Antonio Machado Ruiz / Fotografía de Alfonso Sánchez Portela (Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure, 22 de febrero de 1939) |
«Actualmente Machado es el único que permanece al frente. Esta preferencia se debe, sin duda, a que su poesía, menos barroca, menos centelleante, pero más profunda [que la de los autores del 27], se corresponde mejor con nuestra realidad. Para nosotros, el hermano mayor, nuestro ejemplo a seguir, es Machado.» (Entrevista a Blas de Otero. Les Lettres Nouvelles (vol. VII, nº 4, nouvelle série, 25 marzo 1959)
«Nuestra trayectoria remonta de Lorca
a Machado. Hace diez años, los poetas de la generación de 1927 ocupaban, para
nosotros, el primer plano. Pero a medida que el tiempo pasaba su influencia se
hacía más débil, mientras que nuestro afecto por Machado crecía sin cesar. Lo
que más amamos en él, lo que tenemos de común con él, es la profunda preocupación
que sentía por España, por su pueblo y por sus tierras.» (Citado por M. Tuñón de Lara, op. cit., pp. 312-313)
Con nosotros
(Glorieta
de Bilbao)
En
este Café
se
sentaba don Antonio
Machado.
Silencioso
y misterioso,
se
incorporó
al
pueblo,
blandió
la pluma,
sacudió
la ceniza,
y
se fue…
Pido
la paz y la palabra, 1955
Palabras reunidas para Antonio Machado
Un
corazón solitario
no
es un corazón.
A.M.
Si
me atreviera
a
hablarte, a responderte,
pero
no soy,
solo,
nadie.
Entonces,
cierro
las manos, llamo a tus raíces,
estoy
oyendo
el lento ayer:
el
romancero
y
el cancionero popular; el recio
son
de Jorge Manrique;
la
palabra cabal
de
fray Luis; el chasquido
de
Quevedo;
de
pronto
toco
la tierra que borró tus brazos,
el
mar
donde
amarró la nave que pronto ha de volver.
Ahora,
removidos
los surcos (el primero
es
llamado Gonzalo de Berceo),
pronuncio
unas
pocas palabras verdaderas.
Aquellas
con
que pedí la paz y la palabra:
Árboles
abolidos,
volveréis
a brillar
al
sol. Olmos sonoros, altos
álamos,
lentas encinas,
olivo
en
paz,
árboles
de una patria árida y triste
entrad
a pie
desnudo en el arroyo claro,
fuente
serena de la libertad.
Silencio.
Sevilla está llorando. Soria
se
puso seria. Baeza
alza
al cielo las hoces (los olivos
recuerdan
una brisa granadamente triste).
El
mar
se
derrama hacia Francia, te reclama,
quiere,
queremos
tenerte,
convivirte,
compartirte
como
el pan.
Poema leído por Blas de Otero en el homenaje que se tributó a Machado en el paraninfo «Descartes» de la Universidad de la
Sorbona 6 de marzo de 1959 (Publicado en la Revista
de la Universidad de México núm 11,
1959)
Oigo, Patria ...
Patria
lejana, dónde
tus
torres de poniente,
las
ramas de los olmos
altos,
grandilocuentes,
tus
pardos altozanos
que
el viento azul envuelve,
las
hojas de tus chopos
sortijeando
verdes,
tus
ciudades decrépitas
(como
en sentencia breve
dijo
Antonio Machado),
tus
tristes, lentos trenes
que
vienen y no van
a
parte alguna, dónde
la
rosa de tus nieves
bellas,
el encarnado
cruel
de tus claveles,
el
rostro de tus hombres
que
hablan como les vienen
las
palabras, oh patria
muda,
oh silenciosa
meseta
donde siempre
enterraré
mis ojos
por
lejos que te sueñe.
Que
trata de España, 1964
Collioure 1959
(Por Radio París)
Uno de mis días más cordiales y reconfortantes desde
hace muchos años, ha sido el 22 de febrero en el Pirineo oriental, frente al
Mediterráneo.
Es cierto que una lenta pena latía en el fondo:
nuestro más grande, nuestro más querido poeta quedó allí, serenamente fiel
hasta su final. Pero nadie quiere remover ni avivar otro triste tiempo de
nuestra patria. Nadie, y menos que nadie las nuevas vidas que desde entonces
fueron pujando. Ninguno de ellos vuelve la cabeza hacia el hacha y el tajo.
Todos miran, desean, exigen el retoñar de un tronco único. Abierto al libre
aire de una justicia ineludible. Como lo soñó siempre don Antonio Machado.
Silencioso, grávido de misteriosa luz, que el ciprés
se seque y puje el olivo.
Collioure 1959, fue escrita en París para su
retransmisión por Radio París, y se incorporó, aunque con variantes, a Esto no es un libro, 1963, Que
trata de España, 1964 e Historias fingidas y verdaderas, 1970.
Teruel-Yonne
España despeñada:
la Francia con los campos bien peinados.
España miserable:
Francia, abanico un poco cartesiano.
Fuera
Terrible, hermosa España,
estoy contigo, a contrapirineo.
Durante el viaje de Barcelona a Collioure y París, Blas de Otero escribe estos dos breves poemas que después serían pulicados En castellano, 1960
In Memoriam
Cortando por la plaza de la Audiencia, bajaba
al Duero. El día era de oro y la brisa lenta.
Todo te recordaba, Antonio Machado (andaba
yo igual que tú, de forma un poco vacilenta).
Álamos del amor. La tarde replegaba
sus alas. Una nube, serena, soñolienta,
por el azul distante morosamente erraba.
Era la hora en que el día, más que fingir, inventa.
¿Dónde tus pasos graves, tu precisa palabra
de hombre bueno? En lo alto del ondulado alcor,
apuntaba la luna con el dedo. Hacia oriente,
tierras, montes, y mar que esperamos que abra
sus puertas.
Hacia el Duero caminé con dolor.
Regresé acompañado de una gran sombra ausente.
Este poema fechado en 1961 fue publicado en marzo de 1962 en Ínsula e incluído posteriormente en Que trata de España, 1964
Grande Machado!
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