'Neill], a la que metieron en la cárcel después de matar a mi padre por 'influir grandemente en la conducta de su esposo', según el consejo de guerra, logró sacar del penal los planos del invento envueltos en ropa sucia. Los padres de una compañera de la cárcel los guardaron hasta que ella salió, en 1941. Cuando estuvo libre, mi madre cogió los planos, se los envolvió al cuerpo y se los ofreció a la Embajada británica porque creía que aquel motor podía ayudar a los aliados contra Hitler, pero no hicieron nada", lamenta.

Carlota lleva más de 10 años dedicada a recuperar la memoria de su padre. "Si hubiera sido fascista, Virgilio Leret tendría una calle, una plaza, saldría en los libros de texto, le habrían hecho homenajes. Pero como era republicano, nadie sabe que fue un héroe. Me indigna que cuando hablo de estas cosas la gente me diga enseguida que no remueva, que estoy fomentando el odio. España aún no está curada de la Guerra Civil. No ha hecho justicia con su pasado. Y hablar de estas cosas no es abrir heridas, sino precisamente cerrarlas".


Natalia Junquera / El País



4 comentarios:

  1. A veces leemos un periódico de pasada, en diagonal. Igual leemos un artículo absurdo, que no deja huella, o una noticia que lo único que consigue es ponernos de mal humor. Y lo que dejaría huella no lo leemos, ya sea porque ese día no hemos comprado el periódico, ya sea porque ese día no hemos tenido tiempo de comprarlo, o porque un mal titular ha hecho que leyéramos sin el merecido interés algo que vale la pena, que te reconcilia con el mundo.

    Leí sobre la guerra de las esquelas pero conseguía ponerme tan triste y enfadado que no lo leí todo. Desconocía esta historia. Y es de esas cosas por las que te alegras de leer blogs: porque de esta forma lo has recuperado.

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  2. "Si hubiera sido fascista, Virgilio Leret tendría una calle, una plaza, saldría en los libros de texto, le habrían hecho homenajes. Pero como era republicano, nadie sabe que fue un héroe. Me indigna que cuando hablo de estas cosas la gente me diga enseguida que no remueva, que estoy fomentando el odio. España aún no está curada de la Guerra Civil. Y hablar de estas cosas no es abrir heridas, sino precisamente cerrarlas".

    Mucha gente , también dice :"Déjalos descansar en paz"....para evadir el tema.
    Nuestra MEMORIA es la que no descansa en paz.

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  3. Exacto, Carmnela, tú lo has dicho: la que no descansa en paz es nuestra memoria.
    Además, Eastriver, muy mal hecho: yo, vea lo que vea... Al revés: lo que hace es interesarme aún más. Y aunque lo crea aburrido, SIEMPRE lo leo. Es la única forma de informarte del asunto casi de primera mano y andar orientado cuando hables del tema, además de aprovechar el tiempo usado en abrir el mensaje, ver el título y demás. ;-)
    Salud y que sobrevivamos al Cuatrienio Negro que nos espera. :-)

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  4. El "flechazo" surge en Barcelona. La verdad es que el documental cuenta mentiras y falsedades tanto de Virgilio como de toda la familia.

    Lo curioso también es que no quiera decir cuanta edad tiene. Para que os hagáis a la idea tenía 7 años en 1937... ¿Cuánto se acordará de lo que pasó? Por lo que sabemos, sólo se acordaba de las manos de su padre...

    Mientras, los testimonios de los hermanos de Virgilio han sido olvidados en la Memoria colectiva. Dichos testimonios, a diferencia de los de su esposa, sí que cuentan la verdad y están corroborados por un montón de documentos.

    ¿Por qué entonces se escucha a este personaje? No lo sabemos, lo único que sabemos es que las mentiras de esta señora saldrán a la luz.

    http://www.lerethispania.blogspot.com.es/

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