Pablo de la Torriente Brau (San Juan de Puerto Rico, 12 de diciembre de 1901 - Majadahonda, Madrid, 19 de diciembre de 1936) |
"Porque mis ojos se han hecho
para
ver las cosas extraordinarias.
Y
mi maquinita para contarlas.
Y
eso es todo." (Pablo)
María Torres - Diciembre 2012
Pablo de la Torriente Brau, hijo de
español, escritor y periodista cubano, no dudó un segundo que su destino
estaba en España cuando el 18 de julio de 1936 estalló guerra civil. Decía que
en la revolución española era donde palpitaban las angustias del mundo entero
de los oprimidos y de esto sabía mucho. Por las venas de Pablo corría como un
rio incontrolable la Revolución. No en vano había luchado anteriormente contra
las dictaduras cubanas.
Salió de Nueva York el 1 de septiembre de 1936 y el 24
ya se había alistado en el Quinto Regimiento con "El
Campesino". Compaginó el frente y las balas con la redacción de cartas y
crónicas como corresponsal de las revistas New Masses (Nueva York) y El
Machete (México). En noviembre de 1936 es nombrado comisario político.
Conoció a Miguel Hernández una noche de septiembre en
la Alianza de Intelectuales antifascistas. Juntos combatieron, aunque sin
saberlo, en Pozuelo y Boadilla del Monte y cuando se volvieron a encontrar,
Pablo de la Torrente nombra a Miguel Hernández jefe del Departamento de
Cultura. Admiraba al pastor de Orihuela. Juntos planifican la publicación de un
periódico de la brigada, así como la organización de la biblioteca y el reparto
de prensa. Juntos dotaron a cada compañía de un maestro. Juntos arengaron a las
tropas.
El 19 de diciembre un disparo en el pecho acabó con su
vida cuando intentaba tomar un puesto de ametralladoras en Majadahonda. Sus
restos no pudieron ser rescatados hasta cuatro días después. Miguel Hernández -
quien dijo de Pablo: "Es uno de los muertos más serenos que he
visto, parecía que no le hubiera pasado nada"- y Antonio Aparicio
recibieron la orden de llevar el cadáver de Pablo a Barcelona, donde una
comisión cubana se haría cargo de él. No pudo ser trasladado a Cuba y fue
enterrado en el nicho 3772 del cementerio de Montjuic. Después de la guerra,
sus restos fueron depositados en una fosa común.
Tenía 35 años y había venido, como tantos otros, a
defender a la II República española del fascismo. Luchó con el fusil y la pluma
y se quedó en España, para siempre.
Miguel Hernández le dedicó su "Elegía segunda".
Miguel Hernández le dedicó su "Elegía segunda".
(A
Pablo de la Torriente, comisario político)
"Me
quedaré en España, compañero"
me
dijiste con gesto enamorado
y
al fin sin tu edificio tronante de guerrero
en
la hierba de España te has quedado.
Nadie
llora a tu lado:
Desde
el soldado al duro comandante,
Todos
te ven, te cercan y te atienden
Con
ojos de granito amenazante,
Con
cejas incendiadas que todo el cielo encienden.
Valentín el
volcán que si llora algún día
Será
con unas lágrimas de hierro,
Se
viste emocionado de alegría
Para
robustecer el río de tu entierro.
Como
el yunque que pierde su martillo,
Manuel
Moral se calla
Colérico
y sencillo.
Y
hay muchos capitanes y muchos comisarios
Quitándote
pedazos de metralla,
Poniéndote
trofeos funerarios.
Ya
no hablarás de vivos y de muertos,
Ya
disfrutas la muerte del héroe, ya la vida
No
te verá en las calles ni en los puertos
Pasar
como una ráfaga garrida.
Pablo
de la Torriente,
Has
quedado en España
Y
en mi alma caído:
Nunca
se pondrá el sol sobre tu frente,
Heredará
tu altura la montaña
Y
tú valor el toro del bramido.
De
una forma vestida de preclara
Has
perdido las plumas y los besos,
Con
el sol español puesto en la cara
Y
el de Cuba en los huesos.
Pasad
ante el cubano generoso,
Hombres
de su brigada,
Con
el fusil furioso
Las
botas iracundas y la mano crispada.
Miradlo
sosteniendo a los terrones
Y
exigiendo venganza bajo sus dientes mudos
A
nuestros más floridos batallones
Y
a sus varones como rayos rudos.
Ante
Pablo los días se abstienen ya y no andan.
No
temáis que se extinga su sangre sin objeto,
Porque
éste es de los muertos que crecen y se agrandan
Aunque
el tiempo devaste su gigante esqueleto.
Miguel Hernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario