Federico Tudela con su hija Carmen en la cárcel Modelo de Valencia, 6 de enero de 1947 |
Federico Tudela Morera de la Vall fue detenido y encarcelado al menos en dos ocasiones por motivos ideológicos y políticos, sufriendo todo tipo de vejaciones, torturas y humillaciones. También sufrió depuración de su puesto de trabajo con su consiguiente pérdida de derechos laborales y de la pensión que le pertenecía, ya que eran ingresos que realizaban los propios trabajadores. Asimismo le fueron sustraídas todas sus pertenencias con la consiguiente ruina material para él y su familia.
Le detuvieron por primera vez, previsiblemente, puesto que no tenemos un documento que así lo justifique –sólo unas anotaciones de fechas a lápiz de mano del mismo-, el 14 de Junio de 1939, y le tuvieron encerrado en comisaría con sus consiguientes torturas y violaciones de derechos humanos hasta su ingreso en la Cárcel Modelo (Prisión Celular de Valencia) el 4 Julio de 1939. (En este sentido sólo nos consta el papel de ingreso en prisión). Sabemos que le hicieron un Juicio Sumarísimo nº 501-V-[46] realizado por un Consejo de Guerra, pero no su acusación y/o delito porque no tenemos copia de este documento. Sin embargo, si tenemos copia del Sobreseimiento Provisional de la causa y de su petición de puesta en libertad a resolver el 18 de Abril de 1945. Pero no nos consta cuando se hizo efectiva realmente.
Sabemos que le encarcelaron una segunda vez en 1946/1947 aproximadamente, pues nos consta que el 6 de Enero de 1947 ya estaba en prisión gracias a unos documentos fotográficos, realizados en la Cárcel Modelo de Valencia, y además presumiblemente antes del juicio estuvo detenido y en preventiva, con sus consiguientes torturas y vejaciones (recuerdo haberle ido a visitar en uno de estos lugares). Le juzgaron por rebelión militar mediante un Consejo de Guerra y a través de un Juicio Sumarísimo nº 539-V-46, el 22 de Junio de 1948, sentenciándole a seis años y un día de prisión. Fue posteriormente indultado de la cuarta parte de la pena, con fecha de 18 de diciembre de 1948, documento certificado, firmado y sellado del cual tenemos copia. Sabemos que se demoraron todavía un tiempo en concederle la libertad pues existen sendas fotografías fechadas el 6 de Enero de 1949 en la Cárcel Modelo de Valencia, que así lo demuestran. El día de Reyes (6 de Enero) era el único día que permitían a los niños visitar a sus parientes.
Fue puesto en libertad definitivamente el 1 de Febrero de 1949, gracias al documento de la Prisión Celular que así lo certifica. Además del indulto sabemos que su puesta en libertad aconteció con premura motivada por cuestiones de salud, ya que aparentemente había contraído tuberculosis, pero la realidad fue que falleció poco tiempo después a causa, previsiblemente, de las torturas a que le sometieron.
Todo el delito que cometió mi padre fue pertenecer a Ezquerra Valenciana primeramente y posteriormente al Partido Comunista (nos consta en una carta suya su ingreso en Septiembre de 1936). No tuvo delitos de sangre, ni de otra naturaleza, incluso en la guerra, en la que no participó, por motivos de edad, ni como soldado ni como reservista. Así consta en nuestro haber el documento que certifica la concesión de la Licencia Absoluta del servicio militar el 21 de Julio de 1933.
Carmen Tudela Blanquer
Esperamos muchos demócratas que en este caso, como en otros miles, se haga justicia, se consideren nulos los juicios sumarísimos y se encarcele a los responsables que todavía vivan.
ResponderEliminarMuchos demócratas esperamos, no del gobierno español que nos atenaza, sino de la justicia internacional, que crímenes como éste no queden impunes, que se anulen los juicios sumarísimos, que se publiquen todas las atrocidades cometidas por los vencedores de la ignominia, con sus nombres y apellidos, y que finalmente, sean juzgados los todavía responsables vivos.
ResponderEliminarMaría te leo y te sigo.
ResponderEliminarMi familia nunca habló nada, era un silencio absoluto pero me transmitieron la sensación de respeto ante cualquier ideología. Es difícil de explicar y no es el lugar.
Ánimo, querida amiga.
Un beso para ti y para Jimena, que stará preciosa.
Siento al ver publicada una parte de la historia de mi familia cómo se recuerda la dureza de aquella guerra y postguerra atroz, pero también reconozco que mi madre habla desde la serenidad, que sus palabras no reflejan ni una mínima parte del dolor que sufrió, que sufrieron lo tres, mis abuelos (un inmenso recuerdo para mi abuela Pura) y ella misma. Y nosotros, que ya lo vivimos muy de pasada, con los relatos que hacía nuestra abuela, la valiente, la que a pesar de todo (y había mucho sobre lo que pesar)supo sobreponerse al terror, y que nos dijo desde siempre las cosas bien claras, y que lloraba hacia dentro mientras lo contaba. Y la frialdad del relato, la relación de hechos más bien, no refleja la angustia, el acoso, el desprecio, la humillación, el miedo, el terror, la tortura y la inmensa tristeza que produce la incomprensible injusticia. De eso todavía queda, del rencor quizás no. Y nunca jamás del olvido. Algunos de los torturadores, cómplices y delatores de mi abuelo han dejado huella de sus apellidos muy a la vista en sus hijos, si, en esos que nos gobiernan (que nos sojuzgan más bien) desde hace tanto...
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