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2825. Despachos de la guerra civil española XXVI




Barcelona, aprox. 1 de mayo

Había guerra en España el último Primero de Mayo, había guerra en España este Primero de Mayo y habrá guerra en España el próximo Primero de Mayo. Tal es la impresión que se tiene en el frente. Porque el frente y la retaguardia son en España dos civilizaciones diferentes. El frente es joven, valiente, resuelto y dos años de lucha lo han convertido en un ejército eficaz. El frente es todas estas cosas en este momento, ahora, tras la derrota de Teruel, tras la derrota de Aragón y tras la infiltración de los fascistas hasta el mar. Su moral es sólida e intacta. Las tropas de Modesto, del Campesino, de Líster y Duran y de otros jóvenes comandantes que están surgiendo de prisa, tienen en este momento la misma moral fuerte que cualquier otra tropa que haya visto en mi vida, y durante las tres últimas semanas han luchado en los mejores combates que se han librado en la historia. Detuvieron a los moros frente a Lérida, defendieron la línea del Ebro y vencieron a los italianos durante diez días sobre Tortosa. No fue culpa suya que tuvieran que cruzar el Ebro.

Los italianos no habrían podido nunca vencer a las divisiones de Líster y los periódicos de Roma han expresado abiertamente esta convicción. Yo vi aquel combate.

Sin embargo, las dos civilizaciones del frente y la retaguardia se están fusionando en España. Los cánceres que siempre han roído la vida de España, políticos sin fe, generales sin capacidad, están desapareciendo. A medida que el frente se acerca a la retaguardia, se siente más su efecto purificador. Al final se mezclarán las dos. Y en la purificación de esta fusión está la esperanza de victoria final para España. Pero mientras tanto, necesita aviones y cañones. Quien crea que la guerra se ha terminado en España es un estúpido o un cobarde. Un pueblo grande y luchador, mandado por primera vez por generales que son del pueblo, que no son estúpidos ni traidores, no puede ser vencido con tanta facilidad. Pero necesita aviones y cañones, y los necesita inmediatamente.


Ernest Hemingway
Despachos de la guerra civil española (1937-1938)






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