El cardenal Isidro Gomá tomando juramento a alféreces provisionales. |
“He preguntado al general Franco si la guerra duraría
mucho, todavía. Franco me contestó: "No". Efectivamente precisa que
la guerra termine. Pero no que termine con un compromiso, con un arreglo ni una
reconciliación. Hay que llevar las hostilidades hasta el extremo y obtener la
victoria por la punta de la espada. Que se rindan los "rojos" ya que
han sido vencidos. No es posible otra pacificación que la de las armas. Para
organizar la paz dentro de una constitución cristiana es indispensable extirpar
toda la podredumbre de la legislación laica. Tengo la satisfacción de añadir
que, hasta el momento presente, estoy perfectamente de acuerdo con el Gobierno
nacionalista, que no da un paso sin consultarme y obedecerme".
"El representante del Ministro de Gracia y
Justicia, aquí presente, es testigo de lo que os digo. "La reconciliación
de los espíritus no tendrá lugar hasta después de terminada la lucha. Será un
problema difícil, ya que la guerra ha causado inevitablemente divisiones
profundas entre hermanos, en el seno mismo de las familias. Nos hallamos en una
situación de confusión tal, que no sabemos cómo salirnos de ella. En el
extranjero no hemos sido comprendidos".
"Se ha dicho que las bocas de todos los que han
sido muertos por Franco se abrirán para morder al vencedor. No: son las bocas
de los sacerdotes asesinados las que se abrirán para morder a sus
asesinos".
Cardenal Isidro Gomá
Congreso Eucarístico de Budapest, 28 de mayo de 1938
Era de esperar la reacción de la Iglesia católica. En el conflicto murió un tercio del clero (curas y monjas).
ResponderEliminarEra de esperar la reacción de la Iglesia católica: un tercio del clero (curas y monjas) murió durante el conflicto.
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