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2570. El viaje de la memoria


Desde  las sierras del sur de Granada hasta la ciudad de Brest, en la Bretaña francesa, atravesando tres épocas diferentes: la de la Guerra civil española y la de la posguerra, los años 1974/75 y principio de los años noventa, la novela “El viaje de la memoria” explora el pasado para desmadejar las versiones, por lo general incompletas y manipuladas, de la verdad oficial, buscando la verdad histórica que arranque del olvido a los vencidos  y rescate su voz.

Se trata concretamente de la historia de la guerrilla antifranquista en las sierras del sur de Granada, una de las mayores agrupaciones de maquis conocida como la Agrupación Roberto, el VI Batallón de la Axarquía de Málaga entre Cómpeta y la sierra sur de Granada. La última partida de guerrilleros debe iniciar la huida tras la detención de su jefe Roberto (José Muñoz Lozano), quien para salvar su vida delata a sus compañeros de lucha. Empieza así un viaje increíble de una partida de esa agrupación de guerrilleros (prácticamente los últimos que quedan en el país) que, acosada por la Guardia civil, tiene que huir a Francia en junio de 1952 atravesando todo el país.

La historia es narrada por el hijo de uno de esos maquis que, gracias a los recuerdos y testimonios de unos y de otros, trata de recomponer las piezas de un dramático rompecabezas histórico que pide a gritos ser resuelto para que la verdad, oficialmente silenciada y oculta, salte a la luz y se haga justicia. Al mismo tiempo, pretende rendir homenaje a esa gente olvidada que luchó por unos ideales tan humanos como son la democracia y la justicia.

La investigación del narrador, que indaga en el pasado gracias a la memoria y al testimonio de los supervivientes de esa época, es fundamental para la reconstrucción de la memoria colectiva. Gracias a la voz narrativa múltiple, casi coral -la de de los protagonistas y testigos de la historia-, el narrador consigue escarbar y ahondar los hechos en una especie de investigación que se impone a él a medida que va encontrando exiliados españoles en la ciudad francesa donde ha sido acogido por unos familiares en el exilio desde prácticamente el inicio de la Guerra civil.

Precisamente, la guerra misma fue importada a Brest no sólo por las decenas de miles de refugiados españoles que llegaron a esa ciudad y a toda la región, sino también cuando un comando del SIFNE (Servicios de Información del Norte de España) enviado por el régimen, llega a esta ciudad para  robar un submarino republicano, el C-2, que se hallaba averiado en el entonces primer puerto militar de Francia. Esos refugiados, que se convertirán poco después en exiliados, aparecen en la novela como telón de fondo y, gracias a sus testimonios, recogidos por el narrador, harán avanzar la historia, tanto más cuanto que el pasado de algunos de ellos se podría calificar de heroico.

Más allá del drama humano que supuso la Guerra civil, la novela intenta resolver también otra incógnita. ¿Qué fue de los supervivientes y de sus familias? La importancia de la memoria para ellos es vital,  y por eso quieren recuperar la historia de los vencidos de la Guerra civil, sacarla a la luz y hacer justicia. La novela resalta así la urgente necesidad de las víctimas, y de sus herederos, por alcanzar la verdad, pues como dice uno de los personajes hacia el final de la obra:

“Lo peor para una víctima política no es sólo el daño físico y psicológico ocasionado, lo es también la ocultación del delito y, ante todo, el olvido histórico. En las manos de todos está el que toda la verdad salga a relucir. El día que eso ocurra, se habrá hecho justicia y mucha gente no habrá muerto ni padecido en vano”.

Sin embargo, no se trata de una novela histórica sino que pretende mostrar, a través de una ficción apuntalada por hechos reales, la importancia de la memoria histórica para la identidad de un país.


Miguel Carrasco Leyva
Autor de El viaje de la memoria






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