No dejasteis
vuestros nombres.
Fuisteis padres,
hermanos, maridos,
hijos, amantes,
novios…,
con vuestros
esqueletos.
Sin dejar nombres,
sin medallas sobre la muerte,
sin arroparos con banderas,
caísteis unos tras otros en montones.
Caíais, sementabais el suelo
sin dejar de vosotros
ni siquiera los nombres.
Ya están todos en uno, en un solo nombre
se os junta millares.
Cuando os llamen trompetas del Juicio
acudiréis en robusta Unidad.
Aquí cuando os pensamos decimos tan sólo:
Libertad.
sin arroparos con banderas,
caísteis unos tras otros en montones.
Caíais, sementabais el suelo
sin dejar de vosotros
ni siquiera los nombres.
Ya están todos en uno, en un solo nombre
se os junta millares.
Cuando os llamen trompetas del Juicio
acudiréis en robusta Unidad.
Aquí cuando os pensamos decimos tan sólo:
Libertad.
Carmen Conde
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