Un barco de guerra de la Alemania nazi en el puerto de Alicante en 1936 (septiembre-octubre) - Colección de José Antonio Carrasco Pacheco |
En
Alemania el fascismo siguió la misma táctica, aunque los problemas por ser
distintos fueron enfocados también con distintos objetivos.
Alemania
duramente castigada por los aliados, al terminar la guerra, sufrió una quiebra
económica, que trajo para el país la ruina y el paro obrero.
Las
deudas de la guerra impuestas por el Tratado de Versalles fueron una enorme
carga que pesó sobre Alemania como una losa de plomo... cuya responsabilidad
alcanza por entero a las democracias europeas, que antes que la liberación
de un pueblo ponen siempre sus intereses capitalistas.
Los
Gobiernos de la postguerra en Alemania no pudieron salvar su ruina, porque pesaba sobre ellos las deudas de la Gran Guerra, y como no podía atender el
hombre, de aquellas masas, perdiendo además el tiempo y las energías en
discutir y en odiarse aquellos partidos obreros, surgió el Hitler con su
bandera de lucha contra las deudas y la liberación de Alemania.
Ese
fué el lazo en el que cayeron aquellas multitudes y así llegaba al poder el
nuevo asesino y verdugo de las conquistas obreras y las libertades públicas.
Para
apreciar de qué medios tuvo que valerse Hitler para encubrir sus designios
no hay más que observar su apellido de nacionalsocialista.
Es
decir, que temeroso de que las masas no le siguieran por la fuerza que allí
tuvo la bandera socialista, él se cogió ese apellido de nacionalsocialista,
haciendo creer a las masas que la justicia social y las conquistas obreras iban
a tener en él sus mejores defensores.
Así
conquistó el poder el nuevo Mussolini alemán, robando a las masas obreras una
bandera que no era de él, pero que le sirvió admirablemente para tomar el
poder y destruir desde él todo lo que en Alemania representaba una fuerza de
libertad y progreso.
La
democracia europea tuvo en ello su mayor culpa, al echar sobre las espaldas de
un pueblo unas deudas de guerra, que representaban la ruina y la quiebra del
trabajo en Alemania, y la tuvieron también en buena parte los directores de
aquellas masas, que en vez de unirse en el esfuerzo común se entretuvieron con
sus luchas y sus discordias, dando paso al enemigo, al gran enemigo, al gran
tirano del pueblo.
Un Marinero
La Armada, órgano oficial de los marinos de la
República
Cartagena, 27 de marzo de 1937
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