Lo hablamos previsto y nadie puede asustar. Los desesperados ataques de los generales traidores tenían que dirigirse con toda la furia, con todo el odio que sienten hacia el pueblo español, sobre nuestro Madrid. A esta horas, en las barriadas populares de un sector de la capital de la República se está llevando a cabo la batalla definitiva y gloriosa entre dos mundos. Se está ventilando no solamente la suerte de España, sino la de Europa, la del mundo civilizado; la de los que quieren el progreso, la paz y el bienestar de los pueblos, y la de los otros, la de las gentes podridas, en quienes todo ha sido embuste y falacia.
Los
madrileños, los obreros de Madrid, los hombres jóvenes y viejos, este
proletariado madrileño, que ha ido a la cabeza de la España progresiva y
liberal en todas las luchas, están poniendo todo el coraje, todo el valor, todo
el esfuerzo y todo el entusiasmo de que es capaz un sector que realiza
la alta misión histórica de abrir el camino para un mundo nuevo.
Están
conteniendo las furiosas y desesperadas embestidas de las hordas alquiladas,
que pretenden hacer a nuestro Madrid teatro de los crímenes infames que han
llevado a cabo en otros lugares.
En
el centro, en el corazón de España, se está realizando un hecho que alumbrará a
toda Europa, a todo el mundo civilizado.
El
pueblo madrileño está haciendo historia, la está viviendo con toda intensidad y
con todo el valor que para ello es preciso. Y ese valor se lo da el que tiene
conciencia de la alta misión que la Historia le ha deparado.
¡Soldados
del progreso, de la libertad y del bienestar de nuestro pueblo; hermanos todos
que luchaís juntos por la defensa de este Madrid. No hay palabras capaces de
ser empleadas para daros aliento, para haceros ver cuál es el cometido que
estáis llevando a cabo, porque serán pobres al lado de vuestro valor.
Únicamente en esta hora histórica y decisiva sólo cabe decir a todo
Madrid, a los viejos militantes de los Sindicatos, a los afiliados a los
Partidos, socialistas, comunistas, anarquistas y republicanos, a los hombres
sin partido de Madrid, que sentís vuestra dignidad de ser humano, todos,
absolutamente todos, seguid cumpliendo con vuestro deber coro hasta aquí, para
que el mundo entero tome ejemplo de vosotros.
¡Vivan
los obreros y defensores de Madrid!
¡Viva
el Gobierno de la República democrática!
Milicia Popular
Madrid, 7 de noviembre de 1936
El viernes pasado bajé a Madrid, con la intención de hacer una serie de fotografías en todos esos lugares... Partiendo de la Casa de las Flores, el Clínico. Por la Ciudad Universitaria y el Parque del Oeste, bajar hasta el Río y luego subir por la Montaña del Príncipe Pío y Ferraz volver a la Plaza de la Moncloa. Esa era mi intención, y hasta en la bolsa de las cámaras eché dos libros: Valor y Miedo de mi admirado Barea, y la Defensa de Madrid de Chaves Nogales. No tuve valor en todo el paseo de sacar ni los libros ni las cámaras. Bajando del Clínico a la facultad de Medicina, sentí como si una fuerza sobrehumana arrancara , como una pegatina, el paisaje actual, quedando como restos de papel pegado la ciudad tal y como estaba entonces... No he podido contar ese sentimiento, esa sensación vivida 80 años después.
ResponderEliminarGracias por compartirlo con nosotrxs José Miguel. Si quieres escribirlo, te brindamos este espacio. Nuestro correo: buscameenelciclodelavida@gmail.com
EliminarUn millón de gracias Maria, de todo corazón, debo de hacerlo en mis blogs, se lo debo a los míos, la próxima vez que baje acabaré la serie y colgaré algo..
Eliminar¡ROSAS!
Pues si, el pueblo sencillo y heroico de Madrid resistió casi tres años tratando de evitar que "no pasaran" pero pasaron con la inestimable ayuda del PSOE que entregó Madrid a Franco dejándole las cárceles abarratadas de republicanos la mayoría comunistas que luego fueron masacrasos en los muros del cementerio. PSOE un Partido nunca de fiar y que hace unos dias traicionó por enésima vez a las clases populares regalando el gobierno al PP hijos del franquismo. La Wikipedia nos dice: Segismundo Casado López (Nava de la Asunción, Segovia, 1893 - Madrid, 1968) fue un militar español que tuvo especial protagonismo durante la etapa final de la Guerra Civil Española ya que encabezó en la zona republicana el golpe de estado iniciado el 5 de marzo de 1939 que derribó al gobierno del socialista Juan Negrín constituyendo a continuación junto a socialistas moderados como Julián Besteiro, republicanos de izquierda y los sectores libertarios el Consejo Nacional de Defensa que puso fin a la resistencia del bando republicano al rendirse a Francisco Franco cuyas tropas pudieron ocupar la región Centro-Sur, el último territorio que quedaba bajo la autoridad de la Segunda República, sin combatir, poniendo fin así el 1 de abril de 1939 a la Guerra Civil Española.
ResponderEliminarAsí es querido Cholo. Decía Juan Guilloto (el general Modesto) que : "El traidor no es menester ..." (...) "Se había sublevado contra Negrín "para obtener una paz honrosa". Pero la realidad era diferente. Acordó con Buiza la deserción de la Flota; ordenó a la aviación que se entregara el día 26 a Franco; provocó luchas internas que provocaron en Madrid más de 5.000 muertos; puso en libertad a los fascistas y encarceló a los comunistas y a todos aquellos que no aceptaban la capitulación, tildándolos de comunistas, porque nuestro Partido fue el único que se alzó y luchó contra aquélla.
EliminarLa medida cabal de su traición la daría el propio Segismundo Casado, coronel felón, al confesar por la radio el día 26 de marzo: "Puedo asegurar que en toda la zona leal nada ha acontecido que no estuviera en los planes concebidos por nosotros al tomar el poder constitucional de la España republicana el 5 de marzo".
Su infamia era consciente.