Cerca
de 1.500 presos salieron de cárceles madrileñas entre el 6 y el 7 de noviembre
de 1936. Un total de 196 reclusos llegaron a las prisiones donde tenían que ser
trasladados. La documentación del alemán Schlayer, vinculado al bando nacional,
no menciona a Carrillo.
PATRICIA CAMPELO - 09/10/2012 - Publico.es
“Desde el sábado 7 por la
mañana hasta el domingo a mediodía han sido sacados de las prisiones de Madrid unos
1.500 presos escogidos, militares y personas de apellidos
conocidos y distinguidos”. Todo lo que vio e investigó el diplomático Félix
Schlayer lo dejó
plasmado en su libro de memorias, una publicación en la que trató de huir de
cualquier atisbo de propaganda, tal vez para minorar la orientación cercana al
nazismo que tenía y que provocó su expulsión del Madrid republicano. El informe
original sobre Paracuellos que Schlayer firmó para Cruz Roja Internacional se
encuentra en el archivo histórico de la organización en Ginebra y es una
pieza más de la documentación que reunió sobre la represión en Madrid.
El documento, fechado el 17
de noviembre de 1936, es una minuciosa descripción de las horas
previas y posteriores a la matanza en Paracuellos del Jarama el fin de semana del 6 y 7 de noviembre
del mismo año. La primera parte del escrito detalla el número de presos que
había en cada una de las tres prisiones madrileñas: Ventas,
San Antón y la cárcel Modelo, así como los destinos a donde
deberían haber llegado los reclusos tras su traslado. Se temía por la caída de
Madrid a manos de las tropas franquistas que avanzaban hacia la capital, por lo
que las autoridades republicanas decidieron evacuar a los internos. La
distribución por cárceles era de 970 hombres en la Modelo, 360 en la de San
Antón –según los listados a los que accedió- y 150 en Ventas. La última cifra,
según Schlayer, sin confirmar por la propia penitenciaria. Del total de 1.295
presos, llegaron a salvo a la Casa del Trabajo de Alcalá de
Henares 196: once, de la cárcel Modelo; 120, de San Antón y 65, de Ventas.
La diferencia entre salir por
la mañana de prisión y hacerlo por la tarde marcó el destino de 240 internos.
Según un listado nominal que Schlayer halló en Alcalá, los más de dos
centenares de confinados que salieron de San Antón la mañana del sábado 7 de
noviembre no llegaron nunca a su destino.
Sí lo hicieron, sin embargo, los 120 hombres que abandonaron el mismo penal en
dos autobuses por la tarde. A la misma ciudad llegaron también los procedentes
de la cárcel Modelo: once en total, de los 970 que de allí salieron con destino
Valencia. A la capital del Turia no llegó ninguno.
“Los presos de la cárcel de
Ventas estaban destinados en parte a Alcalá, en parte al penal de Chinchilla”.
“A Alcalá han llegado 65; a Chinchilla ninguno, según afirmó ayer el director
del penal por teléfono a la Cruz Roja”, indica Schlayer en su informe. De
la cárcel de General Porlier no hay reseña alguna, según el
diplomático quien, asimismo, añade que los confinados en esa prisión tenían
como destino Chinchilla “pero allí no había llegado ninguno”.
Zanjas
en ‘los cuatro pinos’
“Los presos ‘trasladados’
fueron llevados a un sitio llamado ‘los cuatro pinos’, al lado derecho de la
carretera de Barajas a Cobeña, en el término de Paracuellos del Jarama donde, al lado izquierdo de la carretera,
entre ésta y el río Jarama, he visto yo mismo anteayer caballones
de tierra recién levantada que llegan desde la carretera hasta el río en varias hileras que cubren los
cadáveres de, lo menos, 700 presos asesinados allí mismo donde, al parecer,
había ya zanjas abiertas a propósito”.
Schlayer aseguró haber visto
también otros montones frescos de tierra en una pendiente al
lado del cementerio de Barajas, donde supuso que había un grupo
menor de fusilados.
Los presos que salieron de
las prisiones madrileñas el domingo 8 de noviembre “fueron llevados a Soto de
Aldovea” y, según “referencias fidedignas” que Schlayer no concreta fueron
fusilados unos 500 internos.
El que fuera cónsul de la
legación noruega en Madrid aseveró en su informe haber visto la orden
de entrega y traslado de los presos firmada por el subdirector de Seguridad:
Girauta. “Sin embargo, la orden la dio el director general Manuel Muñoz en la
noche del 6 al 7, antes de su huida a Valencia”, manifiesta Schlayer, que en
ningún momento menciona a Santiago Carrillo en su informe sobre Paracuellos.
La salida de los presos pudo
verse aplazada bajo responsabilidad del director general de la cárcel Modelo y
del subdirector de seguridad con el objetivo de atenuar las
consecuencias de la catástrofe. Pero, según el informe, “los
elementos encargados de realizar el transporte se negaron basándose en la orden
del director Muñoz”. Los "elementos” a los que se refiere eran policías
del Gobierno afectos a la brigada de investigación García Atadell, según aclara
él mismo.
Entre los testimonios de
Félix Schlayer se encuentran milicianos voluntarios que custodiaban la Modelo y
que fueron reclutados para ir "a tirar" porque "había poco tiempo para matar a
tantos", según testimonio incluido en el informe. Los
voluntarios contaron su experiencia a dos presos que estaban de
"escribientes" en una de las galerías de la cárcel Modelo y que
Schlayer protegió en su delegación a posteriori.
El alemán que protegió a los
franquistas
Schlayer, de nacionalidad
alemana, era el encargado de negocios de la embajada noruega. En ausencia del
embajador, ocupó el puesto de cónsul y utilizó la sede de la legación para
alojar a varias decenas de franquistas con el objetivo de salvarles la vida.
Y es que hasta que el gobierno republicano retomó el control de la situación y
organizó la resistencia, los asesinatos en la zona republicana se cometían con
asiduidad.
no era aleman era noruego, fueron 2500 y si fue mencionado, los fusilamientos cesan cuando melchor rodriguez toma el mando de seguridad de madrid, cuando lo toma de nuevo carrillo siguen las sacas, hipocritas de mierda
ResponderEliminarPuede enviar su comentario a Patricia Campelo, periodista del diaria Público, donde se publicó inicialmente este artículo, tal y como se indica en la cabecera. Le sugerimos cuide su vocabulario. El "hipócritas de mierda" no es necesario.
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