Por Sergi Bernal para Búscame en el ciclo de la vida
En
una escuela rural republicana de principios de los años 30, en la localidad
burgalesa de Bañuelos de Bureba, un maestro innovador, Antoni Benaiges Noguès,
lanza un experimento, inédito en aquellas tierras, de imprenta escolar. Los cuadernos publicados por los alumnos de
aquella perdida aldea viajarán hasta Francia, Argentina, México, Cuba...
incluso llegarán al presidente de la República , Alcalá Zamora. El maestro es uno de
los muchos seguidores del también maestro Célestin Freinet, que en su pequeña
escuela francesa ha puesto en marcha unas renovadoras técnicas de trabajo, entre las que destaca la imprenta, las cuales encajan perfectamente con las
preocupaciones pedagógicas y sociales de los educadores progresistas españoles
y su influencia se extiende con una gran fuerza por todo el país.
Gracias
a la imprenta los niños y niñas de gran cantidad de escuelas, muchas de ellas
en pueblos pequeños, imprimen sus propios libros, periódicos y revistas. Son
libros de vida que recogen relatos de lo que sucede en el pueblo, canciones,
leyendas e historias de los mayores y también cosas suyas, de su mundo: sus
sueños, sus juegos, sus anhelos, sus miedos… y los dan a conocer al resto de
habitantes del pueblo y, mediante la correspondencia, los intercambian con los
niños y niñas de otras escuelas.
Los
niños que no pudieron ver el mar
En
enero de 1936 los niños y niñas de la escuela mixta de Bañuelos publicaron el
cuaderno titulado: “El mar, visión de unos niños que no lo han visto nunca”.
“El mar será muy ancho y largo. Será
muy profundo”.
Así es como se imaginaba el mar un niño que nunca lo había visto, y así es como
quedó recogido en el cuaderno escolar que contribuyó a escribir junto con los
compañeros de su clase. En dicho
cuaderno, el maestro animó a sus alumnos a imaginar y describir qué era para
ellos el mar, que nunca habían visto, y les prometió que muy pronto harían una
excursión para poder verlo por primera vez. El propio maestro escribió las
siguientes palabras, comentando la ilusión de sus alumnos por ver el mar:
“Y la
fantasía de unos niños que suben y bajan la loma, solo la loma, la ingrata
loma, disparóse hacia la lejanía para hundirse en la vastitud líquida,
misteriosa, sublime… También ellos, los niños, saben del mar sin haberlo visto
nunca.”
Antonio
Benaiges era natural de Mont-roig del Camp, provincia de Tarragona y, según
diversos testimonios de sus propios alumnos, prometió que les llevaría a
Barcelona a ver el mar, durante el verano de 1936. Pero el sueño quedó truncado
el 19 de julio del 1936.
En
Burgos, el alzamiento fascista triunfó desde el primer momento, ya que los
sublevados se hicieron con el poder muy fácilmente, sin encontrar oposición. Esta circunstancia desencadenó una terrible
represión, con muchos asesinatos, desaparecidos y encarcelados por motivos
políticos.
El
mismo día 19, un grupo de falangistas entraron en Bañuelos en busca de las
cosas del maestro Benaiges, reventaron la puerta de la escuela, ante la
estupefacción de los niños y quemaron todo aquello que les pareció subversivo:
la imprenta, los cuadernos escolares, libros de pedagogía, escritos y dibujos
de los chiquillos. A él lo habían detenido horas antes en la Casa del Pueblo de Briviesca
y unos días más tarde, el 25 de julio, lo fusilaron después de ser salvajemente
torturado y humillado públicamente. La prueba irrefutable de su asesinato se
halla en el Archivo Comarcal del Garraf, y más concretamente en el ”Butlletí
del Comitè de Defensa Local de Vilanova i La Geltrú ” de 10 de noviembre de 1936, donde se
publica una carta enviada desde el Frente del Norte por Demetrio Sáez Tristán,
un vecino del pueblo de Bañuelos denunciando: “El profesor Antonio Benaiges, que fue vuestro profesor en años
anteriores ha sido asesinado por el terrorismo fascista, […] fue asesinado el
25 de julio, yo me he escapado de las filas fascistas y me hallo en Bilbao.
Está enterrado en los montes de Villafranca de Montes de Oca”.
La
trágica muerte del maestro Benaiges causó una gran consternación entre sus
compañeros de profesión, dando lugar a un artículo, publicado por Patricio
Redondo, uno de los primeros maestros en aplicar las técnicas Freinet en España
(que escribe con el seudónimo de Paco Itir). He aquí un fragmento del mismo:
“Sencillamente un Maestro, el
Maestro. […]El Maestro de Bañuelos de Bureba. El primer
Maestro de Bañuelos. Y Bañuelos fue la primera Escuela de Benaiges. Y por él, alcanzó la categoría de
Escuela. Y fue por eso, precisamente,
por eso, por lo que lo asesinaron los fascistas. Los fascistas no han tenido nunca, ni han
querido jamás Maestros; han gustado siempre de lacayos. […] No por que fuera socialista, o porque fuera
comunista, o porque fuera anarquista, o simplemente sindicalista, no; por eso
no lo han asesinado. Lo han asesinado
porque era Maestro. […] Aunque te
asesinaron, Benaiges no has muerto. Porque no puedes morir. Ni queremos
nosotros que mueras. ¡Salud! Paco Itir”.
Una
vez alcanzada la victoria, el régimen franquista consiguió que el maestro
Benaiges y tantos otros fusilados quedasen relegados a un profundo olvido. Afortunadamente, en otros lugares lejanos, el maestro ha ocupado el lugar que
merecía: en la escuela de San Andrés de Tuxla del estado de Veracruz en México,
desde los años 40 hasta hoy día los cuadernos de la Escuela Experimental
Freinet continúan llevando el nombre de Antonio Benaiges en la contraportada,
como un continuo homenaje a uno de los grandes pilares de la técnica Freinet en
España. Todo ello gracias a la influencia de Patricio Redondo, que fue el
fundador de dicha escuela después de escapar del país y llegar exiliado a
México.
Después
de 74 años… nuevas noticias del maestro
En
agosto de 2010, se abría una fosa común de represaliados del año 1936 en Burgos.
Durante unas semanas del mes de agosto los científicos de la “Sociedad de
Ciencias Aranzadi”, con Francisco Etxeberria y Lourdes Herrasti al frente,
exhumaron aquella fosa encontrando 104 restos.
Yo
estuve trabajando como reportero gráfico durante la exhumación de los cuerpos
y, al cabo de unos días de haber concluido mi cometido, una llamada telefónica
me informaba de que alguien había pasado por la fosa diciendo que el maestro de
su pueblo que había sido asesinado en julio del 36 podía ser uno de los encontrados
allí. El nombre del maestro era Antonio Benaiges, uno de los más fervientes seguidores de la Técnica Freinet y el
pueblo era Bañuelos de Bureba. También supe que era natural de Mont-roig del
Camp. La llamada me animó a saber algo más de aquel paisano asesinado y lo que
he descubierto hasta hoy me ha empujado a seguir investigando y a trabajar para
rescatar su memoria.
Desde
entonces hasta hoy no he dejado de sorprenderme, de emocionarme y de sentirme
vinculado al maestro y a la labor de todos los que como él, creyeron en una
escuela al servicio de los intereses del niño.
Fruto
de mi trabajo como fotógrafo y gracias a la colaboración de otras personas,
hemos organizado una exposición, “Desenterrando
el silencio: Antonio Benaiges, un maestro de la técnica Freinet en una fosa
común de Burgos”, que ha recorrido hasta trenta y cinco salas, entre ellas,
Burgos, Briviesca, Barcelona, Mont-roig del Camp, Sant Cugat, León (con motivo
de la Reunión
Internacional de Educadores Freinet, RIDEF)…
Otra
plataforma de difusión es un libro, publicado por Blume, que consta de excelentes
ilustraciones que acompañarán a la biografía del maestro Benaiges. Este se llama: Desenterrando el silencio, Antoni Benaiges elmaestro que prometió el mar. En el cual
participan el periodista Francesc Escribano, la historiadora Queralt Solé y el
antropólogo Francisco Ferrandiz.
Un
documental cinematográfico que lleva por título “El retratista”, grabado
durante dos años, producido con fondos aportados por más de 190 personas, ha
sido rodado en diferentes lugares para explicar la vida dedicada a la educación
de este maestro y la de sus alumnos, fue otra aportación para contribuir a la
recuperación de un maestro y de unas técnicas de trabajo escolar que buscaban
(y siguen buscando) educar ciudadanos libres y responsables. El director es el italiano Alberto Bougleux.
Pero
sin duda una de las cosas más grandes ha sido la creación de la Asociación Escuela Benaiges – Bañuelos de Bureba, donde vecinos del pueblo y conocedores de la
historia nos hemos unido para restaurar y crear un espacio vivo de memoria en
la abandonada escuela de Bañuelos, ahora llamada Escuela Benaiges, con el
objetivo de mostrar la educación de la imprenta en la escuela y los
represaliados maestros republicanos, uniendo así educación renovadora y memoria
y que este espacio sea visitado por los jóvenes de la comarca fundamentalmente,
vía escuelas y institutos y como no, contaremos con un espacio escuela abierto
a todo aquel que tenga afán de conocer.
Pero
cual es la grandeza de esta historia que mezcla la tragedia y un sueño hermoso? Pienso que tiene tres pilares: la forma en
que se encuentra a Antoni, a pie de fosa, como de un campo de muerte que es una
fosa su presencia nos lleva a un campo de vida, el de la escuela y los niños,
la bonita historia del mar, de cómo poco a poco se han ido acercando familiares
de exalumnos, explicándonos la marca que dejó en aquellos niños aquel maestro
innovador y sobretodo lo que no deparaba México, como desde 1940 una pequeña
escuela de un pueblo del estado de Veracruz homenajea semanalmente al maestro asesinado nombrándolo en sus cuadernos de trabajo como uno de los puntales de
la técnica Freinet y el primer asesinado de esta técnica.
Hola María, me parece admirable lo que haces, gracias a tu información, conozco la historia de nuestro pueblo, que a pesar de los muchos años que tengo, nadie en su día nos la enseñó....Gracias y un montón de besos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Pepa. Entre todos podemos contribuir a quitar el éxido al olvido. Un gran abrazo.
Eliminar