Participó en las batallas del Jarama y Brunete y trabajó como topógrafo en la base de Albacete hasta que se unió al batallón Mackenzie-Papineau en marzo de 1938.
Fue hecho prisionero por las tropas italianas y encarcelado el 7 de Abril en el campo de concentración de San Pedro de Cardeña, Regresó a su país en 1939 y 75 años después, con 94 años, solicitó la nacionalidad española.
Falleció a los 97 años, el 4 de septiembre de 2013.
Su padre Aku Paivio, le dedicó el
poema que transcribimos a continuación.
A mi hijo en España
De improviso llegaste de tu
trabajo a nuestra cabaña de bosque
Mediada la semana.
Me he tomado un pequeño día de
fiesta, dices.
Solo una visita breve, me queda
algo de tiempo.
Me aguarda un viaje costoso.
Eso me pareció extraño,
¿Pero debiera preguntar?
Los jóvenes son jóvenes y tan
impredecibles.
Qué charla tan alegre con los
hermanos,
Tú consigues que el más joven
le dé ánimo
Entre risas a Madre,
Pero pronto el demasiado corto
día de invierno pasa.
Tú te das cuenta y te desgarras
de nosotros
Abruptamente: un adiós a todos
y te marchas.
Te despedimos en la puerta y
volvemos adentro,
Pero no te has ido todavía,
Momentos más tarde me llamas
afuera
Y me das tu mano con un firme
apretón
Y calladamente—inaudible a
través de las paredes de la cabaña de bosque
Para que Madre no oiga—
Pudiera no sobrellevarlo—susurras:
¡Adiós, Papá! ¡Me voy a España!
Tan repentino—tan inesperado—
Impacta como granizo caído del
cielo.
Había estado encamado y aún
ahora
Tenía dificultad para
mantenerme de pie.
Me siento tan viejo y
desvalido,
Necesitando apoyo.
La vida es fatigosa, asaz
triste y penosa,
Me debato, dudo, me resulta
difícil hallar palabras.
No me esperaba esto justo
ahora—
Salió de mis labios esta
debilidad
Que tanto me avergüenza para
mis adentros—
¿Has meditado este asunto
serio?
Mira que no se retorna de
semejantes guerras.
Lo he meditado, Papá, ¡y está
decidido!
Un fuerte, firme apretón de
manos empero.
Desapareces en la oscuridad
invernal,
Entro vacilante a la cabaña de
bosque.
Qué emociones contradictorias
bullen en mí,
Deprimiéndome por momentos, mas
qué euforia también.
Orgullo de un hijo que no tiene
miedo,
Que quiere luchar por el bien.
Ese sentimiento fortalece, me
inspira.
La pérdida de un hijo, una vida
tan joven,
Quizás para siempre.
Eso me hunde en las tinieblas.
Pasa el tiempo, y la espera...
Llegan algunas noticias.
Remontas obstáculos, pero
Has llegado a tu
destino—España.
Más noticias.
La muerte acecha pero has
sobrevivido.
Te oigo
Con valientes camaradas
Haciendo lo que se debe hacer
con honor.
Bien hecho, hijo,
Y vosotros otros—¡Nuestros
Mozos!—
Vosotros que estáis resolviendo
cuestiones tan grandes
Con vuestro último turno de
palabra,
Vuestra vida en juego, tan
amenazada:
¡Salud!
Una salva de honor—¡tres veces!
Destruid al fascismo,
Ese envilecedor del pueblo
Que tortura a seres queridos,
masacra otros,
Que incita a la guerra y
tamaños terrores siembra.
Ese beligerante que amenaza
imponente, avasalla,
Que armado de pies a cabeza
Sacrifica hasta a los bebés de
pecho.
Ebrio de sueños de dominio
mundial
Ataca, destruye; enloquecido
con sangre,
Sangre demanda:
En sangre él mismo morirá
ahogado.
Demoledlo
Para que el pueblo español, y
otros también,
Un pueblo fiero, fuerte como el
acero y valiente—
Un pueblo esclavizado y
explotado
Cuan largo tiempo, que sobre
sus hombros
Llevó la carga de sus amos—
Pueda ahora al fin respirar en
libertad,
En libertad caminar la tierra
soleada de su país,
En libertad cuidar sus viñas,
En libertad contruir sus casas,
En libertad, con toda la fuerza
de energía explosiva,
Construir una nueva, una feliz
España.
¡Salud!
Una salva de honor—¡tres veces!
*
To My Son in Spain
Unexpected, you arrived from
your job to our cabin home
In the middle of the week.
I have taken a bit a of a
holiday, you say.
Just a short visit, I have a
little time.
A costly ride is waiting.
That sounded strange,
But should I ask?
The young are young, and so
unpredictable.
Such happy chatter with the
brothers,
The youngest you get to laugh
Encouragement to Mother,
But soon the too short wintry
day passes.
You are aware and tear yourself
away
Abruptly: a goodbye to all and
leave.
We leave you at the door and
return inside,
But not yet you go,
Moments later you call me
outside
And offer your hand, firmly
clasping mine
And so quietly—that through the
cabin walls not heard
So that Mother should not hear—
She may not be able to stand
it—murmur:
Goodbye, Dad! I am on my way to
Spain!
So sudden—so unexpected—
It hits like hail from the sky.
I had been bedridden and even
now
Could hardly stand.
I feel so old and helpless,
Needing support.
Life is heavy, so sad and
sorrowful,
I struggle, hesitate, have
difficulty finding words.
I hardly expected this just
now—
Passed my lips this weakness
That shames me secretly so—
Have you considered this
serious matter?
Look, from such wars you do not
return.
I have considered, Dad, and
decided so!
A hard, firm handshake yet.
You disappear into the wintry
darkness,
I slowly into the cabin
stagger.
Such contradictory emotions
seethe through me,
Now depressing me, then again
such elation.
Pride in a son who does not
fear,
Who wants to fight for right.
That feeling strengthens,
inspires me.
A son’s loss, a life so young,
Perhaps forever.
That presses down on me in
gloom.
Time passes, and the waiting...
Some news arrives.
You surmount obstacles, but
Have arrived at your
destination—Spain.
More news.
Death stalks but you have
survived.
I hear you
With brave comrades
Doing what must be done with
honour.
Well done, son,
And you others—Our Boys!—
You who are resolving such
great matters
With your final turn to speak,
Your life at stake, so
threatened:
Salud!
An honour volley—three times!
Destroy fascism,
That degrader of the people,
That loved ones tortures,
butchers others,
That inflames to war and such
terrors sows.
That belligerent who awesome
threatens, bullies,
That, from head to foot armed,
Even suckling infants to itself
sacrifices.
Drunk with dreams of world
domination
It attacks, destroys; wild with
blood,
Blood it demands:
In blood it shall itself drown.
Strike it down
That Spanish people, and others
too,
A people fiery, strong as steel
and brave—
A people enslaved and exploited
So long, who on their shoulders
Carried the load of their
masters—
Can now at last breathe in
freedom,
In freedom walk the sunny soil
of their land,
In freedom tend their
vineyards,
In freedom build their homes,
In freedom, with all the
strength of bursting energy,
Build a new, a happy Spain.
Salud!
An honour volley—three
times!
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