«30 de abril de 1937. Se sigue hacia Durango. Pequeña y bonita ciudad, con hermosos palacios de nobles. Tras un doble bombardeo de los italianos tiene un aspecto horrible. Es como si las bombas hubiesen buscado precisamente las iglesias. El gran templo, en el cual en ese justo momento se celebraba misa mayor, recibió un mínimo de seis bombas; una iglesia conventual (convento que es cierto que era un cuartel rojo) [sic], cuatro al menos. Sólo están en pie los muros. En el templo mayor hubo muchos (se dice que más de 150) muertos. Por razones de propaganda, los rojos no han desescombrado absolutamente nada.» (Wolfram von Richthofen)
31 de marzo de 1937
07:00 horas. Desde el aeródromo de Soria parten nueve aviones, pertenecientes a la 213 y 214 escuadrillas del grupo 24 de bombardeo pesado Savoia 21 de la aviación fascista italiana.
08:00 horas. Desde el aeródromo de Logroño 18 aviones caza Fiat CR.32 inician el vuelo y se reúnen con los bombarderos en cielo riojano dirigiéndose en formación hacia el valle vizcaíno del Ibaizabal.
Los cinco aparatos de la escuadrilla 213 comandados por Victtorio Cannaviello toman rumbo a la villa de Elorrio mientras que los otros cuatro aparatos de la 214 al mando de Gildo Simiri se dirigen a Durango.
08:30 horas. Los bombardeos de la Aviazione Legionaria surcan el cielo de Durango. La población carece de defensa antiaérea. Suenan las alarmas y los durangueses se dirigen a los improvisados refugios habilitados en sótanos de viviendas, iglesias y fábricas.
Nada ni nadie consigue evitar la catástrofe del primer bombardeo «en alfombra» sobre población civil.
Los aviones de la 214 escuadrilla de la aviación fascista italiana dejan caer sobre Durango un total de 80 bombas de 50 kilos cada una. Por si esto resulta insuficiente, los cazas ponen en funcionamiento sus ametralladoras contra la población, mientras toman imágenes del sangriento resultado de su acción.
11:00 horas: Regresan los aviones al cielo de Durango, pero no realizan ningún ataque.
17:45 horas: Ocho bombardeos y 15 cazas arrojan su carga mortal entre el cementerio -donde se trata de identificar a las víctimas de la mañana- el centro urbano, y las instalaciones ferroviarias. 22 bombas de 100 kilos y 54 de 50 kilos. Como colofón, repiten ametrallamientos.
Durango se tiñe de sangre. 336 víctimas mortales, cientos de heridos. Las víctimas son enterradas en dos fosas comunes. Setenta de ellas no pueden ser identificadas.
El 2 de abril regresan los aviones y se produce un nuevo bombardeo. En la ciudad se encuentra una comisión internacional evaluando los daños del 31 de marzo. Dos días después nuevas bombas caen sobre Durango.
El ataque contra Durango fue ordenado por el sanguinario general Mola, con el beneplácito de Franco, y planificado por el teniente coronel de Estado Mayor Wolfram von Richtofen y el Servicio de Logística de la Legión Cóndor. Apenas un mes después la misma suerte le esperaba a Guernika. Pocos días después de ser bombardeada, las tropas de Mola entraban en Durango.
Todo lo que sea una guerra civil,trae aparejado la destrucción por ambos bandos,por éllo no hay que resaltar lo que hace uno de ellos,como si el otro tirase caramelos con sus aviones.
ResponderEliminarLo que ocurre, Antonio, -más bien ocurrió- es que uno de los contendientes (el franquista), con ayuda de la Aviazione Legionaria (italianos) y la Legion Condor (alemanes) se emplearon en bombardear a la población civil (no a objetivos militares). Más del 90% de estas víctimas de estos bombardeos residía en territorio republicano. El número de muertos en la zona franquista a causa de los bombardeos (el 10% restante) fue de 1.088 si tomamos como referencia las cifras ofrecidas por los propios vencedores en la guerra.
EliminarLa diferencia (a resaltar, a pesar de su sugerencia) es importante, a pesar de tener en cuenta que en cualquier Guerra se cometen atrocidades por parte de todos los contendientes. Pero en este caso, el de la Guerra de España, si hay algo que resaltar es la actitud de aniquilación de los franquistas.
Resaltar también que, según las Leyes internacionales para tiempos de guerra. Artículo 22. La Haya, 1927. "Queda prohibido el bombardeo aéreo con motivo de aterrorizar la población civil, así como también la destrucción de sus propiedades y la agresión a los no combatientes."